-¡Ella! ¡Ella! -La voz de Marmalade sonaba distorsionada y con eco.
No veía nada más que oscuridad, pero mi sensación era que tenía los ojos abiertos.
-¡Ella! ¡Despierta! -Por fin vi una luz. Luego la cara de una chica morena dando vueltas sobre mi ángulo de visión. -¡No te duermas aquí, tonta!
-No estaba dormida. -Recuperé la consciencia y me dispuse a levantarme.
-Más bien desmayada. -Me ayudó a levantarme.
-¿Quien eres tú? -Dudé por unos segundos ya que mi vista seguía algo borrosa y su voz distorsionada.
-¡Soy Marmalade, boba! -Dijo irritada.
-Ah vale. -Por fin mi ojo consiguió enfocar. -Sólo me quería asegurar de que no estaba en otro mundo de nuevo.
-¡Agh!-
Terminamos de salir de aquel túnel y volvimos al cuarto.
La vampiresa cerró el armario con un suspiro. Se notaba que estaba enfadada conmigo y no quería hablarme, pero yo no me preocupé. Sabía que podía hacer que volviera a quererme en segundos.
-Marmalade.-
Ella volvió la cabeza hacia a mí. -¿Hmm?
-¿Por qué tenéis un infierno separado del de los humanos?-
Volvió a suspirar dispuesta a explicarme. -Al principio estaban todos juntos. Pero era un lío porque algunos humanos no saben que los vampiros existen.
Aunque aquí en Camilton, parece haber igualdad, el hecho es que somos diferentes, y a Lucifer le era demasiado difícil dominar a todos.
-¡¿A Lucifer?!
-Claro.
-Pasaron muchos milenios en los que estuvieron juntos, encerrados ahí.
Además es raro que un vampiro se muera, así que eran minoría. Pero los pocos que se iban sumando con el paso de los siglos fueron protestando hasta que un día el hijo del Rey Demonio decidió hacer algo al respecto. Se ofreció a ser nuestro Diablo. Lucifer le separó un trozo de Infierno y desde entonces su hijo es el Rey Demonio del Infierno de los Vampiros. -Contuvo la risa al decir esto último. -Claro que les trata fatal. Es un demonio. A veces se cansa y comienza a reinar la anarquía, y luego les pone otra vez a sus órdenes. Es lo que me cuentan mis padres.
-¿Y crees que están mejor así?-
Se encogió de hombros. -De todos modos el Infierno no es un lugar bonito. Tiene que haber problemas... muchos. ¡Si no, no sería un Infierno!
-También es verdad. -Sonreí. -¿Y en el Cielo? ¿Están todos juntos?
-Los vampiros no vamos al cielo. Somos seres con naturaleza maligna. -Me entró un escalofrío cuando dijo eso. -Ni siquiera sé si el Cielo existe. No conozco a nadie que haya ido a parar allí y luego haya venido a contármelo.-
Me quedé impresionada por lo que estaba diciendo. Marmalade tenía más de 1600 años y no sabía si la existencia del Cielo era real. Eso me hizo reflexionar. -Al menos se sabe que el Infierno sí, existe.
-Sí. Nosotras lo sabemos.
-Pero me parece súper injusto que vayáis todos al Infierno, Marmalade.
-Tranquila. En tantos siglos es imposible que no hayamos hecho nada malo.
-Pero no todos sois malos.
-Tenemos nuestras épocas. Unos más y otros menos, pero a la vez que nuestra personalidad va evolucionando y vamos aprendiendo y madurando, también nos cansamos de ser siempre buenos o siempre malos.-
Me aterroricé y el corazón se me empezó a acelerar.
-¿Tú te vas a volver mala Marmalade? -La abracé por un costado.
Me sonrió y me abrazó más fuerte. Por un momento sentí su aura malvada envolverme y aprisionarme. -No mientras tú estés ahí para alegrarme los días. -Me puso una sonrisa sincera.
Eso me enterneció y me dejó más tranquila.-Bueno, vete. Deberías descansar.
-¿Descansar? ¡Si no he hecho otra cosa en todo el día!-
Marmalade soltó una carcajada. -Te has desmayado, Ella.
-¡Ya, pero ha sido sólo un segundo!
-De todas formas, el visitar La NocheEsfera consume mucha energía. Es mejor que te vayas a tu casa y descanses.-
Miré mi teléfono para ver si mi madre me había contestado.
Había leído mi mensaje pero no había respondido nada. Me pregunté si se había enfadado conmigo.
-Tu madre estará preocupada, ¿no? Anda, vuelve a casa. -Me trató de empujar a la salida. Yo me dejé. Su expresión escondía algo. Pensé que quizá me quería proteger de algún posible peligro. Quise pedirle una explicación, pero no sabía cómo exactamente; y cuando me quise dar cuenta estaba ya en la puerta de la casa. -Marmalade... -Dije tímida sin saber con qué palabras seguir.
-Te veré más tarde... o mañana. -Me cerró la puerta en la cara sin mucha brusquedad.
<Estos vampiros... ¿Por qué tanto misterio? ¿Realmente merece la pena prohibir informar de tantas cosas a los humanos?> Respiré profundo mientras empezaba a caminar hacia mi casa. <Me parece súper injusto.> Me sentía en una posición de desventaja ante tanta información desconocida y, (al menos aparentemente) inalcanzable para mí.
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Cuando ves llorar a una vampiresa de ojos negros.
VampirosElla es una estudiante normal que se ha mudado a una nueva ciudad, dónde la convivencia con criaturas no-humanas se ha popularizado. Allí conocerá a fantasmas, hombres-lobo...y a una vampiresa de lo más peculiar que la traerá el amor a la mente. ⚠️...