CAPÍTULO|9

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KIN

Lo primero que hice al despertar fue voltear a buscar a Donovan pero ya no estaba.

Me cubrí el cuerpo todavía desnudo con una de sus camisas y empecé a merodear por todo el lugar de puntitas para que no pudiera escucharme. Un cúmulo de avispas parecía haberse apoderado de mi estomago al saberme sola en el departamento.

«Seria un buen momento para huir» pensé mientras me asomaba en el cuarto de baño que también estaba vacío.

A punto de dar la media vuelta sentí unos brazos rodeando mi cintura y pegué un brinquito cuando los labios frío de mi atacante me besaron el cuello desnudo.

-¿Me buscabas? -pregunto Donovan que me arrinconó con su cuerpo, no traía camiseta y podía sentir la agitación en su respiración, seguramente había ido a correr, pero olia delicioso, eso me hizo sonreír. Casi estaba segura que mi corazón se podía escucharse cada vez más fuerte mientras él me apretaba contra su cuerpo y sus dedos frío iban haciendo paso entre la camisa para acariciar mi piel desnuda.

Volteé a mirarlo y de verdad que estaba nerviosa y muy, pero muy excitada. Al sentir el toque de Donovan no podía hacer otra cosa más que recordar lo que había pasado a noche. Cerré los ojos y tragué saliva al imaginar por donde iba la cosa, pero el chico se detuvo y simplemente empezó a reír bajito.

¡Dioses! Que forma de jugar conmigo. Se giró y lo seguí por el pasillo donde Donovan comenzó a quitarse la ropa mojada de sudor hasta llegar a la cocina y quedar en calzoncillos.

-Creo que esa camisa se te ve muy bien -me miró con una sonrisa.

-Gracias, te la devolvere pronto, traigo algo de ropa. Solo la utilizaré mientras preparó algo para el desayuno, si no es molestia.

-No lo es Kiny, pero ya me adelanté.

Se me encendieron las mejillas al escucharlo decir mi nombre y simplemente negué con la cabeza, Donovan no pareció inmutarse con la acción y comenzo a buscar un par de platos limpios donde acomodaba lo que había traído de la calle para desayunar.

No dejaba de seguirle el paso al darme cuenta de que me había quitado la obligación de cocinar y tan sólo lo miraba y no podía creer lo sexy que lo encontraba ahora. Las gafas escondían tanto de su personalidad y era como una película de Hollywood verlo casi desnudo preparando esos deliciosos sándwiches de tocino aunque no pude evitar abrir mi boca mientras lo contemplaba.

-Pense que me habías dejado...

Donovan volteó y me miró seriamente.

-Joder, Kin. Ni que fuera el imbecil de tú ex novio.

Volvió a lo suyo y una vez que terminó de arreglar todo me cedió uno de los platos y una taza llena de té caliente que quedaba perfecto para el clima frío de la mañana.

-Gracias.

Ambos desayunamos pero la verdad es que había un silencio bastante incómodo en el ambiente. ¿A caso lo había hecho enojar?

Una vez que él quedo satisfecho se levantó de la mesa y desapareció por el pasillo. Intenté apresurar el paso al ver la hora en el reloj, aún tenía que ducharme y arreglarme. Me apresure a lavar los trastes sucios y busque en mi maleta ropa limpia y estuche de aseo personal, seguramente a Donovan no le importaría que tomara una de sus toallas limpias.

Estaba a punto de ir al cuarto de baño cuando choque con mi anfitrión que ya estaba completamente vestido y listo para marcharse. Supongo que no pude disimular mi rostro entre sorprendió y afligido, concluí entonces que tal vez si lo había hecho enojar.

Él me sostuvo por la cadera y me beso en la frente antes de ponerse un nuevo par de gafas.

-Ya te he pedido un taxi para dentro de media hora. Disculpa si no puedo llevarte al campus, me había olvidado que tengo algo importante que hacer hoy.

No volteó a mirarme ni para regalarme una sonrisa y lo escuche salir por la puerta dejándome ahora si completamente sola en su departamento.

Una hora después ya estaba frente al edificio del campus una vez más parada como idiota esperando tomar valor para poder entrar. A lo lejos percibí que mi auto seguía estacionado en el mismo lugar donde lo había dejándo el día anterior, pero por ningún lugar vi la camioneta de Donovan.

Me preguntaba si intentaba alejarse de mi. No podia culparlo, ya le habia causado demasiados problemas y creo que las cuentas ya estaban saldadas después de lo que había pasado la noche anterior.

Me ruborice un poquito de sólo recordarlo, había sido en verdad fantástico.

Al escuchar el timbre no tuve otra opción más que respirar profundo e irme al aula asignada para letras inglesas. Muy pocos voltearon a verme al llegar y los que lo hicieron tan sólo buscaban ver el cardenal que adornaban mi mejilla para saber si los rumores de lo que había pasado el día anterior eran ciertos.

Esta vez tomé asiento en la parte trasera del aula aprovechando poder encontrarme con Donovan, pero él tampoco estaba ahí y ciertamente algo se rompió dentro de mi al ver pasar las horas y que él no se presentaba.

Ese día fue demasiado solitario en especial y solo un grupo de chicas feministas se acercaron a mi para mostrar apoyo por los rumores esparcidos y haber defendido a Donovan de la paliza del día anterior. Ellas me ofrecieron un lugar en su mesa a la hora del almuerzo pero decline al darme cuenta que no tenía nada de hambre.

Salí de la escuela después de las cinco de la tarde, solamente para ponerme al corriente con las materias que había perdido, busqué las llaves de mi auto en mi maleta y al hacerlo me sorprendió encontrar la camisa de Donovan envuelta entre mis cosas.

Tan solo mire al cielo y abrí la puerta de mi auto para poder entrar.

Mi casa estaba igual de solitaria que siempre, abrí las ventanas para que entrara un poco de aire fresco y me dispuse a hacer mis tareas aunque no tuviera la suficiente cabeza para ello.

No podía parar de preguntarme dónde se había metido Donovan en todo el día y mi estómago no dejaba de revolotear al pensar en él. Pero ¿Por qué? Joder.

No es que me hubiera enamorado de él de la noche a la mañana o comenzara a sentirme atraída hacia su persona, pero de sólo pensar en la forma en la que habíamos cojido la noche anterior, se me erizaba la piel.

Me metí a la cama pasada la media noche, no pude evitarlo y me puse la camisa de Donovan como pijama, olía a su fragancia suave y masculina y me abrace a mi misma en un intento de reconfortarme en mi soledad, estaba deseando tener al cuatro ojos abrazandome en mi cama y sin darme cuenta me quedé dormida.

Esa noche soñé con él.

🖤Al fin nuevo capítulo y estoy bien emocionada de poder continuar esta historia. Este fue un capítulo cortito pero bien bonito hecho con mucho cariño.

Ya casi llega Halloween pero no se vistan de fantasmas, déjenme un voto, y/o un comentario y gracias.

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DETRÁS DE ESAS GAFAS -Libro 1-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora