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—Por fin en casita. —me lanzo en mi cama. Clara suspira lanzándose sobre mí.— Ay, había extrañado esto.

—¿Lista para tu nueva aventura?

—No, nada de eso. —me río.— Pero bueno, tengo un par de días antes de la reunión con Pamela y el resto del elenco.

—¿Ya hablaste con Ruggero?

—No. —sonrío apoyando mi espalda contra el respaldar.— ¿Te gustó la habitación? Carmen hizo un gran trabajo remodelando todo.

—Sí, le quedó hermoso. Pero, ¿vas a responder mi pregunta?

—Que no he hablado con él. —aseguro.— Ya sabes, no queremos ser del tipo de novios melosos que si no están juntos no se despegan del celular. Durante todo el mes hemos hablado máximo cinco o seis veces.

—Poquito. —sonríe.— ¿Y te sientes bien con eso?

—Sí. —admito.— Ahora solo quiero verlo para llenarle de besos.

—Deja de pensar en eso y céntrate, la serie se estrena el veinticinco de septiembre, falta más de un mes.

—Y también falta poco para el cumpleaños de Ruggero. ¿Qué le doy?

—¿No le preguntaste?

Asiento, le explico que él dijo que no había pensado en algo que le hiciera feliz. Y eso por supuesto es un problema para mí porque no sé qué regalarle.

Así que se nos ocurre buscar en internet ideas para hacerlo. Anoto un par de ideas, pienso en perfeccionarlas y finalmente me dedico a desempacar.

Fueron vacaciones perfectas, mi madre y mi mejor amiga consiguieron sus bronceados perfectos y yo me quemé como camarón pero todo está bien.

Aún tengo la tonalidad rojiza en algunas partes de mi cuerpo, incluso se me está cayendo la piel. Bueno, mamá dice que no es la piel, que es solamente lo que me quemé. Pero arde igual.

Maldito sol.

Mamá entra a la habitación para avisarme que irá al refugio y necesita que saque la ropa que ya no vamos a usar. Ambas asentimos.

Mamá va cada cierto periodo de tiempo, la mayoría de veces regala las cosas a las que ya no les damos usas. Por mayoría, nuevas.

Sobre todo por mi que siempre me pongo los mismos jeans, blusa y chaqueta. Así que sí, mamá sabe que la gente puede darle un mejor uso que no sea servir de adorno en mi armario.

Saco toda la ropa y demás cosas que no voy a usar y guardo todo en maletas, Clara hace exactamente lo mismo y cuando hemos terminado, mamá ordena que llevemos todo al auto. Primero vamos a pasar por la juguetería y luego por el supermercado.

Nosotras solo lo hacemos, y cuando ella sube al auto, nos preparamos para un intenso día de mamá haciendo cosas de señora cuando no actúa.

—Mami, ¿Cuándo será tu estreno?

—Ocho de noviembre. —musita perdida en la carretera.— ¿Por?

—El mío es el veinticinco de septiembre. —digo feliz.— A nivel mundial.

—Estoy orgullosa por eso.

—Ya sé, pero, ¿solo por mí?

—Obviamente.

—Tu novio hizo un buen trabajo también.

—Karol, ya te dije que Sean...

—Jamás mencioné a Sean. —Clara se ríe.— ¿Por qué no le das una nueva oportunidad?

Dear Lover Donde viven las historias. Descúbrelo ahora