Dear Lover

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¿Se oyen campanas de boda para la joven pareja?

A solo horas de su debut como solista, el actor y ahora cantante Ruggero Pasquarelli parece haber recibido una de las mejores sorpresas y los vídeos en redes sociales son testigos de ello.

Podemos apreciar la felicidad de ambos y lo bien que complementan como pareja. E incluso, se percibe una propuesta de matrimonio algo poco común y al parecer, demasiado romántica para la pequeña Sevilla.

No hay duda, nos encantaría ver a la pareja formando una familia. Una en la que sus hijos sean algo más que una bola de pelos llamada Rogelio.

—Despierta ya. —susurro cerca de su rostro. Escucho su suspiro.— Ruggero, es hoy. Levántate.

—No.

—Amor.... —alargo dejando castos besos en sus labios.— Tienes solamente una hora para alistarte e irte a dar rueda de prensa.

—No quiero.

Me río mientras él me da la espalda. Y si se levanta es porque dejé a Rogelio en la cama y ahora mismo acaba de saltar sobre la cara de Ruggero.

El italiano se remueve casi sin fuerzas. Abre los ojos ya aparta al conejo de él.

Me rio levantando a mi bola de pelos.

Que precioso es.

—La persona que te regaló es un perezoso total y me avergüenza. —beso su peluda cabeza.— Y tú vete a comer que voy a sacarte al jardín.

Dejo a Rogelio en el piso, este comienza a saltar hacia su plato de zanahorias y comienza a comerlas. Sonrío. Parece que me entiende.

Al menos él si lo hace, no como Ruggero.

Le lanzo una almohada antes de ponerme de pie y caminar fuera de la habitación. Bajo a la cocina en donde Clara ya está sentada desayunando.

Me sonríe y le devuelvo el gesto.

—Jessie, prepara el desayuno de Ruggero, por favor. —susurro. La mayor asiente.

—¿Se divirtieron anoche?

—Si, fue increíble. —tomo una galleta de Clara.— Y ahora me siento demasiado bien.

—Vi los videos de Ruggero en Instagram. —me hace saber.— Se veían tan felices.

—Es que lo estábamos. ¿Y sabías que se escucha que él dice que se casaría conmigo?

—Y ahora todo el mundo piensa que van a casarse. —se ríe.— Pero sí, sería una buena idea.

Me rio, ella toma un poco de jugo y veo a Jessie terminar de servir todo en la bandeja. Le aviso que yo voy a subir el desayuno mientras me pongo de pie.

Voy hacia la habitación, al entrar compruebo que Ruggero ya está bañándose y dejo la bandeja sobre la mesita de noche.

Llevo al guapo Rogelio a su conejera para que pase su día ahí. Me aseguro de que tenga agua y comida y finalmente cierro la puerta poniendo el candado.

Es tan preciosa ahora que ha crecido. Y me encanta cepillar su pelaje.

Ruggero dice que lo consiento mucho. Y definitivamente es cierto.

Tiene todos sus accesorios con su nombre marcado. Y hasta tiene ropita con su inicial.

Soy una buena madre.

Y una muy consentidora.

Vuelvo a la habitación pensando en que debería adoptar un hermanito para él. O tal vez una novia...