Arreglo mi cabello mientras Alondra me ayuda a ajustar mi falda. Sonrío viéndome al espejo. Me veo muy bien.
Después de dos cansinas semanas de Ruggero intentando limpiar su imagen llegué a una conclusión. No estoy lista para nada de esto.
Y no quiero que suene horrible de mi parte, es absolutamente todo lo que siento, definitivamente no quiero una relación así y prefiero hacerme un lado.
Claro que lo hablé con él y afortunadamente lo entendió así que ahora somos muy buenos amigos. O algo así...
El hecho es que he estado apoyándolo y estoy orgullosa de eso.
—Hoy van a conocer a un par de chicos más. —dice Pamela entrando al camerino.— Elisa y Mason. Ah, y también tendremos la visita del sobrino de Sean, es mexicano. Y por favor, no lo pongan nervioso. Sobre todo tu, Valentina.
—¿Quién llega dos semanas antes de terminar con las grabaciones? —pregunta Gabriela.
—Ellos, niña. Y apúrate que te toca grabar.
—¿Te gusta?
Poso ante Valentina, ella levanta sus pulgares con aprobación y sonrío buscando mi paleta de helado. Estoy tan agotada que ahora mismo quiero irme a dormir.
Pero luego me acuerdo de que son apenas las dos de la tarde y me tengo que aguantar las ganas de llegar a casa para meterme en mi camita.
—Permiso. —Ruggero golpea la puerta con sus nudillos.— Gabriela, te llaman.
—Voy.
Ella se pone de pie, se marcha y yo sonrío despidiendo a Alondra que rueda los ojos.
—Si te borras el labial voy a golpearte, niña.
—¿Por qué todo el mundo está agresivo conmigo?
—Porque es que tú estás más hiperactiva que nunca. —se ríe Valentina.— Además... Uy, guapo a la vista.
Dejo de mirarla y centro mi atención en la puerta. A espaldas de Ruggero, sonrío.
—¡Manuel!
Prácticamente corro hacia él, sonríe al darse cuenta que soy yo. Y cuando besa mi mejilla, mi sonrisa se hace aun más grande.
—No sabía que te vería.
—Yo no sabía que eras sobrino de Sean. —me río.— Pero cuéntame, ¿Qué haces aquí?
—Solamente es una visita rápida, viajé para grabar un videoclip y necesitaba ver a mi tío antes de irme.
—¿Te irás rápido?
—Sí, pasado mañana. —confiesa. Suspiro.
—Tenemos que salir antes de que te vayas. —lo señalo.
—Karol, alístate que te toca. Ruggero, no sé qué haces ahí, deberías estarte alistando para grabar.
Pamela sigue su camino por el pasillo, asiento dándole una mordida a mi paleta. Sonrío mirando a Manuel.
—Oye, es lindo verte de nuevo. Me tengo que ir, pero bienvenido.
—Gracias, bonita.
Amplío mi sonrisa, él besa mi mejilla y yo me adentro al lugar buscando mi corbata para ponérmela. Valentina se ríe. La miro.
—Y me advirtieron a mí. —se señala.— Tu vete, yo lo cuido por ti.
—Eso no va a suceder, rubia hueca.
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Dear Lover
RomanceQuerido amante, si realmente necesitas mi corazón, es mejor que comiences a trabajar en ello.