La Loba.

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Salí de clase atolondrada por lo que había pasado ahí dentro.

Estaba contenta porque ya no habría más presentaciones ni, (esperaba) más momentos incómodos.

Me sentí desorientada de nuevo entre la multitud de estudiantes que se movían en diversas direcciones por el pasillo.

No sabía muy bien dónde tenía que ir ahora, al final el profesor no me había explicado. Así que decidí preguntarle a alguien. Cerca mío, apoyada en una pared al lado de las taquillas había una chica que vestía mayoritariamente de negro. Creía haberla visto en la clase, así que fui a preguntarla.

-Ho-hola, perdona...

-Hey, tú eres Ella, ¿verdad?

-S-sí...-me sonrojé- ¿cómo lo has sabido?

-Bueno, hoy el profesor te ha presentado en la clase. -Sonrió.

Yo recapacité y puse una sonrisa de darme cuenta de todo. -¡Sí! Así que estoy, en lo cierto. También eres de la 2B.

-En efecto, ¿algún problema?

-Bueno, verás. Es que no sé a qué clase tenemos que ir ahora, el profesor no me ha explicado y...

-¡Ah! -Exclamó.- ¡Así que es eso! Sí, este Greg es un despistado... -Dijo refiriéndose al profesor.-Verás, ahora tenemos 10 minutos de recreo. Cada clase se alterna con 10 minutos. Si quieres ven conmigo y te oriento un poco.

-Va-vale...-Yo acepté encantada.- La verdad, no me vendría mal una vuelta por el instituto. -Reí. Ella también sonrió. La miré a los ojos, eran profundamente negros, lo más negros que he podido llegar a ver.

-Guay...Pues, vamos. -Dijo poniendo rumbo hacia el pasillo aprovechando que la multitud ya se había disuelto un poco. -Te enseñaré todo esto.-

Yo la seguí. Me hacía ilusión tener una amiga que me ayudara un poco, para no tener que hacerlo todo sola.

-Por cierto, yo soy Marmalade. -Volvió a sonreír.

-¿Mar...Marmeleade? -Balbuceé yo al tiempo que me puse colorada de la vergüenza.

Ella volvió a poner su sonrisa hacia el suelo a la vez que soltaba un suspiro. -Es un poco largo, y poco común, lo sé. Marmalade, es portugués. Pero, puedes llamarme como te plazca, no tengo ningún apodo en concreto.

Yo reflexioné sobre lo que había dicho y traté de duplicar y no olvidar su nombre. <Marmalade, portugués.> Me parecía raro lo que había dicho de "puedes llamarme como te plazca", me alteraba un poco, ya que no sabía con qué palabra referirme a ella, y no sabía si ponerle un apodo tan pronto la iba a ofender.

-Vamos al patio, es lo primero que te enseñaré.-

Yo olvidé el tema. -Sí. -La seguí mientras atravesábamos las taquillas para salir afuera.

-¡Mira tía a ver si te enteras de una vez ya! -Unos gritos en el medio de un corro de estudiantes agrupados nos cortaron el paso. Yo decidí asomarme, sin perder de vista a Marmalade. Vi a dos chicas discutiendo, y, por sus caras, a punto de pegarse.

Me sonaban, las había visto en la clase.

-¡Déjame en paz! ¿Eres tonta o qué?

-Tú sí que eres tonta, ¡a ver si te quitas de en medio ya! -Esas palabras produjeron un murmuro monosílabo en todos los estudiantes que se encontraban mirando, lo que produjo un escalofrío en mi cuerpo. Sentí como el ambiente era tenso.

Al fin logré reconocer a las chicas. La que acababa de soltar esa frase era la que me había arrollado en la entrada, y la otra, era la que me había mirado mal sentada en su pupitre. Me preguntaba si eran de dos bandos distintos, si era normal que se pelearan, y cosas por el estilo.

La chica que había recibido esa frase que nos había impactado a todos intentó contenerse las lágrimas. -¡Déjame en paz! -Se echó para atrás. -...no tienes derecho a decirme eso. -Dijo más bajito.

La otra puso cara de indignación y cabreo al mismo tiempo mientras la que lloraba se daba la vuelta.-¡Mira Tiffany! -Se acercó a ella y la agarró del hombro por detrás. El silencio me permitió oír lo que le susurraba. -Yo no estoy con tu novio, pero si lo estuviera, ya estarías muerta. -Tiffany puso cara seria e hizo un movimiento con el hombro para que la soltara. Luego la otra se dispuso a darse la vuelta e irse a la vez que exclamaba: -¡No vuelvas a meterte en mi territorio!-

Entonces toda la multitud se empezó a mover y a murmurar unos con otros sobre lo que había pasado. Tiffany se abrió camino de la muchedumbre para irse de allí sola, paso muy cerca mío. Me fijé en que tenía pequeñas cicatrices de cortes en la muñeca, y que seguía conteniendose las lágrimas. Sentí compasión por ella, y por un momento sentí necesidad de hablarla, pero no fui cápaz. No la conocía y no sabía cómo.

Mientras, la otra chica, estaba con lo que parecían ser sus amigos , o su bando. Ella tenía cara de enojo sobervio y no decía nada mientras los demás la sarmoneaban y la advertían de que no tenía que hacer ese tipo de cosas.

Yo volví a la realidad y me dí cuenta de que estab con Marmalade, que me iba a enseñar el instituto. La busqué. Se había quedado detrás mío.

-¿Q-qué acaba de pasar? -La pregunté extrañada mientras cerraba los ojos y movía la cabeza para aclararme las ideas y tratar de asimilar todo.

-Es La Loba, no la hagas caso. Anda buscando pelea... -Dijo con tono despectivo mientras notaba que los estudiantes iban moviendose hacia fuera y los lados.

Yo dudé. -¿"L-la Loba"?

-Sí. Así la llaman cuando hablan de ella a sus espaldas. -Sonrió levemente.- Pero nunca te dirijas a ella así, te mataría.

Yo me asusté. -¿En serio? -Empalidecí. Ella asintió.- ¿Y como la llamo entonces? -Recordé que el profesor se había referido a ella en clase con un nombre que parecía ser antiguo. -¿M- Mimite?

-Ese es su nombre pero tampoco lo suele usar, normalmente la llamamos Violet. Por los ojos.

-¿Los tiene violetas?-

Marmalade asintió.

-No me había fijado.-

Marmalade sonrió. -No te preocupes. -Me tomó del brazo mientras sentía un frío agradable recorriendo el interior de mi cuerpo. -Ven, te enseñaré el patio. -Dijo mientras me empujaba a caminar. -Quedan 5 minutos, ya no nos da tiempo a ver el resto pero... al menos podremos hablar tranquilas. -Me guiñó un ojo sin yo saber muy bien porqué.

-E-está bien.-

Y así lo hicimos, fuimos afuera, a un patio donde había una cancha de baloncesto de color gris, bancos y un par de columpios. El típico patio de recreo de intituto público. Me fijé en el cielo. La luna brillaba. Era bonito.

Vi que "La Loba" salía a toda prisa por el patio como preocupada, o buscando algo, o quizá las dos cosas. Vi como nos adelantaba y empezaba a correr. Después vi que se trataba de que quería salir de allí y estaba cogiendo carrerilla para saltar por las verjas. Y para mi sorpresa, lo consiguió. Se agarró a la parte de fuera y bajó poco a poco pero con gran prisa hasta llegar al suelo. Echó a correr otra vez. Pude ver como salivaba de una manera que no era normal.

-¿A dónde va? -Le pregunté a Marmalade.

-Al bosque, supongo. -Me contestó ella sin ningún retardo.- No volveremos a verla hoy. -Miró al cielo en dirección a la luna bastante segura. -¿No es bonita? -Me sonrió mientras arqueaba una ceja.- Aquí, como no hay muchos edifcios grandes se ve perfectamente.

-S-sí. -Afirmé yo. Entonces caí en la cuenta: estaba en un instituto mixto, no sólo había humanos. ¡Me había olvidado! -E-entonces... -pregunté algo nerviosa.- ¿Qué es, un hombre lobo?-

Marmalade sonrió. -Mujer lobo. Y, sí, lo es pero no tiene mucha importancia fijarse en esas cosas...¿por qué lo preguntas?-

Yo abrí los ojos como platos. -¿Qué por qué lo pregunto?





Cuando ves llorar a una vampiresa de ojos negros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora