Decidí quedarme allí un tiempo mientras decidía qué hacer con mi vida, pero cuanto más me quedaba, más dudaba de lo que hacer. La casa de mi padre me daba arcadas. El ambiente era totalmente lo contrario a cómodo. Me iba a la cama sabiendo que al día siguiente al menos dos de mis ahora "compañeros de piso" iban a estar en el hospital por un coma etílico o por una sobredosis.
Me había hecho amiga de Jovanna, aunque nunca sabía si lo que me contaba era verdad. Ella intentaba ayudarme pero la verdad que no me servía de mucho. Sabía que tenía que tomar la decisión yo.Llevaba ahí ya unos pocos días cuando mi padre vino con el móvil en su mano y me lo dio. -Es tu madre. Que está preocupada.-
Yo hice una mueca de miedo.
-Ella, ¿no la has llamado ni una sola vez?
-¡Te dije que nos habíamos peleado!-
Mi padre puso los ojos en blanco. -Como sea, habla con ella.-
Resoplé. No quería. -Cogí el móvil y me lo puse en la oreja.
Mi padre se fue. Estaba claro que no quería saber nada del tema.
-¿Hola? ¿Ella? ...¿Donald? -Se la notaba que estaba preocupada y triste.
No contesté. No fui capaz.
Se me pusieron los ojos llorosos mientras me daba cuenta de la persona tan ruin en la que me había convertido.
Tras unos minutos con el móvil en la mano colgué y me tiré en la cama. Esa noche no dormí. Me obligué a tomar una decisión, tenía que madurar y acabar lo que había empezado en Camilton, en Goliard concretamente. O tarde o temprano los problemas me encontrarían.Empecé a pensarlo, y a sentirme responsable. Y pensé, que quizá debía tratar de controlarme un poco más con la gente y reparar el daño que había hecho. Quizá darles la razón a ellos no era tan mala idea.
Seguía pensando en los ojos de Marmalade, me preguntaba si ella seguía triste. <Quizás sí> pensé, <quizás no era un farol ni un capricho.> Fuera como fuera tenía que hablar con ella y volver a ser su amiga, o al menos conocida. Y con el resto, pedirles perdón y pedir tregua. Y estudiar, volver a sacar buenas notas como he hecho siempre.
A las 4 am de esa noche empecé a hacer la maleta un poco más contenta de lo que había llegado aquel día a la casa de Donald Parker.
Cuando la tenía hecha completamente ya sabía qué decirle a cada una de las personas con las que había tenido problemas. A todas excepto a Marmalade. Volver a mirarla a los ojos me daba pánico.Fui corriendo a comunicarle mi decisión a mi padre.
Como siempre estaban de fiesta en el salón así que la hora no era un problema.Con quien primero me encontré fue con Jovanna. Le dije que me iba a ir, que iba a ser valiente y a aclarar las cosas.
-Vaya, Ella. Es una decisión muy madura por tu parte. -Dijo con un tono de voz bajito. La noté triste.
-¿Va todo bien?-
Se encogió de hombros. -Me da pena que te vayas, eso es todo.
-Oh, lo siento. -Me entrintescí yo también.
-Es que veras, tus historias son geniales. Me han hecho desconectar de mis problemas como nada lo había hecho antes.
-¿P-problemas? -Balbuceé haciéndome la loca como si no supiese nada sobre sus problemas.
-Sí... Mi hermano está en la cárcel. Perdona por no decirtelo Ella. -Rompió a llorar y se me tiró encima.
Por un momento pensé que estaba ebria, pero no olía a alcohol.
-¿Estás bien?-
Asintió. -Este tiempo que has estado aquí, te había dicho que mi vida era genial pero es mentira. Sólo quería aparentar ser como tú porque se te veía tan bien... Luego me empezaste a contar tus movidas y me dio pena haberte mentido pero me cogiste tanta confianza que no sabía cómo decirtelo. Lo siento. -Sollozó.
-No te preocupes, siento que hayas tenido que soportar todo eso tú sola.
-Sí, pero ¿sabes qué Ella? -Me cogió de ambos lados de la cara.
-¿Qué?
-No te he mentido en una cosa. Te dije que era feliz y lo soy. Por muy dura que sea la vida para mí, y por muchos problemas que se me pongan delante soy feliz sabiendo que cada vez falta menos para que pueda pagar la fianza de mi hermano. -Me soltó y dio un paso atrás para mirarme de arriba a abajo. -Superar los obstaculos que te pone la vida es lo que da felicidad, y estoy segura de que tú también puedes ser feliz. Despues de todo, eres una adolescente con toda la vida por delante. Ojalá tuviera yo tu edad.
-¡Ey! Que tú tienes veintidós. -Reí.
-Quiero decir que daría lo que fuera por tener el tipo de preocupaciones que tienes tú, si a cambio mi hermano estuviera aquí conmigo. Bueno, eso y no haberme dejado medio hígado en el alcohol.
Sonreí. -Gracias. Hacía tiempo que nadie era tan sincero conmigo. -Realmente me había sorprendido. Lo que me había dicho era el empujón que necesitaba para afrontar mis problemas, que, mirándolo bien no eran ni con mucho comparables a los de Jovanna.En ese momento se acercó mi padre, el cual se veía extrañado por nuestras expresiones tan felices. -¿Qué pasa, Ella?-
Le sonreí. -Vuelvo a casa.
-¿Quieres decir a la de Camilton?-
Asentí. -Mañana cogeré el primer tren.
-¡Bobadas! Ya te llevo yo. ¿Has hecho la maleta?
-Sí.
-Pues mañana despues de desayunar salimos para allá. ¡Chicos! Se acabó la fiesta por hoy. Es hora de dormir.-
Me sentí contenta. Hasta mi padre había cambiado de actitud desde que yo había llegado.
Al hacerme más responsable yo y afrontar el futuro que me esperaba había hecho que el resto también lo hicieran.
<Después de todo, ha servido para algo mi visita>. Me preguntaba qué hubiera pasado si hubiera tardado un poco más en decidirme.
Era hora de poner en acción a la nueva y responsable Ella.ס¡Hola a todos!! Ya empezó el verano!!! Les deseo un feliz verano a todos.
Y ya salieron de casa? Yo sí, ya estoy volviendo a la normalidad poco a poco...
^^ gracias por los comentarios que dejaron en el anterior cap. Realmente los aprecio y espero que comenten aquí qué les ha parecido el siguiente. Ahora habrá otro suceso inesperado...
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Cuando ves llorar a una vampiresa de ojos negros.
VampireElla es una estudiante normal que se ha mudado a una nueva ciudad, dónde la convivencia con criaturas no-humanas se ha popularizado. Allí conocerá a fantasmas, hombres-lobo...y a una vampiresa de lo más peculiar que la traerá el amor a la mente. ⚠️...