Más Sobre el Pasado de Marmalade.

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Llegamos a la casa. Marmalade encendió la luz. -Ponte cómoda, mi cielo.
-¿Cómo? -Le dije. -¡Pero enséñame la casa al menos!
-¡Ay, qué pereza! -Se llevó una mano a la cara como gesto de cansancio. -¿No podemos saltarnos esa parte e ir directamente a la cama? -Sonrió pícaramente.
Por un momento me asusté.
-Estoy bromeando. Estoy cansada, El.
-Tranquila, lo entiendo. Hace mucho calor.
-Sí... deberíamos comer algo. ¿Quieres un smothiee?
-Ah, tambien haces smothies? Pensaba que sólo sabías hacer mermelada. -Me burlé de ella.
-Si. -Se desternilló [reírse mucho e incontenidamente]. -Pero sólo de fresa, eh. -Me guiñó un ojo mientras me abrazaba. Yo la devolví el abrazo. -Venga, te enseño la cocina.
Nos tomamos el smothiee de fresa con galletas de chocolate y trozos de queso, ya que nos dimos cuenta de que teníamos un hambre bestial y tampoco había nada para cocinar en su nevera.
-Pues tu casa es grande, eh. -Dije por empezar a conversar.
-Está bien. La tuya también.
-La tuya más.
-Bueno, es que... -bajó la vista -con la enfermedad de mi hermano, necesitábamos espacio.
-Es cierto. ¿Y tu hermano dónde está?
-Luego te lo enseño, creo que estará durmiendo ahora.
-¿Enseñármelo? -Me extrañé. -Querrás decir presentármelo.
-Depende del humor que tenga. -Dijo mientras seguía comiendo trozos de galleta. -Es que tú no sabes la enfermedad que sufre mi hermano. Él es parecido a Kathe.-
Me vino un escalofrío muy desagradable cuando oí ese nombre. Recordé todo por lo que había pasado con Kathe, lo que me había contado y su muerte. No quise hablar más del tema para no herirnos ninguna de las dos. -Lo siento mucho.
-¡Anímate, luego te lo presento! -Cambió su expresión.
La sonreí. -Parece que las galletas te sientan bien.
-¡Sí! Me encanta el chocolate. Ahora a dormir. -Se levantó. No quiero que me pegue el bajón de azúcar levantada.-
Yo la seguí. Entramos en una habitación llena de literas de madera. Había por lo menos cuatro literas de dos camas cada una. Todas las camas eran individuales y estaban perfectamente envueltas en sábanas blancas. La madera era de color clarito y parecían bastante nuevas. No me atreví a preguntar por qué tantas camas en una habitación para una sola persona. Pensé que según pasara el tiempo allí, lo iría averigüando. No quería hacerme suposiciones extrañas. Marmalade se tumbó en una de las camas de abajo, en la penúltima litera antes de llegar al fondo de la habitación.
-¡Esto es enorme! -Exclamé sin poder evitar callarme.
-Sí, ya lo has dicho antes.-
Me senté junto a ella y vi que frente a todas las camas había un armario enorme en lugar de la pared. Ese armario sí tenía bastante aspecto de ser viejo. En él había un espejo también. Por un momento me confundí, pensando que Marmalade había desaparecido; pero no, era sólo que no se veía reflejada en él. <Entonces, ¿por qué sí que salía en aquella foto?>

Me acordé de que debía avisar a mi madre para que no se preocupara de mi tardanza. -Marm, ¿me prestas tu cargador?
-¿Hmm? -Abrió los ojos. -¿Cargador?-
<Madre mía, ya se había dormido. ¡Qué rápido!> Pensé. -Por favor, dime que tienes un cargador.-
Metió el brazo bajo su almohada y sacó un cable blanco. -Toma.
-¡Gracias! -Me puse contenta.
-Enchufalo por ahí. -Señaló el fondo de la habitación.

La hice caso y llegué a un escritorio blanco que también parecía bastante nuevo con algunos libros apilados. Busqué un enchufe en la pared, saqué mi móvil y lo enchufé.

Solté un suspiro de alivio cuando vi que se estaba encendiendo. Le escribí un mensaje a mi madre, ignorando todas las demás notificaciones que pudiera tener: "He aprobado. Hemos ido a comer algo para celebrarlo todos los de clase. Tardaré un poco. Mua."
Lo leí antes de enviarlo. Lo que había escrito era tan falso en todos los sentidos que apestaba. Lo borré entero y escribí de nuevo: "Me he ido con mi nueva novia a descansar un rato. Por cierto, he aprobado! :)" Lo envié sin pensarlo dos veces. -Así mejor. -Miré a Marmalade orgullosa. Dormía tan tranquila agarrando su almohada como si fuera un peluche. <¿Por qué estará tan cansada?> Bostecé. Yo también estaba un poco exhausta. Me preguntaba si sería buena idea dormir con ella para no deshacer otra cama.
Dejé el teléfono cargando y fui a preguntarla: -Marmalade.
-¿Hmm? -Otra vez se había quedado frita casi sin pestañear.
-¿Es mucho problema si me meto en la cama contigo un rato?
-Claro que no, tonta. -Se hizo en la esquina para dejarme sitio.-
Yo me metí por el otro lado intentando no hacer movimientos bruscos. -Pero te advierto que soy virgen, y como te atrevas a hacerme algo...
-¡Que ya lo sé, yo también! No te pienso tocar. Sólo quiero dormir. -Dijo con indiferencia.
Yo me quedé mirándola alucinada. ¿Cómo que ya lo sabía? Me puse tensa. -¿Y piensas dormir toda la noche?-
Me miró un poco harta de que la hiciera tantas preguntas. -No. Sólo cinco minutos más.
-Vale, vale. -Dije dándola a entender que ya la iba a dejar en paz.

Cuando ves llorar a una vampiresa de ojos negros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora