CAPÍTULO|4

18.7K 1.4K 438
                                        

KIN

El lunes por lo general no era mi día favorito pero ese en especial estaba siendo mi menos favorito.

Estaba tan nerviosa por todos los eventos sucedidos el fin de semana que no pude pegar el ojo en toda la madrugada y cuando llegó la hora de levantarme no quería poner los pies en el suelo.

Me puse el pantalón más holgado que tenía y un suéter de punto que solía utilizar en invierno, también me sostuve el cabello y preferí ponerme zapatillas de deporte.

Estaba asustada. Me sentía rota y sobre todo, sucia.

¿Que le podía decir a River cuando lo tuviera de frente? ¿Cómo le iba a explicar que su mejor amigo había intentado violarme? Hubiera preferido no recordarlo y seguir refunfuñando por el beso que Donovan me habia robado pero después de llegar a casa mientras tomaba una ducha, todo comenzó a llegarme a la mente. El intento de violación de Anty, la forma en que Donovan me defendió y ayudó y todo lo mal que se sentía hasta el grado de estar delirando por la fiebre e imaginar que estaba pasando la noche con River y desnudarme enfrente de él.

¡Rayos! Eran demasiadas cosas para procesar.

Una vez en la escuela nada mejoró, había decidido esperar a River en el estacionamiento para así poder contarle todo pero fue más incómodo de lo que imaginé pues, una gran cantidad de estudiantes volteaban a mirarme como si fuera la pintura más fea del museo y los murmullos estaban a la orden del día sin una pisca de disimulo.

Estaba a punto de regresar a mi auto para esconderme cuando percibí el de mi novio aparcando a un par de lugares y fui corriendo tras él. River iba saliendo de su automóvil cuando lo abracé con fuerza.

Desafortunadamente mi caricia no fue bien recibida y al voltear a ver al chico no encontré más que una cara de desilusión y asco.

-Alejate -la voz de mi novio se escuchó tan hiriente que casi pude percibir que me partía en dos. Me empujó y se hizo a un lado.

-River ¿Que está...?

-Terminamos Kim. ¿Escuchaste? ¿Creíste que no me enteraría? Anty me lo dijo todo.

¿Todo? Estaba confundida y no dudé en demostrarlo.

-¿Y aún así lo defiendes?- enfurecí-. ¡Intento violarme!

Las personas a nuestro alrededor nos miraban pelear y los cuchicheos no paraban. River no pareció sorprendido ni preocupado, mostró una risa burlona y se acercó a mi con un tono violento que me intimidó.

-Sabía que ibas a decir eso maldita mentirosa, Sarah te vio subir tras él en la fiesta y seducirlo -no dejaba de señalarme-. No vuelvas a hablarme ni a buscarme, perra bocona.

Me quedé paralizada en medio del estacionamiento mientras los chismosos se deleitaban de lo que acababan de escuchar.

Estaba tan consciente de que la primera clase estaba a punto de comenzar en cuanto vi que comenzaban a irse pero ni si quiera pude dar un solo paso para cruzar las puertas del edificio. Estaba mucho más avergonzada, estaba muerta de miedo y absolutamente rota. Ya había dado la media vuelta lista para regresar a casa, pero alguien me detuvo y tomó mi mano.

DETRÁS DE ESAS GAFAS -Libro 1-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora