CAPÍTULO|46

7.3K 676 194
                                        

KIN

No se que me hizo huir más rápido, si el asco que la escena me provocó o mi corazón suplicando que parara esa horrible tortuta al romperse en millones de pedazos.

Mi cuerpo se sentía como si estuviera en una casa de horror y estaba segura de que mi rostro había perdido todo su color; corrí del lugar lo más rápido que pude, y en el camino incluso choque con un hombre.

Me sentía mareada e incluso estuve a punto de resbalar en las escaleras pero no me detuve hasta llegar a la calle.

La lluvia seguía reacia en el exterior pero no me importó mojarme, llegué a mi auto y me encerré en el.

Tenía que salir de ahí pronto, ya no podía estar en ese lugar ni un segundo más e intente encenderlo pero, mis manos temblaban con tal fuerza que me costó mucho poner la llave.

Cuando al fin encendió pisé el acelerador a fondo y no me atreví a mirar atrás.

«¡Morfeo! Por favor dime que este es un sueño y nada más.» implore a los cielos esperando un respuesta y seguí manejando asustada y sin estar segura de a donde debería de ir.

La lluvia era tan fuerte cómo la primera vez que pasé la noche con..., no, ni si quiera podía pronunciar su nombre y una horrible repulsión invadió mi garganta haciendo que doblará mi cuerpo para retenerlo y en ese instante, la señal llegó...

-¡Tenemos signos vitales!

La lluvia me caía en el rostro y podía alcanzar a ver el cielo nublado en todo su esplendor. Los oídos me estaban zumbando y poco a poco fui detectando otros sonidos:

-¿Puede oírme señorita? -preguntó el chico frente a mi y quise mover mi cabeza para decirle que si, pero dolía mucho y con ese dolor despertaron todos mis sentidos. Entonces la lluvia dejó de ser bonita y mi cabeza quería explotar, cada sonido que escuchaba era como un taladro sobre mis oídos y un asqueroso olor a gasolina y plástico quemado invadía mi nariz.

¿Que estaba pasando? ¿Por qué me estaban metiendo a esa camioneta? Todo me dolía y quería llorar, gritar de dolor pero no podía, era como si algo me lo impidiera y aquel chico seguía hablándome, diciendo cosas que no entendía.

-Esta en shock -lo escuché decir mientras mis ojos se iban cerrando-. Manténgase conmigo porfavor, no se duerma, el policía dijo que se llama Kin Novelli ¿Es usted Kin Novelli?

No sabía por qué pero tenía mucho sueño y mi mente no coordinaba con mi boca así que dije lo primero que se me vino a la cabeza.

-Morfeo... -alcancé a decir con las pocas fuerzas que tenía y el paramédico que parecía casi de mi edad me miró con el ceño fruncido y acercó más su oreja a mi boca.

-¿Que? -preguntó.

-Dile al dios del sueño q-que con un pellizco bastaba...

El muchacho solamente negó con la cabeza pero me miró con sus amables ojos con un poquito de piedad.

-Todo estará bien señorita Novelli -fue lo ultimo que alcancé a escuchar y volví a caer dormida.

Cuando desperté todo era blanco y una luz cegadora me impedía mirar con claridad el lugar donde estaba.

-Kin ¿Estas despierta? -me hablaba la voz de un chico-. Kiny, despierta.

DETRÁS DE ESAS GAFAS -Libro 1-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora