Demonios, qué rabia me dio. Ahora quería estar junto a ella despues de todo.
Besaba indescriptiblemente bien. Ahora mi cuerpo pedía más tambien.Nos metimos a una cafetería a desayunar. Pedimos tortitas y huevos con bacon, aunque no teníamos cómo pagarlos.
Marmalade removía el café con una cuchara aun sin ser capaz de mirarme a la cara.
-Dices que ellos eran... bueno, son ¿una secta?
-Eran.
-¡¿Qué?! ¿Qué les has hecho?
-Les he encerrado en ese club y luego lo he quemado.
-¡¿Cómo?!-
Sonrió. -Es broma. Pero tardarán en encontrar la forma de salir de allí. -Me guiñó un ojo.
Yo no quería saber más.Ahora que ese beso había sucedido, había sido tan perfecto que me daba miedo repetirlo. El sitio donde estábamos en ese momento estaba bastante bien iluminado y me daba vergüenza, pero no dejaba de pensar en el tema sin ser capaz de sacarlo a colación.
-Son un grupo de vampiros que tienen unas creencias muy extrañas. Digamos que han "evolucionado" y ya no les afecta el sol. Son una especie de raza diferente, algunos tienen mezcla de vampiro y hombre-lobo. Han permanecido en el planeta durante mucho tiempo, por lo que, son una raza conocida, aunque no para los humanos.
-Y yo que pensaba que era simplemente un club de locos.-
Negó con la cabeza. -Hay miles por el mundo. Aquí no tantos porque esto sólo es un pueblecito. Pero... -se llevó las manos a la cara -No logro entender por qué te has metido ahí. -Me miró a los ojos.
Yo empecé a temblar. -Esto... bueno. ¡Brad está enfermo!
-¿Y?
-Él me dijo que no había problema, que lo pasara bien. -Dije con un hilillo de voz porque era consciente de que sólo estaba diciendo ridiculeces.
Marmalade cambió de tema. -Ella, sobre Brad... yo no me quiero meter en vuestra relación.
-Nuestra relación va a terminar. -Dije seria y muy segura de mí misma.
-¿En serio?
-Sí. Además, es posible que esté con otra. Puede que haya mentido y realmente no esté enfermo, aunque cuando le llamé sí lo parecía, pero hemos hablado muy poco. Después de todo salgo con él sin saber realmente su vida. Me le imagino en la cama con una top model de esas mientras yo estoy en el baile de Goliard sintiendo que mi existencia no tiene sentido.
-Pero...
-¡Tú siempre me salvas, Marmalade! ¿Crees que Bradd hubiera aparecido la mitad de rápido de lo que tú lo has hecho? No. Ni siquiera le importó que me fuera con un desconocido. Si tú no existieras, ellos me habrían comido, o quemado o convertido en una cabra sagrada. -Negué con la cabeza. -Tú me gustas, y me lo he estado negando desde que llegué. -Me puse a temblar y miré al suelo. -Me cuesta reconocerlo, porque soy cabezota pero es así.
-¡Totalmente!
-¿Qué?
-Realmente, me agrada que me digas eso. -Me agarró la mano. -De veras, no sabes lo feliz que me siento. Pero estoy molesta contigo.
-¿De qué hablas?
-No puedes ir a sitios sólo porque te inviten o porque tu novio te dé permiso, ¿qué eres, un perro? No, Ella. Eres una persona con la capacidad de tomar decisiones, y de esas decisiones depende tu supervivencia, no de mí.
-Tienes razón. Tengo que cambiar y aprender a decidir. No necesito que nadie me salve si actúo con buen juicio.-
Marmalade sonrió. -Bien. -Dijo con un suspiro.
-Necesito ir a visitar a Bradd.
-Genial. Vamos.
-¿Ahora?
-Sí. -Dijo mirando a la única camarera que había en ese momento en el establecimiento, esperando a que estuviera distraída. -Cuando yo diga tres corre más rápido que en tu vida. -Me susurró.
Yo agarré bien fuerte mis cosas.
-Una,... dos,... ¡tres!
Corrimos súper rápido, pero no me pude aguantar la risa y la camarera se dio cuenta cuando estábamos abriendo la puerta -¡Eh! -Chilló. Entonces nosotras corrimos más rápido aún y ella ya no nos siguió. Tampoco se esforzó mucho en evitar nuestra huida.-Ha estado divertido. -Le dije. -Pero la próxima vez deja que me acabe las tortitas al menos.
-Eran muchos carbohidratos para una sola mañana.
-Puede. En fin, ¿a dónde vamos? -Pregunté desorientada.
-A la casa de Bradd, ¿no? ¿No tienes su dirección?-
Asentí. -Sé que la tengo apuntada por aquí. -Saqué el móvil. -Rayos, no me queda mucha batería.
-Creo que será suficiente para mirar dónde vive tu novio, Ella. -Dijo en tono de regaño.
-Vale, sí. La tengo.
-Déjame ver. No está tan lejos.
-Pero Marmalade, hace mucho sol.
-¿Qué quieres, que use el teletransporte otra vez?-
Me encogí de hombros. -Yo lo digo por ti. Además, ¿no lo usas todo el tiempo?
-También es verdad.-Me agarró de la mano.
ESTÁS LEYENDO
Cuando ves llorar a una vampiresa de ojos negros.
VampirElla es una estudiante normal que se ha mudado a una nueva ciudad, dónde la convivencia con criaturas no-humanas se ha popularizado. Allí conocerá a fantasmas, hombres-lobo...y a una vampiresa de lo más peculiar que la traerá el amor a la mente. ⚠️...