XXXIII

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—¡Yoongi, se metió a la casa un pejelagarto! —me giré en la cama desconcertado por los gritos del perro.
—¡Despierten!

—¡Shhh! Cállate, estúpido perro. —escuché la voz de mi dueño bajo los alaridos de Yeontan. Las patitas del mismo anunciaron que había entrado a la habitación.

Lo miré como pude ya que mis ojos estaban entrecerrados con molestia. Moví el cuerpo de Yoongi con algo de indiferencia.

—Hyung… Yeontan le habla. —volví a cerrar los ojos mientras me acurrucaba en las sabanas.

—Idiota, Namjoon está aquí. —dijo el canino por lo que todo el sueño que tenia huyó de mí cuerpo y era sustituido por temor.

—No soy Yoongi, Jungkook… —la grave voz de Taehyung sonó a mi lado. —Empiezo a creer que lo haces a propósito…

El humano se acostó boca arriba se tallada los ojos. El cuerpo de mi novio se movió por el colchón.

—¿Acaso tuvieron un trío y no me invitaron? —los cuatro, contando a Yeontan, dirigimos nuestras miradas hacia el mayor que estaba recargado contra el marco de la puerta.

—Agh, al parecer este será un día de mierda… —Yoongi murmuró mientras nos daba la espalda para volver a dormir.

—Claro que no, Papi. —sonreí dulcemente hacia mi amo. Tomaré el consejo de Yeontan e intentaré poner celoso a Yoongi, seguro a Tae se le caerá el cabello al ver cómo me cela.

Namjoon arqueó una ceja a la vez que sus ojos brillaban. No le tomé importancia. Miré hacia mi derecha, notando que Tae me miraba con confusión, Yoongi seguía acostado pero pude ver cómo una de sus orejas apuntaba en dirección al sonido.

Había escuchado eso. Excelente.

》—Nadie me saciaría tan bien como tú lo haces… —dije al regresar mi atención a él. Nos sonreímos, escondiendo diferentes emociones e intenciones.

Taehyung carraspeo.

—Dejen sus obscenidades para cuando estén solos. —mi competencia empezó a gatear hacia los pies de la cama para levantarse.

—Claro, no me gusta presumir. —Yoongi bufó y se acostó boca arriba.

—¿No puedes cerrar la boca solo por cinco minutos, Namjoon? —el tigre se llevó las manos a la cara mientras se frotaba la misma, yo reprimí una risa.

—No, porque eso te haría feliz. Por cierto, mi mano está bien, gracias por preguntar. —lo último lo dijo como queja para Tae y para mí también.

—Que mal… —susurró Yoongi, al parecer el mayor no lo escuchó.

—Dejen de pelear, es muy temprano para eso… —dijo Tae luego de rascarse su nuca mientras salía del baño, se había ido a lavar los dientes entre otras cosas. —¿Van a quedarse a desayunar?

Iba a abrir la boca ya que la comida de Tae es deliciosa, a pesar de ser mi rival había que darle eso a su favor. Demonios. Pero mi dueño respondió por mí.

—Oh,no. Me encantaría quedarme a molestar más a tu preciado gatito pero solo vine a recoger a Jungkook.

—Ojalá te dé diarrea, imbécil. —dice Yoongi mientras se gira esta vez para acostarse lateralmente, queda viendo hacia mí dirección, dirigiendo una mirada de odio de vez en cuando hacia Namjoon.

—Ojalá, para así poder venir a cagarme en- Taehyung lo interrumpió.

—Basta. —grave e imponente, así describiría su voz. Namjoon no dijo más a pesar de que Yoongi había unido su cara en la almohada y alzado su dedo medio para él. —Jungkook, ponte tus zapatos.

Me levanté con la mirada de ambos humanos sobre mí mientras hacía lo que Tae me había indicado. Solo porque yo quería irme, no por que me lo haya dicho él.

—Despídete de… —Tae le dio una mirada amenazadora a su amigo, indicándole que no insultara a mi novio. —Yoongi.

Asentí y me giré para ver el cuerpo del tigre inerte en la cama, pensaba acercarme para abrazarlo o incluso besarlo, pero sabía que eso sería imposible con Namjoon aquí.

—Adiós, hyung. Hablamos más tarde. —Yoongi no siquiera me miró, simplemente hizo un ruido con la garganta en modo de despedida.

Observé cómo el perro caminaba hasta estar a mis pies. Intercambió su mirada entre el mayor y yo.

—Ten cuidado. Espero verte de nuevo, bonito. —me sonrojé mientras le daba una mirada rápida a Yoongi, pareció no haber escuchado ya que solo tosió.

—Adiós, Yeontan. No molestes mucho a Yoongi ¿sí? —me agaché para acariciarlo con la misma rapidez que con la que me levanté.

—No prometo nada. —reí empezando a caminar hacia la salida seguido por los dos humanos.

—¿Puedes hablar con Yeontan? —asentí ante la pregunta de Tae, agregando que todos los híbridos podemos. Pareció sorprendido pero no quiso retenernos más tiempo con sus preguntas por lo que no dijo más al respecto.

Cuando ya estábamos a punto de salir por la puerta Tae tomó a Namjoon del hombro y lo acercó a él para susurrarle algo al odio. Solo escuché algo sobre reaccionar, pero hice como si no lo hubiera hecho.

Nos despedimos de Tae y salimos, vi la camioneta de mi dueño en la banqueta. Nos subimos a ella y emprendimos viaje hacia nuestra casa.

🐯

Estaba a punto de quedarme dormido otra vez, pero el peso de Taehyung a un lado de mí me despertó.

—¿Volverás a dormir, amor? —su voz ronca y grave, junto con el apodo mandó escalofríos a mi espalda.

Antes de responder me acerqué a su cuerpo y me acurruqué en su pecho al sentir cómo mi cintura era rodeada por su brazo.

—Sí, es muy temprano… —cerré los ojos mientras mi hombre reía levemente.

—Eres un bebé dormilón. —fruncí el ceño pero no abrí mis ojos. Sentí que Tae me daba un suave beso en mi frente lo que me hizo relajarme.

—¿Sí? Pues tú eres mi sugar daddy…

—Soy más que eso, bebé… —por el tono de voz de mi amo podía saber que estaba a punto de dormir, al igual que yo, por lo que no respondí y volví a dormir rodeado de su calor.

Claro que eres mucho, demasiado, más que eso.

Abrí lentamente los ojos, gruñí al sentirme desprotegido. Tae se había levantado.

Me arrastré por las sabanas hasta estar a un lado de la mesita de noche en la que estaba mi celular.

—Una y media… de la tarde. Joder, dormí muy poco… —estaba por volver a dormir cuando Yeontan se acercó a la cama. El sonido que hizo sus patitas en el suelo me hizo reír. Si no fuera porque sé que es un maldito diría que me da ternura.  —¿Qué quieres, chihuahua?

Me tiré de nuevo en el colchón, esta vez boca arriba, esperando a que el canino hablara.

—Taehyung se fue a la empresa.

—Pues como siempre, ¿no? —soné desinteresado pero realmente mis palabras me habían entristecido.

Ojalá TaeTae estuviera más tiempo conmigo… Incluso desde los primeros días aquí no quería que me dejara solo. Malditos encantos de empresario.

Inmediatamente mis ojos se abrieron y me incorporé de un solo movimiento en la cama. Yeontan pareció asustarse de mi brusquedad pues soltó un grito y su pequeño cuerpo dio un salto. Acompañado de un pedo.

Mordí mis labios con mis colmillos tratando de ocultar mi sonrisa cuando el perro se apoyó de sus patas contra la cama para poder verme. Claramente, fallé por lo que el canino me dio una mirada molesta.

—Mejor dime qué recordaste y borra esa sonrisa. —apoyé mis pies en el suelo y me levanté.

—No quiero, pulgoso. —Yeontan gruñó,  al parecer estaba avergonzado. —Me sorprende que te avergüence esto pero no decirle “bonito” a Jungkook.

Tomé mi teléfono y empecé a buscar recetas de comida romántica. Hoy era un día muy especial.

Creo…

—¿Me escuchaste? ¿Porqué no le dijiste algo a tu novio? —habló con burla siguiéndome.

—No haría eso en frente de Tae y mucho menos de Namjoon. Además, me causó gracia, casi me ahogo tratando de contener la risa, seguramente Kook se sonrojó. —el perro me siguió hasta que me desplome en el sillón de la sala. Me pidió que lo subiera así que eso hice mientras seguía concentrado en mi celular.

—Sí, lo hizo. —hice un ruido con la garganta como respuesta. —¿Qué haces?

El perro se subió a mis piernas y pasó por debajo de mis manos y teléfono para luego darse la vuelta y poder ver la pantalla.

—Chismoso… Hoy se cumple un mes desde que estoy aquí, así que le prepararé una sorpresa a TaeTae. —sonreí con amor de solo pensar en la reacción de mi novio. Pero el “wuuuuuuuh” burlesco del cachorro me sacó de mi enamoramiento, dándole una palmada en la cabeza.

—Vuelve a golpearme y te arranco la mano. —reí ante la amenaza del menor, por lo que volví a hacerlo. Su boca atacó mi mano pero en lugar de alejarla solo la adentraba más en su boca antes de jugar al tira u afloja con ella. Los colmillos del cachorro se encajaban levemente en mi piel pero no suficiente como para doler.

La puerta fue tocada, llamando la atención de ambos. Detuvimos todo nuestro juego, bajé al perro al suelo mientras me levantaba para acercarme a la puerta.

Antes de que pudiera ir a ver quién era la persona que tocaba un estúpido chico peli naranja abrió la puerta y entró.

Yeontan empezó a gruñirle, al igual que yo. Él muy tranquilamente cerró la puerta tras él mientras nos sonreía.

—Un gusto verlos también. —sonrió mientras trataba de acercarse a Yeontan, yo me interpuse a la vez que el cachorro se alejaba gruñendo.

—¿Qué mierda quieres ahora, Park? Estoy demasiado ocupado como para hablar contigo. —el humano suspiró.

—No te pongas celoso, Yoongi. Tú eres mi animal y persona favorita. —antes de que pudiera insultarlo continuó hablando mientras caminaba hacia mí. No sabía si alejarme o demostrar que no tenía miedo manteniendo mi lugar, elegí la segunda opción. Su sonrisa creció. —Vine porque te extrañaba, hace mucho no te veía… En persona.

Fruncí el ceño. ¿Qué de supone que significa eso?

—Pues ya me viste, ahora lárgate antes de que devore vivo. —Yeontan ladró en mi dirección.

—¡Me extraña que no lo hayas hecho ya! ¡¿Un loco se metió a la casa y no harás nada al respecto?! —no le respondí.

Jimin gimió mientras se acercaba un paso más a mí, retrocedí esta vez.

—Ah… Me encantaría que lo hicieras, aceptaré todo lo que tú quieras darme, Yoongi.

—Puto loco… —murmuré algo incómodo pero realmente no sorprendido.

—Claro que estoy loco, por ti. —alzó la mano en mi dirección pero al verme adoptar una postura defensiva se detuvo. Suspiró y se alejó dando media vuelta.

—Yoongi… —Yeontan sonaba asustado, después de todo era solo un cachorro. Nuevamente lo ignoré.

—La verdad sí quería verte, gatito. —le exigí que no me llamara así pero claramente fui ignorado. Cosa que me molestó. —Pero vine aquí como empleado del safari, ya pasó un mes. Ya sabes, es una visita rutinaria. —se dio la vuelta aún sonriendo.

—Ya que viste que estoy perfectamente, ya te puedes largar. —me cruzo de brazos retomando mi postura defensiva.

—Si, veo que incluso tienen una mascota nueva. —sus ojos viajan hasta el pequeño cuerpo que permanece tras mía.

—Felicidades, tus ojos cumplen su función. Me gustaría saber si tus piernas también. ¿Pueden llevarte hacia afuera? O aún mejor, ¿a un acantilado? —Jimin ríe haciendo sus ojos desaparecer.

—Ay… Siempre tan amenazante como siempre… Por eso te amo, nos vemos, gatito. —lleva dos dedos a su boca y me lanza un beso. —Espero verte pronto… Cada vez te pones más bueno… Bien, iré a visitar a Kookie. —hizo una pausa mientras giraba por sus talones con lentitud. —¿O debería decir?... Tu novio.

Mis ojos se abrieron con sorpresa, pero la oculte al momento en el que el humano se giró a mirarme, como siempre, sonriendo.

—¿De qué hablas? —Jimin rio, mientras negaba con la cabeza.

—¿No querías que me fuera? —cruzó sus brazos girándose para verme. Gruñí.

—Sí, sí, ya lárgate. —el peli naranja hizo un puchero antes de empezar a caminar nuevamente.

Caminé tras él, aunque algo alejado, para poder cerrar la puerta cuando saliera. Pero se dio la vuelta a medio camino haciéndome parar.

Me miró con una sonrisa, como siempre, antes de hacer lo mismo con Yeontan quien se limito a gruñirle.

—Cuando te des cuenta de que no le importas a Taehyung ni la mitad de lo que me importas a mí, llámame. —antes de que abriera mi boca el humano se me adelantó. —Recuerda que haría lo que sea por ti, Yoongi. Recuérdalo bien…

Con eso dicho finalmente se fue. Cerré la puerta con seguro con rapidez antes de alejarme de la puerta.

—¿¡Qué mierda fue eso?! ¿¡Quién era él?!

Ignoré las preguntas del camino y me concentré en las propias.

¿Cómo sabe exactamente cuando Tae no está? Que pase por la casa y cuando no vea su auto es una opción, pero aún eso es demasiado enfermo… ¿Cuándo podré librarme de él? Maldito pasado de mierda…

»—¡Oye, imbécil! Responde. —siento una mordida algo fuerte en mi tobillo, sacándome de mi mente.

—¡Agh! Maldita sea… —me quejé antes de sobar mi piel. —Es un imbécil del safari, ¿no escuchaste?

—Y está obsesionado contigo. —me encogí de hombros.

—Alguien tenía que estarlo, soy hermoso pero él es molesto. —Yeontan gruñó.

—Te lo tomas muy a la ligera… —realmente sí me preocupaba, pero creo que es mejor no asustar al cachorro.

—Y tú muy a pecho. —me encogí de hombros. —Estoy perdiendo tiempo.

Maldije y volví a tomar mi teléfono para ir a la cocina y empezar con la comida; o cena, dependiendo de cuánto tarde en volver Tae; romántica que tenía planeada.

—Japchae… Creo que puedo hacerlo. —hablé conmigo mismo mientras me adentraba a la cocina.

—¿Seguro? Ese es un platillo tardado y algo complicado para alguien tan imbécil como tú. —gruñí colocando mi celular en una encimera para poder abrir el refrigerador.

—Si vas a estorbar como siempre lo mejor será que te vayas a dormir o a follar alguno de tus muñecos y me dejes en paz. —saqué todos los ingredientes necesarios junto al filete de res y la salsa de soya.

—Me gustaría asegurarme de que no arruines esto. Pero si quieres puedo ir a follarme tu almohada.

—¡Ah! Joder… —solté el cuchillo con el que estaba cortando todos los ingredientes y me dirigí al lava platos a enjuagar mi herida. —Soy un idiota…

—Ya sé. —dijo con obviedad el canino. —Todo loser.

Sonreí ante el insulto en inglés por parte del cachorro mientras veía cómo mi sangre seguía manchando el fregadero.

Definitivamente sería más complicado de lo que pensé.

🍲

Los fideos ya estaban cociéndose junto a las espinacas, mientras que la carne estaba reposando en el refrigerador, marinándose con el jengibre y demás ingredientes.

Había colocado una bendita en mi herida, la cual había tardado en dejar de sangrar. Tuve que lavar la cebolla porque le había caído mi sangre.

Si Tae se traga mi semen dudo que le moleste un poco de sangre.

—No puedo creer que le hayas robado las rosas a una pobre anciana. —ignoré los comentarios del perro mientras me limpiaba el sudor de la frente con mi camisa.

—De hecho, es la segunda vez que lo hago. —Yeontan y yo estábamos sentados en el cuarto de baño. Él simplemente me veía con incredulidad mientras arrancaba los pétalos de las rosas.

Está vez decoraría la bañera con ellos, también pondría unas velas con olor a canela, afrodisíacas.

—¿No vas a apestar una vez que termines de hacer los arreglos? ¿Cómo te vas a bañar si la bañera va a estar lista para cuando llegue Tae? —gruñí mientras lanzaba unos cuantos pétalos al hocico del perro.

—Deja de preguntarme cosas, yo sé lo que haré. Me daré una ducha en la regadera y me cambiaré una vez la comida esté lista. —me levanté y coloqué los pétalos alrededor de la cerámica que conformaba la bañera. Agregué unas sales de baño mientras la bañera se llenaba, la dejaría a la mitad para que el agua no de enfríe antes de que llegue mi novio.

Espero que Tae no tarde tanto, no es un día realmente especial porque solo es un mes el que llevo aquí pero quiero demostrarle a Taehyung mi agradecimiento y sobre todo amor por él, lo traté muy mal afectivamente antes. Espero poder compensarlo…

—¿Crees que tu comida le guste a Tae? —Yeontan estornudó al acercarse a las velas, a pesar de no estar encendidas ciertamente el aroma era muy fuerte.

—Eso espero… —tomé las velas y las coloqué en las esquinas de la bañera, asegurándome de que estuvieran en un lugar seguro para que no pasara ningún accidente.

Ya con todo acomodado me levanté y coloqué mis manos en mi cintura admirando el cuarto de baño.

Se ve como un buen lugar para follar, perfecto.

—¿No hueles raro? —Yeontan volvió a estornudar. Lo miré con el ceño fruncido.

—Serán las velas… No estás enfermo, ¿verdad? —el cachorro negó. Me iba a agachar para quedar a su altura y poder analizarlo mejor pero un ruido en la cocina nos puso alerta.

¿Habrá vuelto Jimin? O…

—¡Los fideos! —grité y sin esperar más corrí hacia la salida, obviamente seguido por el menor.

Quisiera poder tener palabras para describir lo jodidamente imbécil e impotente que me siento.

La cocina estaba completamente en llamas. La alfombra de la sala se había encendido también de alguna forma. Y como tenemos tanta suerte, todos los muebles eran de madera. O sea, perfectos para arder y avivar el fuego.

—¡Yoongi! —Yeontan tosió. —Hay que salir… —su voz se hizo más baja, supongo que el humo afectó a sus pequeños pulmones porque ya había caído inconsciente a mis pies.

—¡JODER! —rápidamente tomé al pequeño cuerpo en mis manos y lo escondí bajo mi camisa para retrasar el humo que pudiera entrar en su sistema respiratorio. Tosí varias veces antes de que llevara mi antebrazo a mi nariz.

¡Muévete maldito imbécil!

El calor ya era insoportable, tampoco de podía ver la puerta de salida ni la sala, inmediatamente me di la vuelta para salir por la ventana de la habitación.

Justo en ese momento algo explotó en la cocina. Sería difícil saber el qué. Tal vez fue la olla llena de agua hirviendo, porque mi piel ardió dónde lo que sea que fuera me cayó, incluso sobre la ropa.

El dolor fue tanto que caí al suelo, me arrastré tratando de alejarme de la sala ya consumida por el fuego. Justo cuando me paré de pie tosiendo mis pulmones ardieron.

Sería bueno decir que todo esto es un sueño, más bien pesadilla, me gustaría que eso fuera…

Esos eran mis pensamientos antes de que una viga llena de fuego se atravesara en mi camino.

Di un tras pie hacia atrás, caí de espaldas. El aire comenzaba a faltarme aún más. Sentir el calor prácticamente rodeándome me hizo usar todas mis energías para levantarme.

A pesar de que no podía ver mucho pude pasar por encima de la viga que me había bloqueado el camino, caí al saltar. Mi antebrazo chocó con el suelo para evitar aplastar el cuerpo del menor.

Tosí todo el camino hasta la habitación, ya no tenía fuerzas.

Resiste maldita mierda, tienes que vivir. Tienes que salvar a Yeontan, eres la última esperanza de Taehyung, él mismo te lo dijo.

—Tae… —sollocé antes de sentir mi garganta secarse y tal vez cerrarse, no estoy seguro. Caí en el suelo, la ventana estaba ahí, pero mi cuerpo no me obedecía.

Perdóname por incendiar tu casa, Tae… Perdón por abandonarte.

Apreté el cuerpo del cachorro contra mí.

Perdón por no poderte salvar, pequeño. Si te hace sentir mejor, moriré junto a ti.

Mis ojos se cerraron y me entregué a la muerte.

☠️



















El rayito regresó jsbsjs⚡
F por Yoongi y por Yeontan.
¿Podrá Tiro al blanco cruzar el acantilado? Descubranlo en el siguiente capítulo.

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Savage🐾 Taegi +18 #Wattys2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora