XXXVII

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Yoongi y yo salimos de la cafetería tomados de la mano camino a las sillas de espera. Atrás de nosotros venían Jin y el león con el que peleó Yoongi en el cumpleaños de Jungkook, aunque ahora parecían muy amigos.

O al menos parecía que él aguantaba el carácter altanero de mi novio y no le molestaba lo suficiente como para hacer algo al respecto.

Hice que Yoongi se sentará sobre mis piernas para recargar mi barbilla sobre su hombro. Estaba algo agotado, había estado discutiendo y gritándole a la encargada del hospital por más de media hora... Todo por no decirnos que fueron por Jungkook.

—Por cierto, ¿dónde está Jungkook? —le pregunté a Yoongi. Prefería no molestar a los otros dos que parecían estar en una burbuja ellos solos.

—Oh... —el tigre agachó la cabeza con tristeza, supuse lo habían encontrado herido o algo así. Besé su mejilla para tratar de hacerlo sentir mejor. —Cuando llegamos Jimin estaba allí.

¿El chico del safari?

»—Namjoon lo había encerrado en una jaula... Lo dejó sin comer un día, comió una pizza que tenía casi una semana en el refrigerador a falta de más comida. Además... Estaba muy herido... Lo volvió a violar, Tae... —mi cuerpo se tensó al escuchar todo lo que mi mejor amigo había hecho. Aún no puedo creer que él fuera capaz de tratar así al menor, cuando lo conoció se veía tan... Distinto.

Le di una mirada de soslayo al rubio que había a un lado nuestro. Me pregunto... Si el león no estuviera con Jin, ¿Namjoon le habría hecho lo mismo?

Salí de mis pensamientos cuando Yoongi acarició mi mejilla preguntando si estaba bien. Asentí mientras trataba de sonreírle a mi novio.

Ya no sé qué tan bueno sería que Nam... No. No digas eso, tú no eres así Taehyung.

Yoongi me dio una mirada confundida cuando regresé a la realidad. Antes de que él pudiera preguntar algo y yo negarlo un doctor salió del pasillo que llevaba a los cuartos y otras áreas y miró en nuestra dirección por lo que todos nos levantamos. Más que nada el rubio y yo, los híbridos solo nos seguían.

—Imagino que está aquí por el accidente del señor Kim Namjoon, Kim Taehyung. —asentí. —Y... —la mirada del doctor viajó a Jin.

—Soy su novio. —dijo el rubio algo ansioso.

El hombre pareció confundido pero luego sonrió. Por alguna razón eso me molestó y al parecer al león y Jin también.

—Ya díganos cómo está Namjoon. —exigí. El hombre carraspeó.

—Está fuera de peligro. —ambos humanos suspiramos. Juraría que Yoongi hizo un ruido inconforme. No podía culparlo así que no lo regañé ni nada. —Pero... —todos nos silenciamos nuevamente expectantes. —Aún no despierta, probablemente tarde más tiempo que su híbrido ya que su cuerpo sufrió mucho daño.

Sus palabras afectaron negativamente a Jin y a mí. Aunque yo me limité a morder mi mejilla mientras que el menor empezó a llorar en los brazos de su híbrido.

»—Si no despierta para mañana le administraremos un medicamento y veremos cómo reacciona su cuerpo a él. —suspiré con molestia y algo de temor mientras me daba la vuelta restregándome la cara.

Me fui hacia la salida, necesitaba algo de aire. Yoongi me seguía así que no me molesté en detenerme aunque Jin me llamaba.

Cuando estuve a punto de abrir la puerta la mano del menor me detuvo.

—La prensa está afuera. —nos miramos en silencio y suspiré. Solté la puerta, pues era cierto, podía verla desde aquí.

Regresamos por dónde vinimos pero está vez conmigo recibiendo mimos por parte de Yoongi.

Al llegar Jin y el león seguían sentados.

—Me quedaré aquí a esperar a que Nam despierte. Él lo haría por mí. —el rubio agachó la cabeza, aprovechamos para darnos miradas tristes entre los tres.

Asentí. Antes de que dijera algo más Yoongi me jaló con suavidad para quedar a su altura a la vez que se ponía de puntitas. Se acercó a mi oído y me susurró.

—Hoseok me dijo que Jin está teniendo una crisis económica. Lo más probable es que si se quedan aquí lo despidan y se mueran de hambre, literalmente. —el tigre se separó de mí y nos miramos a los ojos. Era obvio lo que esperaba que hiciera, y claro que no lo decepcionaría.

Analicé al chico. Se veía devastado, incluso más que yo. Y por su personalidad diría que no aceptaría dinero regalado aunque esté viviendo en la calle.

Mi vista se dirigió entonces al híbrido a su lado, sus ojos verdes me veían. Supongo que al verme mirando a su dueño me vio como una amenaza. En su mirada se podía notar que haría lo que fuera por sobrevivir, sobre todo por Jin, lo demostró en el cumpleaños de Jungkook.

—Hoseok, ¿puedes acompañarme unos minutos a la cafetería? —el híbrido dirigió sus ojos al rubio, por lo que añadí. —Estoy seguro de que Yoongi cuidará muy bien de Jin mientras no estamos, ¿verdad, bebé?

Miré a Yoongi y esté asintió mientras soltaba mi brazo al cual se había aferrado.

—No se sabe cuidar ni él solo, pero supongo que no puede pasar nada malo en un hospital. —mi novio gruñó a la vez que Hoseok se levantaba de su asiento. Jin lo miró por lo que el león le susurró algo al oído.

Finalmente nos alejamos para entrar a la cafetería.

—¿Porqué quería estar solo conmigo? —actuó amable pero determinado, por lo que mi tono fue más calmado.

—Yoongi me dijo sobre su problema económico. —el león asintió. —Los ayudaré, si estás de acuerdo.

—Claro. ¿Pero puedo saber porqué quiso hablar conmigo en lugar de Jin? —se cruzó de brazos a la vez que una de sus orejas tenía un tic.

—Dudo que Jin acepté el dinero si se lo entrego. Pero estoy seguro de que tú lo aceptarás, ¿verdad? —el felino asintió.

—Si fuera otra persona o situación no lo haría. Pero usted no necesita nada de nosotros, y no puedo dejar a Jin aquí solo para ir por dinero o comida, en caso de que quiera quedarse aquí hasta que Namjoon despierte, claro, y no creo que eso sea pronto. —asentí con entendimiento. —¿Puedo abusar de su ayuda pidiéndole otro favor?

—Claro, todo lo que quieras. —el felino alzó una ceja pero no me atacó verbalmente.

—¿Sería posible que le dé un empleo a Jin en alguna de sus empresas? El ser un repartidor no parece dejarle ningún beneficio de ningún tipo, además si se queda aquí sin trabajar lo más probable es que lo despidan.

—No te preocupes, estoy seguro de que puede hacer algo en cualquiera de mis empresas en cuanto decida regresar a su vida normal. —Hoseok estuvo de acuerdo por lo que regresamos con los otros dos que ahora eran tres, pues Jungkook ya había salido del consultorio. Para mí sorpresa estaba usando silla de ruedas.

—Hola, Kookie. —lo saludé acariciando su cabeza y orejitas. Sonrió incómodamente. Me pregunto si aún tiene la idea de pelar por Yoongi. —¿Cómo te sientes?

—Mm... Supongo que mejor de lo que me veo. —reí fingidamente tratando de transmitir alegría.

—Te ves igual de bien que siempre, me da miedo que me logres robar a Yoongi. —Jungkook abrió la boca con sorpresa pero rápidamente sonrió con autoridad.

Me di cuenta de que Yoongi me había escuchado, le hice señas con mi mirada para que hiciera algo. Al principio no quería pero termino haciéndolo.

Lo que hizo fue abrazar con mucha delicadeza y cuidado a Jungkook por su espalda para susurrarle algo en su oído, lamentablemente no escuché qué pero logró sonrojar al menor.

Luego de eso Yoongi se alejó de él. Hoseok también le preguntó al Kook cómo se sentía, los dejé hablar mientras me acercaba a mi novio, estaba parado junto a una pared un poco alejado de nosotros.

—¿Qué le dijiste a Jungkook? —pregunté con algo de curiosidad. Me recargué en la misma pared que Yoongi para estar a su lado.

—Prefiero no decirlo... —gruñó mientras se cruzaba de brazos.

—No puedo creerlo, ¿el gran y poderoso tigre Yoongi tiene vergüenza de algo que dijo? —me burlé picando una de sus costillas, logrando que me diera un manotazo en mi mano.

—Le dije que me gustaría ser la silla de ruedas para que tuviera que estar todo el día sentado sobre mí. ¿Contento? —analicé sus ojos y algo me dijo que preguntara...

—¿Lo besaste mientras hablaba con Hoseok? —el silencio fue respuesta suficiente, decidí tomar su antebrazo para cambiar de posición. Lo acorralé contra la pared y estampé mis labios en los suyos.

Sus labios me recibieron gustosos, seguidos de su lengua. Mis manos, que estaban en su antebrazo y la pared tentaron en aferrarse a otras partes de su cuerpo pero un carraspeo nos hizo separarnos.

—Siento que no es momento ni lugar para hacer cosas así, mucho menos con Namjoon estando hospitalizado. Tal vez lo mejor es que se vayan si no están realmente preocupados... —la voz de Jin se apagó al final de sus palabras, realmente parecía que lo que habíamos hecho lo había ofendido.

Yoongi estaba a punto de responderle algo, lo vi en sus ojos y su puño apretado. Tomé la mano de mi novio para indicarle que no lo hiciera y hablé yo en su lugar.

—Sí... Lo siento, no era nuestra intención, Jin. Creo que sí nos iremos, Yoongi debe estar cansado de tanto estar en el hospital, además no le gustan... —el tigre pareció sorprenderse de que recordara eso. —Pero por favor no insinúes que la vida de Namjoon no me interesa. Te recuerdo que yo lo conozco desde mucho antes que tú y es mi única familia, así que también es importante para mí.

Jin me observó en silencio, pareció guardarse sus pensamientos para él y volvió a regresar a su asiento, los otros dos híbridos nos observaban con curiosidad.

—¿Entonces ya nos iremos? ¿Seguro? —me preguntó Yoongi acariciando mi mano.

—¿Quieres quedarte? —ya me había alejado del cuerpo del tigre y habíamos empezado a acercarnos de nuevo a los demás.

—No.

Eso pensé.

—Jungkook. —el menor alzó la mirada. Parecía haber estado distraído pensando. —¿Irás con nosotros o te quedarás un rato más? Podemos venir por ti antes de que anochezca si quieres.

—Uhm... Creo que me quedaré aquí... Honestamente también estoy preocupado por Nam... —asentí con un poco de confusión.

¿Significa eso que aún lo quiere? ¿Después de todo lo que le hizo?

—¿Acaso eres idiota? —Yoongi dio un paso al frente. Jungkook abrió los ojos con sorpresa. —Después de todo lo que te hizo, ¿¡te preocupas por él?!

Los ojos del menor se llenaron de lágrimas con rapidez. Jin regañó a Yoongi pero claro, él no escuchó. En cambio, Hoseok se levantó de su lugar y se situó frente a Kook.

—Déjalo. No está en condiciones para soportar tus reclamos. —Yoongi iba a objetar pero el león se le adelantó. —Sí, Namjoon lo lastimó mucho y también me molesta a mí. Pero eso solo demuestra lo bueno que es, el problema aquí es Namjoon no Kookie, así que cierra tu hocico o te lo cerraré yo. —Jin pareció un poco dolido por las palabras hacia Namjoon.

—Eres un mal agradecido... Todavía que les doy de comer a ti y a tu novio. —murmuró Yoongi para que Jin no escuchara, iba a acercarse más a Hoseok pero lo tomé de el brazo y lo jale hacia mí.

—El dinero es de Taehyung, tú eres incluso más pobre que Jin, no tienes nada. —el tigre gruñó e intentó zafarse de mi agarre.

Ahí se fue la amistad que pensé que tenían.

—Bien ,ojalá te sirva el dinero de mi amo. Métetelo por el culo, virgen de mierda.

—Yo no soy gay como tú, tampoco una puta necesitada y usada por varios como para que sea mi prioridad dejar de ser virgen. —no puedo negar que me molestó lo que le dijo pero aún así evité que Yoongi empezara a golpearlo.

—Hobi, basta. —Hoseok se dio la vuelta y regresó a su antiguo lugar, Jungkook se aferró a su brazo derecho para llorar.

—Vámonos, bebé. —susurré en el oído de mi novio. Se zafó de mi agarre bruscamente y se dirigió a la salida. No le tomé importancia y lo seguí.

🐾

Abrí la puerta de nuestra nueva casa, aunque en realidad parecía mansión, como pude. Yoongi y yo nos adentramos a tropezones, ni siquiera me molesté en cerrar con llave la puerta.

Todo el camino hacia esta casa estuve tratando de contentar a Yoongi. No fue muy difícil, estaba molesto con Hoseok, no conmigo.

Además... ¿Quién no se alegra con un beso mío y unas caricias subidas de tono?

Me quité con rapidez el saco y él su camisa cuando nos separamos un breve momento, retomamos el beso inmediatamente después.

Ambos gemimos en medio del fogoso beso que compartíamos cuando yo apreté en mis manos el trasero de Yoongi y él apretó mi miembro.

El híbrido saltó a mi cuerpo, sin perder tiempo mis manos se situaron en su trasero agarrando con fuerza para evitar que resbalara. Sus manos inmediatamente despeinaron mi cabello.

—¿Qué parte de la casa quieres estrenar primero, bebé? —pregunté con rapidez y entre jadeos mientras besaba salvajemente el cuello del tigre.

—¡Ah!... —gimió mientras apretaba mi cabello en sus manos y se pegaba más a mi cuerpo.—Creo... Que para empezar el jardín sería un buen lugar. Hay que empezar con algo tranquilo. —volvió a gemir con más intensidad cuando mi boca subió a su oreja, su lóbulo también era uno de sus lugares favoritos para ser estimulado.

Sonreí al escuchar cómo llamando mi nombre suplicaba obtener más placer. Mi teléfono empezó a sonar haciéndonos rugir con molestia a ambos.

»—No contestes. —exigió jadeando cuando lo estrellé contra una pared para poder cargar su cuerpo con una sola mano y usar la otra para contestar.

Dudé por un segundo, eso fue suficiente para que Yoongi empezara a usar trucos para convencerme.

Su mano izquierda subió de mi hombro por mi cuello pasando a mi nuca. Jaló mi cabello mientras con su mano libre rompía los botones de mi camisa y besaba mi yugular. Claramente disfruté de cada cosa que hizo, pero el celular seguía sonando.

Jadeé y estrujé el pedazo de carne que tenía al alcance de mis dedos. Aún así lleve mi mano derecha a mi bolsillo para ver quién me llamaba y mandarlo a la mierda con seguridad.

Cuando tuve mi celular en mi mano inmediatamente me fue arrebatado. Abrí mis ojos con algo de sorpresa, la cual de hizo más grande cuando noté que Yoongi había contestado por mí.

—¿Quién mierda habla? Taehyung está apunto de follárme, así que está ocupado ahora mismo. —sonreí mordiendo mi labio inferior. Me encantaba lo directo que era mi novio. —¿A qué te refieres con que no soy el primero que te dice eso? Seguro a ti nunca te ha follado un hombre de casi dos metros y un pene del tamaño de —le arrebaté el aparato. Suficiente escandalosa era mi reputación como para sumarle más cosas.

Yoongi me miró con el ceño fruncido mientras su respiración se normalizaba. Llevé mi teléfono a mi oído antes de responder.

—¿Quién es? —La voz femenina tan familiar para mí me saludó. Mis ojos seguían mirando a Yoongi, tomó ventaja de eso.

El felino se llevó el pulgar a la boca, la cual abrió lentamente antes de empezar a usar su lengua. Eso, más el movimiento de caderas que hacía contra mí me obligó a morder mis labios para no jadear.

—Eso es trampa, gatito... —susurré alejando el teléfono de mi boca pero no de mi oído.

Observé como Yoongi sonreía y gemía más fuerte a propósito mientras seguía con el movimiento de cadera.

—¡Taehyung, ponme atención y deja de jugar con tu mascota! ¿Acaso escuchaste algo de lo que te dije? —la molesta voz de mi secretaría me distrajo de la gran vista que tenía enfrente, haciéndome perder toda la excitación que tenía.

Bueno, no toda... Con Yoongi sonrojado, jadeando y completamente excitado y necesitado de mí... Ah, era imposible.

—Sí, te escuché. —gruñí. —¿No puedo ir después?...

Los ojos de Yoongi se abrieron un poco con sorpresa antes de mostrar molestia. Molestia y luego decepción. Sus movimientos se detuvieron, dejando solo su respiración acelerada como pista de lo que había estado haciendo.

—Claro, puedes venir en una semana si quieres. —dijo con sarcasmo. —¿Acaso quieres perder la mayoría de tus empresas? Sabes que los documentos que se perdieron eran muy importantes, tendrás que firmar muchos papeles de nuevo, a demás de renovar contratos, aceptar las propuestas de las nuevas líneas y sin mencionar la importante junta con nuestro nuevo socio —alejé el teléfono de mi oído mientras suspiraba y tiraba la cabeza hacia atrás, de solo escuchar eso empezaba a doler mi frente. Lo volví a llevar a mi oreja. —y capacitar a los nuevos.

—Bien, voy para allá... —no esperé respuesta y colgué. Yoongi se bajó de mí, lo ayude teniendo cuidado todo momento.

Guardé mi celular en mi bolsillo. Mientras tanto nos miramos en silencio, supongo que ninguno quería despedirse.

—Te irás... —no era una pregunta, pero aún así respondí que sí. —Pero no puedes dejarme así... Además acabo de salir del hospital, no pude hacer nada por ti por nuestro mes juntos... —habló algo avergonzado. —Y no me castigaste..

Sus orejas se habían agachado y su cola había dejado de moverse, era obvia su tristeza y decepción. Aunque lo último que dijo me causó algo de gracia me contuve.

—Lo siento, amor. Pero... —omití la razón. Seguro se sentiría peor si sabe que es por el incendio que me tengo que ir. Entre otras cosas, claro. —Es muy urgente, no puedo ir hasta mañana, tengo que hoy. Mi empresa principal, la de cosméticos, tiene mucho papeleo que hacer y necesito firmar muchas cosas...

Miré sus ojos esperando aprobación pero entre más miraba más veía su decepción. Hizo un puchero antes de asentir y agachar su cabeza. Me rompió el corazón.

»—Te prometo que cuando regrese lo compensaré. —me acerqué a él para abrazarlo y besar su cabeza. —Yo también te tengo una sorpresa por nuestro primer mes juntos. —le guiñé un ojo y sonreí esperando que me regresará el gesto.

Sus ojos se iluminaron pero aún podía notar que quería que me quedara con él.

—Eso espero, porque me darás la follada de mi vida, mucho amor, comida y mi regalo. —reí antes de asentir.

—Todo lo que quieras es tuyo, bebé. —tomé una de sus manos y la besé. Su pulgar seguía húmedo por lo que hice lo primero que se me pasó por la mente, meterlo a mi boca. Lamí lentamente el dígito mientras los delineaba con mi lengua y raspaba levemente con mis dientes.

—Ah... No hagas eso cuando tienes que irte... —noté que la respiración del menor otra vez se había acelerado un poco. Alejé su mano de mi boca mientras sonreía con maldad.

—Lo siento. Diviértete sin mí, pero no tanto. —ambos reímos. —Tendré que ir a comprar otra camisa... —tomé mi saco que estaba en el suelo mientras el felino se burlaba de mí.

—Ya lárgate, sino nunca te irás y más tardarás en regresar. —asentí con una sonrisa en la cara. Me hacía demasiado feliz. Nos despedimos con un beso en los labios, el cual se prolongó más de lo que habíamos planeado, dejándonos a ambos jadeando otra vez.

Esta vez me alejé para que no se repitiera, finalmente salí para entrar a mi hermosa camioneta. Aunque no tan hermosa como Yoongi... Y me dirigí a la empresa.

🐯

Me dejé caer en la enorme cama, era incluso más lujosa que la anterior y muchísimo más suave.

—Ah... Ojalá hubiera tenido tiempo para follárme aquí, debe sentirse genial. —suspiré al pasar mis manos repetidas veces en la sabana y sentir la suavidad de las mismas.

¿Debería dormir? No tengo celular ya que el anterior se quemó... Y no está Yeontan para poder molestarlo.

Si Jungkook hubiera venido podría decirle lo estúpido que es al preocuparse por ese imbécil, ojalá se muera.

Pero si hubiera venido no habría podido follar con Tae... Mh, aún así no pude. Vaya mierda de día.

Me quedé viendo el techo mientras pensaba en silencio.

—¿¡Y qué le importa a Hoseok si insulto a Jungkook?! Cómo si él fuera muy educado... Es un idiota. —hice un puchero mientras tomaba una almohada y la abrazaba. —Debería ser directo con él. ¿Cómo sabrá que es una ridiculez preocuparse por quién te hizo tanto daño? ¡Y hace apenas un día!

Hay maneras de decir las cosas.

—Ah, cállate. El punto es que Hoseok es un idiota al igual que Jungkook, los odio a todos. —lancé la almohada al suelo y volví a quedar boca arriba. —A todos menos a mí.

Y a Tae.

—Tengo hambre. Joder, y Tae no me dejó nada para comer. —rodee por la cama haciendo un ruido de queja. —Se me antoja... Una paleta. Iré por ella.

Me puse de pie alegremente y bajé las escaleras para llegar al primer piso y salir por la puerta.

🐾

Dejé mi forma felina atrás para convertirme en híbrido. Alcé la vista analizando el enorme edificio que había frente a mí.

Algunas personas vestidas con trajes y faldas con medias me veían con curiosidad o asombro pero las ignoré y entré al edificio.

Al entrar un chico algo joven, tal vez de mi edad, se me atravesó y me impidió seguir avanzando, aunque no dijo nada.

Fruncí el ceño pero solo pensaba rodearlo. Cuando di un paso a la derecha el volvió a interponerse frente a mí.

—Déjame pasar. —el chico se cruzó de brazos y rio.

—Claro que no, no puedes entrar. ¿Para qué vendría un híbrido aquí en primer lugar? —alcé una ceja. Ya varias personas que se encontraban en la primera planta empezaban a interesarse en nuestra conversación.

—¿Acaso no sabes quién soy? Vengo a ver a Tae. —volví a intentar pasar pero fue imposible.

—¿Quién te crees que eres para llamar al señor Kim tan amigablemente? Solo eres una puta que folla con él, no deberías confundirte.

Juraría que varias personas jadearon con sorpresa. Cuando mis ojos buscaron a esas personas ellos desviaron la mirada.

Si pensaba que dejaría que me hablara así estaba equivocado.

—Mira... —leí lo que decía en su patético gafete que colgaba de su cuello. —Sanha. ¿Viste la noticia de los tres adolescentes asesinados? —asintió confundido. —¿Sabes quién los mató?

Todos se quedaron en silencio, al parecer asustados... O interesados en el chisme, quién sabe. El chico negó.

—¿No? Pff... Pues yo tampoco. —respondí con rapidez mirando mis garras. —Pero lo mismo te pasará si no me dejas ir a ver a mi novio.

—¿Novio? —el chico se carcajeó volteando a ver a sus compañeros de trabajo, pero todos huyeron de su mirada. —¿Crees que el señor Kim es tu novio? Ya, puta. ¿De qué manicomio saliste?

—Estás despedido. —dije firme. Aunque el chico pareció no preocuparse. —¡Seguridad, seguridad!

Grité, tal vez algo exagerado. Para mí sorpresa dos hombres uniformados de negro llegaron corriendo inmediatamente.

—¿Sucede algo, señor? —me preguntó uno de los hombres, el otro volteaba a todos lados como buscando algo fuera de lo normal.

—Señor Kim para ti. —sonreí en mis adentros al imaginar tener el apellido de Taehyung como si estuviéramos casados.

—Una disculpa, señor Kim. —el hombre reverenció. —¿Cómo puedo ayudarlo?

—Este imbécil no me deja pasar a ver a mi novio. Además de que me llamó puta, lo despedí, pero se niega a irse. —dejé de mirar al chico pelirrojo para mirar al hombre de negro. —¿Podría sacarlo? Y asegúrese de que no vuelva a verlo aquí o te despediré a ti también.

—En seguida, señor Kim. —los dos hombres tomaron de los hombros al chico y empezaron a llevarlo a la salida. Todos veían impactados la escena, pero no más que yo.

Esto es genial.

—¿¡Qué hacen?! ¿¡Porqué obedecen a un híbrido?! ¡Exijo hablar con el señor Kim! —todos ignoraron sus gritos y yo me limité a sonreír. —¡Es solo una puta, suéltenme!

Cuando finalmente se lo llevaron y todos quedaron callados troné mis dedos en el aire.

—¡Y alguien tráigame un whisky! Tengo sed. —muchos no sabían que hacer o a dónde correr, pero solo una chica rubia se me acercó.

—D-disculpe, señor Kim...

—Rápido, no tengo todo el día. —dije al ver todo lo que tartamudeaba.

—¡Lo siento! —reverenció. —Lo siento, pero no tenemos whisky.

Nuevamente todo estuvo en silencio.

—¿Acaso pregunté si tenían whisky? —silencio. —Pedí que me trajeran un whisky. —hice un ruido mientras fingía pensar. —Mh, pero aún no lo tengo, ¿están difícil de conseguir lo que pido?

Nuevamente muchos empezaron a correr y las personas que estaban cerca de mi se inclinaban pidiendo perdón, hasta que una chica con una cola de caballo alta y el cabello castaño se me acercó.

—Aquí está su whisky, señor Kim. —me lo tendió mientras reverenciaba. Lo tomé mientras veía que todos los demás suspiraban y regresaban a sus labores anteriores.

—Vaya, al parecer alguien tendrá un aumento en su sueldo. —le sonreí a la chica antes de beber el vaso de cristal.

Inmediatamente hice una mueca y me contenía de escupir el líquido amargo.

—¿¡Qué mierda es esto?! —la chica me miró confundida.

—Es whisky.

—Pues será el que le das a los pobres. —respondí. —Porque sabe a mierda.

La chica me miraba en silencio, al parecer los demás habían preferido seguir trabajando que escuchando mis caprichos.

—Am... Es el mejor whisky de la ciudad, incluso del país si no es que del mundo, señor Kim.

—Pues para las personas pobres como tú será el mejor, no para mí. Tráeme otro. —le tendí el vaso de cristal pero no lo tomó. Siguió mirándome con confusión y eso empezaba a molestarme.

—Es la marca propia. Del señor Kim, señor. —muchos empezaban a murmurar y reír bajo.

—Seguro nunca había probado alcohol en su vida de mascota.

—Solo lo hizo para molestarnos y retrasarnos más.

—¿El señor Kim permite ese comportamiento?

Esos eran algunos de los comentarios que lograba escuchar. La chica que estaba frente a mí ya había tomado el licor en sus manos por lo que se lo arrebaté con molestia y me lo bebí de un solo trago.

—Solo llévame a dónde está mi novio y ya. —intenté no quejarme tanto del ardor en mi garganta. Le di con brusquedad el vaso de cristal a la mujer y empecé a caminar al frente aunque no sabía a dónde me dirigía.

Ella me siguió el paso quedando a mi lado, ahora yo la seguía a ella.

Pasamos por varios pasillos obteniendo miradas de todo aquel que nos veía. Terminamos entrando en un elevador, en el había un espejo. Examiné la ropa que la chica estaba usando.

Una falda, algo corta, cortísima teniendo en cuenta el frío que hace en Corea. Su blusa tenía algunos botones desabrochados, dejando ver la piel de sus clavículas y algo de pecho.

—¿Tú convives mucho con Tae? —pregunté sin tratar de ocultar la molestia en mi voz.

—No, es muy raro que llegue a ver al señor Kim. Trabajo muy lejos de su oficina y es raro que esté fuera de ella. —sonreí inmediatamente.

—Que bien. —permanecimos en silencio, pero por alguna razón la sonrisa que se había mantenido en mi cara se convirtió en una mueca molesta. —Oye.

—¿Sí, señor? —la puerta del ascensor se abrió por lo que ambos salimos de él, aunque yo primero.

Los híbridos guapos con un novio millonario y sexy van primero que todos, es obvio.

—¿Tú defenderlas a un imbécil? —los ojos de la chica me miraron con extrañeza antes de doblar por un pasillo.

—Mmm... bueno... Yo —la interrumpí.

—No puedes, porque eso te haría un imbécil también, ¿no? ¿Le llorarías a alguien que te lastimó mucho? —volvimos a doblar por otro pasillo.

—Pues —la interrumpí otra vez.

—No, ¿verdad? Pero pues ¿qué puedo esperar de un conejo hormonal y un león que habla raro? Nada. —llegamos a una puerta café pero no entramos a la habitación, en cambio seguimos hablando dándonos la cara ahora.

—Nada... —respondió la chica. Yo asentí.

—¿Porqué se mete Hoseok? Él está igual o más idiota que Jungkook, y tenía que hacerlo entender de alguna forma. ¿No es eso una amistad mejor? ¿Ser honesto? —la chica abrió la boca por lo que seguí hablando. —¡Lo sé! Yo tengo razón, como siempre... ¡Ay, soy tan inteligente, joder!

Me lleve las manos al cabello y lo eche para atrás mientras hablaba de lo genial y cuan inteligente soy.

»—Gracias, chica. Le diré a Tae que te ascienda o algo. —la chica reverenció.

—Gracias... Pero—

—No te molestes, no es nada. Puedes hablarle a tus hijos de lo genial que soy, o a las reporteras, últimamente hablan muy mal de mí... —dije mientras agachaba la cabeza. —Pero del león con una cicatriz horrible en su cara y una forma de hablar estúpida no dicen nada... —me crucé de brazos con molestia.

—Claro... Lo que quería decirle era que el señor Kim se encuentra en una junta, pero puede esperarlo aquí, está es su oficina. Seguro vendrá después de la reunión.

—Ah, sí, sí. Puedes irte ya. —la mujer volvió a reverenciar y regresó por el pasillo en el que vinimos.

Me giré por mis talones y abrí la puerta mientras entraba en la habitación. La cerré tras mía y avancé mirando con curiosidad todo el lugar.

Está si parecía la oficina de un rico, estaba llena de cosas innecesarias. Cuadros que se veían costosos, cosas delicadas y de cristal.

Avancé al gran ventanal que había tras el escritorio y la silla. Por algunos segundos observé con curiosidad la gran ciudad que estaba abajo de mí y todas las luces de los hogares que había en la misma.

Cuando me aburrí me di la vuelta para sentarme en la silla giratoria, muy cómoda, por cierto.

Mis ojos viajaron por el escritorio de madera y mi boca se abrió con sorpresa al ver un cuadro sobre este. Mis manos se movieron automáticamente para tomarlo y verlo mejor.

—Idiota... —susurré. En el marco había una foto mía. Estaba durmiendo, estaba desnudo pero una sábana cubría mi entrepierna, lo mejor de mí. Tenía la boca abierta por lo que mis colmillos sobre salían de mi boca, al igual que mi saliva.

No era mi mejor ángulo... Aún así decidí dejar la foto donde estaba mientras sentía mi pecho llenarse de un sentimiento que me reconfortaba.

Moví un poco la silla con ayuda de mis pies y al mirar hacia abajo una idea me hizo sonreír.

Me levanté de la silla solo para terminar en el suelo, escondido en el lugar donde van las piernas en el escritorio de Tae.

Esperaría a que mi novio llegará y le daría una sorpresa. Reí no tan silenciosamente para mí mismo.















Buenas noches o cuando sea que lean esto isvdj⚡

Olvidé enseñar esto hace dos capítulos xd

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Siento que tenía algo más que decirles pero no recuerdo qué... Cómo sea.

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Savage🐾 Taegi +18 #Wattys2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora