Cuando ves llorar a una vampiresa de ojos negros.

Yo no te Pedí que lo Hicieras.

-¿Por... Por qué has hecho eso? -Titubeé.
-¿El qué? -Dudó Marmalade por un momento. -Oh, te refieres a lo de Violet. -Bajó la mirada un instante.
Yo estaba temblando. Tenía miedo de que ella lo notara.
-Perdona si no te ha sentado bien... Pero, tenía que hacerlo. Ahora me siento mejor.-
Negué con la cabeza como símbolo de desaprobación. -Yo no te pedí que lo hicieras. Eso era algo entre Violet y yo. No tenías que haberte metido. -Se quedó en silencio como si estuviera arrepentida. -Marmalade, ¿de verdad te gusto? -Bajé la cabeza.
-¡Sí! -Exclamó tomándome la mano.
Yo me alejé.
-Pero... No pasa nada si no quieres. Entiendo que es un poco incómodo.
-Ya te dije que no siento lo mismo. Pero, -la miré -quería estar segura de que era verdad.
-Vaya... -Susurró. -No me esperaba que dudaras de mi sinceridad. -Clavó su mirada en el suelo. -Soy agresiva a veces, lo sé. Pero no quiero jugar con nadie. Mi amor por ti es real, no creo que sea una obsesión infantil, como os pasa a los adolescentes. -Suspiró y volvió a mirarme a los ojos. -Cuando te miró siento una explosión de felicidad dentro de mí. El resto de cosas no importan si tú estás ahí. -Me cogió de la mano de nuevo y me acarició los dedos lentamente.
Por un momento tuve la tentación de abrazarla y dejarme llevar. Su mano se sentía muy agradable y sentí esas caricias habían despertado a mis hormonas. Pero me frené, ella era peligrosa, y encima una chica, vampiresa. Tenía que huir de ahí cuanto antes.

Aparté la mano bruscamente de nuevo para que captara mi mensaje.
-No quiero salir contigo, Marmalade. Ni tampoco ser tu amiga. Olvídate.- Le di la espalda y me fui. Estaba angustiada. Mis ojos aguantaban las lágrimas y la vista se me nublaba mientras caminaba.
Estaba bloqueada completamente. El instituto me odiaba, Violet seguramente ahora tendría miedo de mí y Marmalade, la única persona en la que confiaba, era una violenta que además se había enamorado de mí. Sólo quería que Goliard volara por los aires y que todo eso acabara.

Cuando llegué a casa, seguía dándole vueltas al tema, aunque algo más tranquila. Pensaba en lo que me había dicho Marmalade sobre sus sentimientos: "Mi amor por ti es real, no creo que sea una obsesión infantil, como os pasa a los adolescentes..."
<¿"Os pasa"? ¿Acaso ella no se considera adolescente? Bueno no sé. Tiene más de un milla de años. ¿Como sé que lo que me ha dicho no es mentira tampoco? No hay forma de saberlo. Ella es peligrosa. No quiero seguir aquí. Me voy.>

De pronto, mi madre llamó a la puerta. -¿Qué pasa, mamá?
-Tienes visita.
-¿Estás de broma? No quiero ver a nadie. -Me puse seria.
-Es un amigo tuyo del instituto, dice que estaba preocupado por ti... La verdad no vocaliza muy bien, no sé qué más ha dicho.
-¿Un chico?
-Ajá. -Asintió mi madre.-
Lo consideré un segundo. -¡No! No quiero ver a nadie. Estoy muy cansada, mamá.-
Se encogió de hombros. -Le diré que otro día.-
Asentí.

Enseguida se me olvidó el tema. Yo seguía introvertida con las palabras que había tenido con Marmalade. De vez en cuando me venía de golpe la imagen de la cara ensangrentada y pálida como un cadáver de Violet que hacía que me estremeciera. Sentía que tenía al diablo metido en el cuerpo.

-¡Ella!
-¡Ah! -Pegué un grito y me caí al suelo. Alguien estaba en mi ventana. ¡Se trataba de Stephan!

-¡¿Qué haces tú aquí?! ¿Y a estas horas? ¡Bastardo! -Entré en cólera.
Él abrió la ventana sin inmutarse. -Como no has querido recibirme he tenido que venir por la ventana. -Entró en mi habitación. -Bonita casa, por cierto.
-¡¿Pero a ti te parece normal lo que estás haciendo?!
-¿Acaso es normal algo de lo que pasa en este pueblo? ¿Acaso es normal tu estado mental en este momento?-
Le empujé suavemente para que viera que estaba enfadada. -¿Qué quieres?-
Abrió su mochila y sacó una botella de alcohol. -Hoy hay fiesta y quiero que te vengas.-
<A este tío se le ha ido la pinza. ¿Yo en una fiesta? Y además.. ¿No se supone que yo le odio?> Por un momento lo consideré y me quedé callada pensando qué pretendía.
-¿Y qué celebramos? -Me atreví a preguntar.
-Que tú y yo hemos hecho las paces.
-¿Tú y yo? ¡Ja! -Solté una carcajada sarcástica.
-Y, que por fin te has librado del ser más peligroso del universo.
-¿Eh? ¿Cómo que del ser...?
-Me refiero a Marmalade, mujer.
-¿Has estado espiandome?
-Estaba preocupado por ti. Y además, me pareces una mujer de lo más interesante.
-¡Pero bueno! -Yo estaba asombradísima de todo lo que estaba diciendo ese chico, y la fluidez y la naturalidad con la que lo decía. Se estaba haciendo el interesante, pero a la vez, por alguna razón yo le interesaba, ¿por qué? Después de todo lo que había pasado, ¿por qué se presentaba de nuevo ante mí como si fueramos amigos de toda la vida?
-¿Sigues con esa mujer? -Pregunté para descartar sospechas.

-¿Te refieres a Tiff? Sí. Sigo con ella. Y puedes estar tranquila. Mis sentimientos hacia ti están totalmente en el pasado. No hay forma de que pueda volver a querer enrrollarme contigo.
-¡Pero qué dices! ¿Cuántas botellas de esas te has tomado, Stephan? -Me reí.
Él también se rió. -Bueno, ¿te vienes o qué? Podemos salir por la ventana. -Sonrió con los ojos muy brillantes. 

Lo pensé. Sabía que tenía que decir que no. Para dormir, estudiar, y todas esas cosas; pero me sentía tan podrida por dentro que hasta me apetecía. Nunca había bebido más de una copa de alcohol. Quería olvidarlo todo. Quería morirme.

-¡Está bien, voy! Pero sólo un ratito.

×🎁🎄¡Holiiis!! ¡Feliz Navidad! ¿Os han dado muchos regalos?
Yo sólo quiero que me regalen tiempo para escribir 😂😣
Espero que todos estén bien y que haya sido una Navidad genial para ustedes. Pueden dejarme en los comentarios lo que les ha regalado, cómo lo han pasado. Y por supuesto, ¡opiniones sobre el capítulo de hoy! Muchos besos 🌠⭐🎄🎁