Le di vueltas y más vueltas a qué hacer, qué decirle la noche siguiente a Marmalade, pues era obvio que estaría esperando una respuesta en cuanto me viera. Y si no se la daba, se fijaría en mi cara, en mis pupilas, y sería peor. Estaba atacada de los nervios.
No quería que se ofendiera, no quería dejar de ser su amiga, pero no le veía otra solución que decirle la clara y pura verdad: a mí Marmalade no me gustaba. Primero porque soy hetero de toda la vida, y segundo simplemente porque no me atraía; nunca se me había ocurrido fijarme en ella como algo más que como una amiga de confianza.
Ese día lloré, comí todo lo que encontré en la nevera, y vi su vídeo mil veces intentando pensar en una respuesta que no sonara tan cruel.
<Seguro que ella tampoco puede pegar ojo hoy> Pensé. <Seguro que se le pasa pronto, sólo se ha ilusionado porque pasamos mucho tiempo juntas, no es amor real.> Miles de excusas para intentar sentirme mejor se me pasaban por la cabeza, pero ninguna funcionaba. Ninguna calmada mi conciencia.Suspiré mientras miraba el atardecer por la ventana. Iba a ser la hora de levantarse ya. -¿Qué hago?
Me levanté de un salto con la mente completamente bloqueada y la consciencia embotada debido al cansancio.
Me hice un café de los fuertes y salí de casa corriendo. Necesitaba tomar el aire. Intentaba fijarme en las cosas alrededor pero me resultaba imposible. Todas me hacían pensar en lo mismo.
-¿Qué hago? ¿Qué hago? ¿Qué hago? -Susurraba repetidas veces.No encontré ninguna solución en el camino a Goliard. Lo único que podía hacer era decirle la verdad.
No estaba preparada pero tenía que hacerlo.
-Tienes mala cara, ¿estás bien? -Preguntó una compañera de clase de piel morena y pelo rizado cuyo nombre no recordaba justo cuando cruzaba la puerta del instituto.Yo estaba al borde de las lágrimas.
La miré fijamente y luego bajé la cabeza negando con la cabeza. -No. -Suspiré. -Pero tengo que venir a clase igual porque si no me suspenden.
-Pobre. -Me acarició la cara. -¿Te puedo ayudar en algo?-
Intenté controlarme pero no pude y rompí a llorar en medio del pasillo del instituto. Intenté no armar un escándalo para que nadie se fijara.
Me sentía vulnerable, estaba en un callejón sin salida.
La compañera me cogió del brazo y me llevó a una esquina. Yo me senté en el suelo con los brazos en la cara. No quería que nadie me viera. -No le digas esto a nadie por favor. -Le dije.
-Claro que no. Soy Pam, por cierto.
-Gracias, Pam.
-De nada...-¡Ey! -Interrumpió otra voz. La de Marmalade.
<Mierda.> Marmalade me había visto llorando en una esquina. Ya no había vuelta atrás. Temía que se percatara de que estaba así por su declaración y que se ofendiera o se enfadara.-¿Qué te ha pasado Ella? Ey... -Me cogió la mano y me miró a la cara. Yo bajé la vista.
-Está agobiada por los exámenes y se peleó con su madre antes. -Soltó Pam para cubrirme.
-¡Oh, vaya, los exámenes! Lo había olvidado. Pero si ya los tenías controlados. -Me acarició un brazo. Yo me sentí incómoda, quería que se fuera.
En ese momento sonó el timbre del comienzo de clase.
Me sequé las lágrimas e intente poner una cara normal.
-¿Puedes levantarte? -Me ayudó Pam tendiéndome la mano.
Asentí y me incorporé. -Gracias.
-¿Esa chica te está molestando? -Me susurró seria.
-¿Qué? ¿Marmalade? No, sólo es mi amig...
-Bueno, si quieres que me deshaga de ella o que te defienda si se mete contigo, cuenta con ello.-
Me asusté. -No. No. Para nada. Oye Pam.-
Se dio media vuelta, ya que había dado el asunto por zanjado y se estaba yendo. -¿Qué pasa?
-¿Tú también lees la mente?-
Se puso seria. -Eso es imposible. -Fingió una sonrisa y se juntó con la corriente de los estudiantes entrando para clase. Yo también hice esto intentando que no se me notara la cara de muerto que tenía.Justo antes de entrar, en la puerta, Pam me metió un papel en el bolsillo y me susurró algo al oído: -Suerte en el examen. -Yo no entendí a que se refería, hasta después.
¡Había examen y no había estudiado! Contemplé como el profesor iba repartiendo lentamente las hojas hasta que me llegó la mía. Un montón de letras negras escupidas por una impresora en un papel blanco. <No puedo creerlo. Voy a suspender, después de todo.> Miré a mis compañeros alrededor. Pam me guiñó un ojo. Seguía sin entenderla.
Decidí leer todo el examen y contestar a lo que pudiera.
Había contestado cinco preguntas, aun faltaba media hora para que acabara el examen. Con sólo eso suspendería.
-Profe, necesito un lápiz. -Gritó Pam desde el fondo de la clase.
-¿No tienes tú? -Preguntó Greg serio porque había interrumpido a todos.
-Se ha roto la punta. -Hizo una mueca.
Greg puso los ojos en blanco y le pasó un lápiz de su escritorio.
En ese momento tuve una idea y rápida como un rayo saqué el papel que me había metido Pam en el bolsillo. ¡Eran las respuestas del examen! Aproveché que Greg estaba de espaldas a mí y lo puse debajo del pupitre, sobre mis piernas para que nadie pudiese verlo.
No entendía del todo bien la letra pero me dio tiempo a copiar bastantes cosas. Podía aprobar. Nunca había hecho eso pero la situación lo requería. El corazón me iba a mil cuando entregué el examen. <¡Lo conseguí!>
Miré alrededor de nuevo. Marmalade me miraba extrañada. Pam me sonreía. Todos los demás estaban a lo suyo.
Me puse nerviosa de nuevo. Sentía una presión en el pecho. Necesitaba hablar con Marmalade ya, antes de que me diera un ataque. Decidí hablar con ella a la salida de la última clase. No estaba preparada pero tenía que hacerlo.Había soportado otras siete horas de clase y aún me temblaban las piernas por haber copiado en el examen. Esperaba que nadie lo hubiera notado.
Me iba a armar de valor, iba a llevar a Marmalade a un parque o algo por el estilo y se lo diría.
-Hola Ella. -Me sorprendió antes de tiempo mientras guardaba las cosas en la taquilla. Imaginé que ella también quería hablar conmigo cuanto antes.No había nadie en el pasillo. Respiré profundo. Me daba vergüenza decírselo allí pero ese era mi momento. Actué con toda la normalidad que pude frente a ella. -¡Hola!
-¿Estás mejor?
-Sí... El examen me ha salido genial.
-Ya, te he visto contenta en clase. Pero como antes estabas un poco preocupada, por eso.
-Te lo agradezco. Oye, Marmalade... Sobre la cinta que me diste...
-¿Te refieres al DVD?
-En efecto...-
Se puso roja como un tomate. -Ah. -Se rascó la cabeza nerviosa. -No sabía si te había dado tiempo a verlo, con todo esto de estudiar y demás.
-Em...Pues sí, lo he visto. -Sentía que estaba empezando a sonar un poco borde, pero no podía parar de hablar, ya no. -Marmalade... -Tomé aire. -Te aprecio mucho realmente, pero... estoy bien. -Cerré la taquilla y me fui de allí corriendo.
Notaba una presión en cada hueso de mi cuerpo. Sentía que mi corazón iba a explotar de un momento a otro, creo que de hecho hasta tenía fiebre.
-Vale... -Dejé a Marmalade con la palabra en la boca.Vi que se había formado un círculo enorme de gente alrededor de nosotras, lo cual me hizo sentirme todavía peor. Me preguntaba si lo habían estado escuchando todo.
-¡Oh, te ha rechazado! -Gritaban detrás de mi.
Yo estaba muy lejos ya para darme la vuelta y mirar qué estaba pasando, pero se escuchaba una barahúnda terrible. <Creo que la he fastidiado.> Tenía la sensación de que nada iba a ser lo mismo a partir de ese momento. <Adiós, dignidad. Otra vez.>
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Cuando ves llorar a una vampiresa de ojos negros.
VampiroElla es una estudiante normal que se ha mudado a una nueva ciudad, dónde la convivencia con criaturas no-humanas se ha popularizado. Allí conocerá a fantasmas, hombres-lobo...y a una vampiresa de lo más peculiar que la traerá el amor a la mente. ⚠️...