CAPÍTULO|16

12.9K 1K 197
                                        

DONOVAN

De nuevo estaba cayendo un aguacero y ya estaba a punto de llegar a mi camioneta, había intentado concentrarme en mi trayecto y que debía de apresurarme si no quería mojarme pero, no podía.

-¡Mierda! -grité sin importar la gente a mi alrededor y me detuve en medio del estacionamiento-. Debo regresar -quise dar media vuelta y correr por Kin pero en vez de eso patié una piedra y me contuve, en ese instante sentí la vibración de mi teléfono y el sonido de llamada entrante empezó a sonar, no quise ver quien era, lo sabía muy bien.

La lluvia ya comenzaba a mojarme.

«Ni que fuera la primera vez que haces algo asi. Simplemente sube al auto, te vas a resfriar» escuché a mi mente y eso me hizo sentir tan furioso ¿Por qué debía de tener ese debate interno sobre eso? «Lo sé, lo sé pero...»

De nuevo el tono de llamada entrante interrumpió mis pensamientos y aunque me negué a contestar no pude contenerme, di media vuelta y simplemente corrí de regreso al edificio abandonado. Iba tan rápido como podía y la lluvia azotaba sobre mi con tal furia que parecía que había caído dentro de una alberca. La cancha estaba jodidamente resbalosa pero no impidió que mantuviera mi velocidad hasta que al fin llegué.

Abrí con mucho cuidado la puerta que había dejado mal cerrada y me dirigí al único rincón donde todavía se alcanzaba a ver una tenue luz. Crucé los viejos casilleros con cierta esperanza de encontrarla todavía ahí y lo primero con los que mis ojos se cruzaron fueron sus lagrimas.

Sentí como si un yunque aplastará mi pecho y por jodido que suene, tuve que tragar un nudo en mi garganta.

«Eres una mierda Donovan» pensé.

Kin todavía no se percataba de mí presencia así que saltó en su lugar cuando escuchó el golpe de mi mochila sobre el suelo. Todavía lloraba desconsoladamente pero en cuanto me notó intentó parar sus lágrimas sin éxito alguno. Me acerqué a ella y me arrodillé a su lado, iba a abrazarla pero ella me abrazó primero, fuertemente, sin importarle que estuviera completamente empapado.

-Creí... -apenas podía hablar-, creí que me habías abandonado.

Acaricie su cabello y de poco en poco acomode mis brazos para rodearla con ellos.

-Lo siento -susurre.

«No seas una basura Donovan, dicelo. La ibas a dejar aquí como a una vil puta» apreté mis ojos para poder concentrarme en otra cosa que no fueran mis pensamientos pero era demaciado difícil.

-No -me contesté en voz alta, pero al parecer Kin había pensado que le había respondido a ella.

-Lo sé, lo se, es solo que soy una tonta -me miró, sus pestañas estaban pegadas y húmedas, su piel alrededor de los ojos ligeramente rosada por el constante tallar de sus manos-. Esta semana ha sido tan asquerosa que sólo espero lo peor de los demás contra mi y la verdad es que tu haz sido mi único y verdadero amigo.

No pude sostenerle la mirada ni un minuto más.

-No digas eso porfavor. Hay, mucha gente que te quiere, estoy seguro.

Ella volvió a esconder su rostro en mi pecho, su voz sonaba demaciado melancólica.

-¿De verdad? Pues avisales por que creo que aún no están enterados.

DETRÁS DE ESAS GAFAS -Libro 1-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora