XXXIX

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—Me gustaría saber porqué pudo el señor Lee entrar hasta mi oficina sin que nadie hiciera nada. —Taehyung y yo estábamos en una sala de conferencias, lo suficientemente grande como para que todos sus empleados cupieran en la habitación.

—Era el empresario con el que se iba a reunir para…—las facciones de mi novio se endurecieron a la vez que su ceño se fruncía. La mujer que había abierto la boca tragó saliva, al igual que yo.

—Me importa un carajo quién sea, a si sea el mismo diablo quien entre de manera deliberada a mi jodida empresa su trabajo es impedir que entren. —los ojos de muchos se posaron en mí, Tae pareció entender su confusión por lo que añadió. —Solo Yoongi puede entrar y hacer lo que quiera, eso lo saben de ante mano.

Suspiré completamente enamorado del mayor. A pesar de sus palabras lucía muy calmado y determinado.

—¿Qué tengo que hacer para que me hables y mires así? —susurré en su oído. Tuve que aferrarme de su brazo para llegar a esa altura. Me dio una mirada corta y apretó un poco mi muñeca antes de apartarme con gentileza.

—Pues su querido Yoongi despidió al nuevo. Además de que exigió un vaso de whisky. —habló ahora una señora algo gorda.

Envidiosa.

—Cállate si no quieres que te despida a ti también, gorda. —dije volviendo a aferrarme al brazo de mi hombre y sacándole la lengua. Tae mordió su labio inferior tratando de no sonreír, pero al mirarlo solo me hizo sonreír a mí.

La mujer le rogó a Tae con la mirada que dijera algo al respecto, pero él la miró en silencio de una forma que me hacía suspirar contra su traje.

—Que no se vuelva a repetir esto. Si alguien quiere hablar conmigo para eso está la sala de reuniones y muchas más habitaciones aptas para hablar en privado. Mi oficina es solo para que yo pueda trabajar tranquilamente y sin molestias. —todos dijeron “Sí, señor Kim.” Y reverenciaron. Yo sonreí mientras Tae los veía con autoridad.

Mi novio es tan genial…

—Tae, ¿puedo decir algo yo? —el mayor me miró algo confundido luego de que jalara su saco, pero asintió dando un paso hacia atrás para ser yo ahora quien sobresaliera. Me solté de su brazo y aclaré mi garganta. —¿Quién fue la puta que llamó a Taehyung hace unas horas y me dijo “no eres el primero en decirme eso”?

La sala quedó en silencio, la mayoría se daban miradas confundidas mientras que algunos reían en voz baja.

—Silencio. —dijo el hombre tras mía. Todos guardaron silencio inmediatamente pero yo seguía esperando mi respuesta.

Me giré para mirar a Tae y me molestó darme cuenta de que estaba sonriendo. Él sabía quién había sido. Al notar mi mirada se encogió de hombros. Estaba a punto de quejarme cuando una voz femenina hizo acto de presencia.

—Fui yo. —los empleados le abrieron paso a una chica rubia, su voz era la misma de quién había entrado a la oficina mientras se la chupaba a Tae.

La escaneé con total descaro. Su pelo rubio estaba atado en una coleta que no era perfecta pero justo eso le daba un toque. Usaba un saco arremangado y desabrochado, dejando ver su blusa blanca de botones y sus algo pronunciados pechos. Usaba una falda negra junto a medias y tacones, eso sin hablar de sus accesorios seguramente costosos.

Fruncí la nariz, supongo que no le puse atención antes, pero su perfume de mierda llegaba hasta donde yo me encontraba, que era algo lejos. Me daban ganas de vomitar de solo olerla.

—Estas despedida. —la chica alzó su ceja perfectamente depilada. Sus ojos grises parecían burlarse de mí.

—Lo siento, yo solo recibo órdenes de Taehyung. Si no es él quien me despide yo no me iré de aquí. —gruñí.

Savage🐾 Taegi +18 #Wattys2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora