41

777 132 31
                                    

—Todo el mundo enloqueció con la foto y el video de una hora que Angie subió. —dice Clara. Asiento perdida en mis pensamientos.— ¿En serio, Karol?

—Déjame, me dolió.

—¿Dolerte? ¿Por qué iba a dolerte?

—Porque sabes lo que siento, Clara. Y si tan solo hubieses hablado antes...

—Por favor, Karol. Deja de atormentarte tanto y por cosas sin sentido.

—¿Por cosas sin sentido? Ruggero está conociendo a una mujer que por cierto es muy bonita y no puedo odiarla porque es muy tierna y buena.

—Karol, no seas doble cara.

—Realmente no puedo odiarla, Clara.

—Ya, estúpida. —suspira.— ¿No crees que Ruggero se merece a alguien que confíe en él?

—Pero yo lo amo.

—Pero no confías en él.

—Pero lo amo, Clara.

—¡Ya, Karol! Tienes novio, maldita sea. Se supone que ahora estás bien, en el mejor momento de tu carrera y relación. ¿Qué más quieres?

—Que Ruggero no tenga a nadie.

—¡Karol!

—Es que odio la idea de verlo feliz.

—Que loca eres.

—Loca o no, realmente no quiero que tenga a nadie.

—¿Me permites?

—¿Qué? ¡Clara!

Sobo mi mejilla mientras ella vuelve a su asiento y toma su teléfono. Ruedo los ojos.

No dejo de pensar que las cosas son diferentes si Clara y Valentina me lo hubiesen dicho. Pero es que en cierto punto tienes razón. Es que a mi me da exactamente igual porque soy una caprichosa persona.

Y bueno, eso duele.

No quiero perdonar a Ruggero pero tampoco quiero verlo feliz. Eso es demasiado egoísta de mi parte he de admitir.

Pero así soy yo.

Y no me justifico. Para nada.

Sé que está mal. Muy mal.

Solo quiero dejar de sentirme tan mal conmigo misma.

Niego presa de mis propios pensamientos. Me pongo de pie y aviso que me voy ya a los ensayos.

Ella asiente aún inmersa en su teléfono.

Finalmente subo a mi habitación, me alisto para ir a los ensayos y finalmente me centro en lo que de verdad me importa y es irme a ensayar porque ese personaje no se va a formar solo.

Voy a ser una tierna y linda pediatra y trabajadora social. Y la mayoría de veces uso esa vocecita tan tierna con los niños.

He practicado en ella, y logré hacerla, pero aún así me siento un poco bastante insegura.

Es que hay tantas cosas por hacer.

Cuando llego al taller me encuentro a Mike hablando por teléfono. Me acerco besando su mejilla y aprovechando para escuchar la discusión que está teniendo con Valentina.

Alguien al parecer olvidó que debía hacerle batido de fresa y no de coco con vainilla. Yo solo me rio.

Valentina ha estado muy temperamental últimamente. Quiere discutir con todo el mundo.

Dear Lover Donde viven las historias. Descúbrelo ahora