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—¿Te diste cuenta de algo? —pregunta acariciando mi cabello. Me remuevo para mirarlo.

—¿De qué?

—Estamos a solo dos horas de que sea Navidad.

—Ya sé. —me río.— Pero no tengo sueño así que...

Tomo mi teléfono, él me abraza con más fuerza y decido entrar a Instagram. Tengo una obsesión por revisar Instagram cada vez que desbloqueo el teléfono.

Creo que lo hago en automático.

Decido revisar todas las notificaciones en las que fui etiquetada. La mayoría son edits.

Admito y reconozco que hay personas muy talentosas. Y desde que salió la serie, el número de personas que me shipean con Ruggero se ha duplicado.

Desde que él dio a conocer su supuesta ruptura con Marie hace semanas, no ha hablado de su situación sentimental.

Y tampoco es como si yo hablara de la mía.

Pero bueno, hay personas que creen que Ruggero y yo hemos retomado lo que teníamos.

Y claro que esas personas no se equivocan.

Pero... No tienen por qué saberlo.

—Me gustaría decirle al mundo que te quiero y que estoy contigo. —susurra en mi oído. Sonrío.

—Bueno, no importa porque a mi me basta y me sobra que me lo digas a mí. —confieso.— Te quiero.

—Y yo a ti.

—¿Mucho?

—Muchísimo. —deja un beso en mis labios.— Oye, quiero preguntarte algo.

Asiento dejando mi teléfono sobre la mesa. Él suspira apoyando su frente contra la mía.

Bien, presiento que será malo...

—¿Aún sigues creyendo que lo nuestro no puede ser?

—Pensé eso es un terrible momento de enojo. —admito.— Ignora eso, no es cierto.

—Es bueno escuchar eso.

—¿Si? —me río subiendo mi mano a sí mejilla.— ¿Se puede saber por qué?

—Es que quería proponerte algo.

—Pues proponlo, mi amor.

—¿Quieres ser mi novia?

Ay, ¿es en serio?

Mi sonrisa se hace aún más grande, él traga saliva algo nervioso y me rio acercándome a dejar un beso en sus labios.

Claro que quiero. Y por eso solo asiento, él me sonríe.

Y sí, tenemos la manera adecuada de celebrarlo.

Estiro mi mano apagando la lámpara, escucho su risita y no tarda nada en volver a besarme. Esta vez como a mí me gusta.

Y sí, eso me vuelve loca.

Poco a poco las prendas desaparecen y nosotros, hacemos lo que más nos gusta.

Horas después bajamos a la cocina en donde todos desayunan. Estoy demasiado emocionada y no tardo en hacerles saber el por qué.

Ahora saben que somos novios y parecen estar felices por nosotros.

No fue la manera más romántica de pedirlo, pero me lo pidió él y eso me hace muy feliz.

Es que Ruggero me gusta mucho, y realmente lo quiero. Eso es demasiado importante para mí.

Esa mañana salimos a dar un paseo con toda la familia. Nos divertimos mucho y tomamos varias fotografías que quedan para el recuerdo.

Dear Lover Donde viven las historias. Descúbrelo ahora