CAPÍTULO|33

9.4K 831 114
                                    

KIN

-¿Sigues ahí? -preguntó Donovan al otro lado del teléfono.

Acababa de decirle que me gustaría tenerlo entre mis piernas y cuando me di cuenta de que había pensado en voz alta ya era demasiado tarde; me quedé como una piedra sobre la cama, en silencio y con el rostro color cereza. No lo entendía. ¿Cómo el simple hecho de escuchar su voz me hacía calentarme como fuego y no tener control de mis pensamientos?

-Yo..., si.

Patética, esa era la verdad, nunca había sido así de patética con ningún novio. Siempre me esmeraba por ser bonita y perfecta pero con Donovan me volvía demasiado transparente.

-¿Sabes como te imagino?

Su voz interrumpió mi autoflagelación mental.

-¿Cómo?

-Rostro sonrojado y tus lindos ojos apretados intentando esconderte por lo que acabas de decir -¡Mierda! A eso me refería, transparente como agua-. Y..., ¿Lo dices de verdad?

Titubie antes de contestar.

-Yo..., aunque fuera verdad no hay forma de solucionarlo esta noche.

¿O si lo había? Por que si la había...

-Si. Hay una.

Abrí los ojos de golpe y el calor se extendió por todo mi cuerpo al escuchar su respuesta y una risita pícara.

-Oh bueno ¿Estas sugiriendo una videollamada o sexting? Porque nunca he enviado nudes y no me siento muy cómoda con...

La risa de Donovan sonó por lo alto y no pude ponerme más colorada si no, lo hubiera hecho.

-No te preocupes Kiny eso es para idiotas con poca imaginación y nosotros vamos a hacerlo a la vieja escuela -automáticamente su forma de hablar cambió por completo. Era dominante.

-¿De... de que hablas?

Mi voz estaba temblando y también mi cuerpo, eran los efectos de escucharlo. Me estaba poniendo tan nerviosa como cuando fue mi primera vez y de alguna forma si que lo era.

-Cierra los ojos y sólo pienses en mi -respondío con firmeza-. ¿Estás relajada?

-Creo -fue lo único que pude responder para que no notara mi voz trémula por la excitación.

-Acuéstate -ordenó y yo obedecí en silencio y con mis ojos cerrados, pensando en lo agitada que estaba mi respiración. Sin saber lo que me esperaba de nuevo lo escuche hablar y hacerme aquella pregunta:

-Dime ¿qué traes puesto?

-Una de tus camisas. Así puedo imaginar que me abrazas mientras duermo.

-Oh que te toco también. ¿Alguna vez te has tocado tú sola mientras piensas en mi?

Me dejó congelada.

-Yo, bueno realmente yo..., no -me sincere avergonzada e inocente. No pude mantener los ojos cerrados, la experiencia estaba siendo demasiado pero como dije antes, esta iba a ser literalmente mi primera vez.

-¿Y de tus sueños que me dices? ¿Aparezco en ellos?

Me perdí en mis recuerdos por unos segundos, desde la primera vez que estuve con él ese tipo de sueños eran constantes en mi noche a noche-, tal vez.

DETRÁS DE ESAS GAFAS -Libro 1-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora