KIN
Miré por la ventana y me di cuenta de que la lluvia no daría tregua durante todo el día, lo cual no estaba tan mal mientras no pasara de ahí, además se acoplaba perfectamente a mis planes de una noche romántica con mi novio.
Di media vuelta y miré satisfecha la distribución de las velas y los pétalos arrojados por todo el suelo de mi recamara para dar un toque romántico; el vino espumoso ya estaba en el refrigerador y los frutos rojos lavados y desinfectados. Me había puesto un vestido precioso y ni que decir de mi maquillaje, solo faltaba ir a dejar la mitad del ensayo para filosofía a casa de mi compañero de equipo y después me iría directamente a la fiesta que había organizado mi mejor amiga.
Todo era perfecto.Ya iba de camino a entregar la tarea a la cual le había puesto toda la dedicación en la madrugada. No había tráfico lo cual me daba puntos extra..., hasta que mi auto decidió que no quería seguir la marcha y simplemente se quedó varado a mitad del camino y apenas tuve chance de orillarlo.
-Jode... ¡Chispas! -me quejé le di un manotazo al volante.Miré el reloj, eran las siete de la noche y aún había algo de tiempo en mi itinerario, asomé la cabeza por la ventana para ver si pasaba un taxi pero la calle estaba desolada, quizá podía llamar un taxi de app pero al comenzar a rebuscar en mi bolso recordé que desafortunadamente había dejado el teléfono en la cama. Cerré la ventana a prisa pues las enormes gotas de lluvia estaban entrando.
¿Debería esperar a que la tormenta cesará? Me miré en el retrovisor y recordé el catarro que estaba a punto de darme desde la tarde anterior. De ninguna manera podía exponerme a las inclemencias del clima aunque... ¿Que iba a hacer varada ahí de todos modos?
La carpeta con la tarea estaba tirada en el asiento de a lado y sin pensármelo dos veces la guardé en el bolso y salí al exterior; comencé a caminar a paso veloz la primera cuadra mientras protegía mis pertenencias entre mis brazos, tal vez la mitad de la segunda pero en la tercera ya me dolían las costillas por la tención de mi cuerpo y ni hablar de mis piernas temblando y doloridas por los tacones o de mi boca que ya estaba poniéndose morada y no dejaba de castañar los dientes.
Sentí un enorme alivio cuando al fin me topé con el viejo edificio donde vivía mi compañero de equipo y corrí a resguardarme. Toqué el timbre con impaciencia y del otro lado del intercomunicador una voz suave y timida contesto.
-¿Si?
-Soy Kin, abre por favor.
No hubo más respuesta y la puerta se abrió inmediatamente, entré y no perdí el tiempo fui subiendo las escaleras del edificio con el mejor paso posible mientras se escurría mi ropa por todo el camino.
Abrí el bolso un poco temerosa de que todo adentro estuviera tan empapado como yo pero afortunadamente el trabajo estaba seco y presentable.
Llegué al segundo piso y toque la primera puerta a mano izquierda tal y como me había indicado mi compañero el viernes antes de salir de clases e inmediatamente me abrió.-Hola Doni -saludé al chico con el cariñoso diminutivo con el que le llamaba.
Donovan, o Doni como le decía la clase entera cundo no estaban burlándose de él y llamándolo cuatro ojos, me sonrió con timidez y antes de poder contestar el saludo solté un ligero estornudo de pequeña ardilla que lo salpicó en el rostro.
-¡Oh rayos! Discúlpame Doni.
Estaba tan mojada, mis lindos rulos a los que les había dedicado más de una hora estaban desechos y mi maquillaje casi lavado, el vestido ya no tenía vuelo y me quedaba pegado al cuerpo.
-Yo..., n-no te preocupes -él me sonrió con timidez y me pareció muy tierno, pero la verdad es que nunca podría fijarme en ese niño ni en un millón de años y no es por que fuera un cuatro ojos o un nerd, simplemente no era mi tipo de chico ideal.
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DETRÁS DE ESAS GAFAS -Libro 1-
Любовные романыSi le preguntaras a toda la clase por Kin Novelli ellos dirían que es fuego, la chica más candente y guapa de todo el salón, con una carita de que rompe mil platos y que todo el mundo estaría dispuesto a recoger para al menos recibir una de sus sonr...