XXIV

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Entré a la cocina luego de que Nammie y Kookie de fueran.

¡Hobi había entrado en el cuarto justo cuando Nam me…! ¡Ah, que vergüenza!

Sacudí la cabeza y abrí la llave del lavamanos. Me eché agua en la cara para despejarme y empezar a hacer la cena para Hobi.

¿Qué haría para cenar?… ¿Ramyeon?

Asentí tratando de convencerme de que esa era una buena opción y me dirigí al gabinete en el que guardaba las sopas instantáneas.

Saqué cinco paquetes de ramyeon y los dejé a un lado de la estufa en la encimera.

Me dirigí a otro gabinete y tomé una olla grande, en ella vertí agua y encendí la estufa para dejarla hervir.

Iba a sacar los platos donde serviría nuestra cena pero me tensé al ver cómo Hobi entraba por la puerta de la cocina. Inmediatamente agaché la cabeza y preferí abrí el cajón inferior en el que guardaba los palillos para sacar un par.

Además de lo vergonzoso que fué eso, su intensa mirada no ayudaba a calmarme…

—¿Tienes una bolsa para el bote de basura?… Usé esta —levanté levemente mi mirada para ver a lo que se refería, Hobi levantó una bolsa pequeña y transparente en su mano derecha. — pero es demasiado pequeña.

Asentí aún cohíbido. Me agaché y de unas gavetas saqué una bolsa de color negra. Me incorporé y se la entregué.

El híbrido agradeció con normalidad y salió por donde vino. Me sequé el sudor que había empezado a instalarse en mi frente y volví a concentrarme en hacer la cena.

Levanté la tapa de la olla para ver si ya estaba hirviendo y efectivamente lo estaba haciendo. Empecé a abrir los paquetes del Ramyeon uno por uno y los dejé caer en el agua caliente.

No tardó mucho cuando el león ya había regresado, con un poco más de confianza le presté atención.

Vamos,Jin… Sabes que Hobi no es así, él no te juzgará.

—¿Q-qué pasa,Hobi? —hablé lo más seguro de mí mismo que pude, aún que mi voz tembló un poco al principio.

—Ahora la bolsa es muy grande… —aguanté la risa. Hobi pareció confundirse así que compartí el gran chiste que se me había ocurrido.

—Es que —reí a media oración. —Es porque es negra. —terminé carcajeandome. Esperé escuchar la risa de el híbrido pero solo escuchaba mi hermosa risa.

Terminé llorando de la risa, tuve que agarrarme el estómago porque empezó a dolerme, al igual que las mejillas.

Cuando por fin pude calmarme me giré en dirección de mi mayor. Tenía cara seria pero sobre todo confundida.

—¿Qué tiene que ver el color de la bolsa?… —yo reí y negué. Aw, era un bebé después de todo.

—Nada, nada. Usa esa, no importa que sobre mucho espacio en el bote. —hice un ademán restándole importancia. Levanté la tapa llena de vapor y con un par de palillos empecé a remover la pasta.

No escuché una respuesta pero gracias a la luz pude darme cuenta de que Hoseok se había ido.

Aún le faltaba cocción a la pasta, así que volví a cubrirla y retomé mi misión anterior. Caminé hacia otro conjunto de gavetas y de ellas saqué dos tazones para servir ahí el Ramyeon.

Los dejé a lado de la estufa. Volví a levantar la tapa de la olla y está vez agregué los condimentos y el saborizante al agua.

Hoseok volvió a entrar. Analizó lo que estaba haciendo en silencio y después tomó dos vasos de un cajón que estaba a lado de mí.

Savage🐾 Taegi +18 #Wattys2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora