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—Faltan horas, ¿alguien tiene algo que quiera decir?

—Espero que este año esté lleno de éxitos para todos nosotros. —musita Agustín.— Los conozco de realmente poquito pero, los adoro, chicos.

—¿Alguien más?

—Ojalá que sus enredos amorosos terminen en relaciones serias y duraderas. —Gabriela sonríe.

Me río mordiendo mi chocolate, todo el mundo comienza a profesar sus deseos y yo solo apoyo mi cabeza en el hombro de Valentina esperando que Ruggero y Michael traigan las pizzas.

Muerdo mi chocolate una vez más. Valentina se queja.

—Eso te va a sacar muchas espinillas.

—Serán espinillas felices como yo. —me termino el chocolate.— Salud por eso.

La rubia rueda los ojos. Me río.

No sé si eso de que te salen espinillas cuando te llega el periodo y comes chocolate sea cierto. Pero ahora mismo sé que se siente bien disfrutar de mi fiel amigo.

Miro el reloj. Dos horas para al año nuevo.

Ojalá en dos horas el maldito período se marchara. Tengo las hormonas más enredadas que mi cabello.

—Y listo, pizzas recién salidas del horno, señores. —dice Mike entrando a la sala. Todos se acomodan en sus lugares.— Karol, es tu casa. Así que por favor, hazme los honores.

—Solo dame un pedazo.

Él se ríe, espera a que Ruggero ponga la segunda pizza en la mesa y ambos se encargan de partir porciones iguales para cada uno.

Cuando obtengo mi pedazo le doy una buena mordida mientras me lamento internamente por no tener una soda a mi lado. Fuera por una pero es que está tan lejos...

Comemos y vemos la película en absoluto silencio.

Estoy acostada en el sofá cama con Valentina a mi lado derecho y Ruggero a mi lado izquierdo. Suspiro, cierro los ojos.

Mi condición dice que me vaya a dormir ahora mismo.

—No te duermas, faltan menos de dos horas. —avisa Valentina moviendo el hombro.

Protesto alejándome de ella para apoyar mi cabeza en el hombro de Ruggero. Escucho su risa pero al menos él no se mueve así que vuelvo a cerrar los ojos.

Y si, termino quedándome dormida.

Despierto cuando siento que delicadamente me acuestan en el sillón. Me niego a abrir los ojos así que solo me cubro con la manta y sigo durmiendo.

—Solo un minuto, mujer. Despierta ya. —escucho la voz de Agustín.— Karol...

—No.

—¿Sabías que para que te vaya bien en el amor debes besar a alguien del sexo opuesto?

—No.

—Alessandra te va ganar a Ruggero, de nuevo. —continúa Valentina.

—No.

—Hay milanesa de pollo.

—No.

Abrazo el cojín, los escucho suspirar y sonrío sin abrir los ojos. Tengo mucho sueño, y no me importa que falten segundos para año nuevo.

Simplemente no quiero despegarme de este cómodo...

—Déjenme. —protesto cuando alguien me toma en brazos.— No quiero.

Dear Lover Donde viven las historias. Descúbrelo ahora