—Mami, ¿qué es esto? —levanto la mirada de mis textos. Sonrío.
—Ese es un Óscar, amor de mi vida.
—Le diré Ken. —sonríe sujetando su barbie.— Y será el novio de mi muñeca. ¿Y esto, mami?
—Un grammy, amor.
—¿Y es tuyo?
—No.
—¿Y por qué hay dos?
—Porque ambos son de tu papi. —me pongo de pie caminando hacia ella.— Verás, este lo ganó cuando aún ni te teníamos. Esa misma noche, me pidió matrimonio. Y este, lo ganó hace unos meses, mi amor.
—¿Puedo jugar con ellos?
—No, cariño. Son muy especiales para papi, y si algo les pasa, él se va a poner muy triste. —acaricio su ondulado cabello.
—¿Y puedo jugar con tu Ken?
—Ay no, tú haces eso, y tus barbies aparecerán mágicamente sin cabeza.
Asustada abraza su barbie y se baja de la silla alejándose de los premios y reconocimientos que tanto su padre como yo hemos recibido a lo largo de nuestras carreras.
Me río tomando el cepillo.
—Ven, voy a peinarte. —ella se sienta en el sillón y tomo las ligas caminando hacia ella.
Desenredo sus cabellos y hago dos coletas que lucen sus risitos porque ama que el mundo vea que tiene rulitos igual que su padre. Finalmente le pongo su diadema de corazón y una vez está lista, dejo que vaya a jugar con el nuevo Rogelio.
Aún recuerdo todo lo que Ruggero tuvo que hacer el día que Rogelio murió de viejo. Le hicimos creer a Eleonor que estaba solamente dormido y cuando encontramos uno similar, lo dejamos en la conejera.
Claro que Eleonor lo notó, pero mi esposo se inventó una creíble excusa.
Alisto la lonchera de la pequeña, su mochila y guardo sus infaltables gomitas en el bolsillo de su abrigo. Finalmente escucho el claxon del autobús escolar y llamo a la pequeña que corre hacia mí con su bonito uniforme puesto.
Apenas la despido vuelvo a la casa, recojo mis textos y camino a la habitación. Se siente tan vacía sin Ruggero...
Hace un par de días viajó a Miami, se suponía que su retiro iba a estar sincronizado con el mío. Pero no sucedió, su carrera no se ha detenido.
Ha estado trabajando muchísimo, y claro que me alegro por él. Es solo que es un poco molesto que Eleonor no nos tenga a ambos presentes.
Tampoco quiero ser egoísta, él estuvo unos cuantos meses cuidando de Eleonor solo. Y ahora que quiere trabajar en su música, no puedo pedirle ni reprocharle nada.
Es solo que me gustaría que esté presente al menos hoy que es nuestro aniversario.
Nada me haría más feliz.
Bueno, al menos ya recibí su mensaje de voz de media hora de él diciéndome que cada día me ama más y que desearía estar conmigo. Y yo le respondí con otra media hora hablando sin parar.
Aún así hubiese querido sorprenderlo con un desayuno en la cama o simplemente despertarlo llenando su rostro de besos mientras él se queja. Estoy acostumbrada a sus mimos.
Me acuesto un momento, son todavía las ocho y tengo muchas ganas de dormir por lo menos hasta las diez u once. Ayer me quedé hasta muy tarde forrando cuadernos, haciendo carátulas y rasgando papel.
No entiendo por qué los niños menores de cinco tienen que estudiar. Al final de cuentas la tarea es para los padres.
Reviso un rato mi teléfono. Mi curiosidad hace que abra Wattpad.
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Dear Lover
RomanceQuerido amante, si realmente necesitas mi corazón, es mejor que comiences a trabajar en ello.