Extra.

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—Les quiero presentar al segundo amor de mi vida. —susurra él en voz bajita.— Es una princesa realmente sana y hermosa.

—Y se acaba de dormir así que no la molestes. —advierto levantando la mano.— No, Ruggero.

—Y sí, su madre ahora odia que toquen a la princesita. —termina de contar.— Es muy egoísta, y eso que nació hace solo tres días.

—No es cierto.

Acaricio la suave mejilla de mi bebé que ahora mismo está completamente dormida. Ruggero se sienta a mi lado sin enfocar la cámara a la princesa de la casa.

Fue muy difícil, y no digo que lo fue por el parto y todo eso, torturar a Ruggero hizo que olvidara el dolor más grande que he sentido en la vida. Digo que fue difícil porque los dos primeros meses luego de que Ruggero haya revertido la inyección, no hubo resultados positivos.

Hasta que de la nada mi periodo se cortó y ahora esta bolita de amor ha nacido.

La elección del nombre fue un completo dilema desde que supimos que era una nena. Ruggero quería a fuerzas que le pongamos Eleonor y yo no. Y el día que nació, el cansancio pudo conmigo.

Cuando preguntaron su nombre, solo pude escuchar perfectamente que él le decía a las enfermeras que su nombre era Eleonor Pasquarelli.

—Amor, quieren conocerla. 

—Y yo quiero que regrese a mi vientre. —bostezo.— La próxima vez que te diga que quiero tener un bebé, ignórame.

—Hecho.

Deja un beso en mi frente y sonrío mientras se pone de pie y explica a las personas que ven su live, que Eleonor está dormida y que hablará conmigo para subir una foto de la bebé a redes sociales un día de estos.

Y es que lo único que obtuvieron de nosotros hace tres días que nació fue una foto nuestra en la habitación de la clínica, pero su carita preciosa no se veía.

Nadie ha podido ver sus preciosos ojos, tan verdes como los míos. O su piel tan blanca.

Solo Ruggero y yo. Y las personas cercanas a nosotros, obviamente.

Y es gracioso que haya nacido precisamente en noviembre. Aunque eso sí, una semana después de mi cumpleaños.

Ahora Agustín y Gabriela no dejan de joder con que Eleonor fue creada en San Valentín.

Y teóricamente, es cierto.

Pero no tienen que andar divulgando lo obvio.

Cuando Ruggero finaliza el live, no tarda en ayudarme a llevar a la pequeña a su cuna, suspiro aliviada acostándome en la cómoda cama. No voy a salir de aquí en semanas.

Y jamás en la vida volveré a tener un hijo. Ya se me pasaron las ganas.

Ya Ruggero está feliz con su bebé. Y fui muy clara cuando le dije que a mí va a tener que buscarme solamente cuando haya que alimentarla hasta que yo pueda hacerlo.

Del resto se encargará él.

Bueno, él y la niñera.

—¿Estás cansada?

—Lo normal, mientras hacías tu live extraje leche. Si se despierta la alimentas, a mí me dejas dormir.

—Volvió la Karol odia bebés. —se ríe.— Amor, recuerda que también es tu hija.

—¿Y?

—Y nada, solo recuérdalo.

Con eso se levanta y yo suspiro profundo cerrando los ojos.

Dear Lover Donde viven las historias. Descúbrelo ahora