CAPÍTULO|40

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KIN

-¿Donovan? -lo llamé desde el baño al no escuchar el ruido del timbre ni verlo regresar conmigo, lo que me obligó a salir para ver que pasaba.

Estaba parado frente a la puerta con su rostro tan pálido que parecía un fantasma. Volteó a mirarme y la verdad no se notaba muy contento, iba a preguntarle si todo estaba bien pero tocaron a la puerta y se apresuró a abrir.

Sin ninguna expresión en su rostro, aún mojado y temblando de pies a cabeza seguramente por el frío que le daba traer la ropa húmeda, aunque parecía querer disimularlo, se hizo a un lado y dejó pasar a la inesperada visita.

Una rubia casi platinada se abalanzó a sus brazos y eso me dejó sin aire, ¿Quien era ella y por qué se enredaba de esa manera alrededor de mi novio? Se quedaron así al menos por un par de minutos y cuando se separaron del abrazo que él ni siquiera respondió, la chica hizo una cara de incomodidad.

-¿Por que carajos estás tan mojado?

Él la miro sin decirle una sola palabra y luego me miro a mi. La rubia buscó lo que él buscaba y por supuesto me encontró parada frente a ellos, vestida con la peor facha y empapada de pies a cabeza.

Entonces la reconocí y sentí mucha vergüenza.

-¡Oh! Tienes visitas -no parecía muy contenta con mi presencia pero lo supo ocultar muy bien, tenía que ser una Chalamet después de todo-. ¿No vas a presentarme, Doni?

¿Le dijo Doni? Creí que no le gustaba que lo llamaran así.

Donovan cerró la puerta y se notaba tan tenso por la situación, lo que me recordó que no parecía muy cómodo al hablar de su familia esa misma mañana. Se acercó a mi y me tomó de la cintura.

-Scarlett, ella es Kin -su agarre se intensificó-, mi novia.

Una pequeña O se dibujó en los labios de la chica pero su sonrisa volvió a los pocos segundos, mientras su hermano seguía haciendo las presentaciones.

-Y amor -¿Que? Nunca me había dicho así excepto por la vez que lo hicimos sobre mi mesa-, ella es Scarlett...

-¡Tu hermana! -solté ligeramente  nerviosa y me apresure a extender la mano y saludarla con un fuerte apretón. El glamour ya estaba perdido pero no la actitud y quería caerle bien a mi cuñada.

-Así es, la pequeña hermana incomoda -dijo Scarlett alzando las cejas-, mucho gusto cuñadita.

¿Eran mis traumas personales o eso había sonado tan grotesco como cuando Noah se había referido así a Donovan?

-No te preocupes, no incomodas para nada -le regalé mi mejor sonrisa a pesar de todo.

-¡Perfecto! Y tú Doni ¿No estás feliz de verme?

-No -respondío rápidamente y me dejó con la boca abierta.

-Donovan... -le llamé la atención entre dientes y me obligó a darle un ligero codazo pero él no parecía cambiar de parecer a lo que Scarlett solamente se echó a reír y pasó a la cocina para buscar una copa entre los estantes.

-No te preocupes querida, no puedo culparlo, no avisé que llegaría y les estropee la velada.

La chica tenía una personalidad arrasadora y se desenvolvía con tanta facilidad; ya no era la niña de la foto, ahora eran una mujer guapa, con ese cabello hermoso, maquillaje perfecto y un estilo demaciado empoderado, a esa Scarlett si la podía imaginar con el vestido negro que su hermano me prestó.

DETRÁS DE ESAS GAFAS -Libro 1-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora