Despedida en el Bosque.

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Al principio  no supe dónde estaba, pero luego me di cuenta de que Marmalade me había llevado hasta el corazón de un bosque.

-¿Es este el bosque de Camilton? -Pregunté.
No hubo respuesta. Miré a mi alrededor y me di cuenta de que Marmalade no estaba. No podía explicármelo. Pensé que tal vez sólo se había escondido para gastarme una broma pero no quería moverme de donde estaba. A mi alrededor solo había enormes árboles que impedían el que yo pudiese orientarme. Ni siquiera había un atisbo de sol para saber dónde estaba.

-Ella... -Una voz suave y ligeramente conocida hizo eco repentinamente. Estaba asustada. Me preguntaba si era otro de los truquitos de Marmalade. Ni siquiera pude distinguir de dónde venía la voz. Era como si hubiera sonado por todo el bosque. Empezaba a tiritar de miedo mientras esperaba a que el sonido se repitiese, pero nada. No me atrevía a gritar una sola palabra. Me encontraba totalmente paralizada por el miedo, incapaz de dar un paso en ninguna dirección.

Ya habían pasado unos cuantos minutos desde que yo había aparecido allí, y aunque no sabía a ciencia cierta cuántos, ese momento se me hizo interminable.
De pronto, vislumbré una potente luz a una distancia no muy lejana, me atreví a caminar hasta ella, ya que no tenía muchas opciones. Cuanto más me acercaba más se extendía; era amarilla y desprendía calor hacia mí.
Cuando la tuve delante me horroricé,  ¡era fuego! El bosque estaba ardiendo sin control.
Me eché las manos a la cabeza, incrédula, pensando qué podía hacer yo para salvar todos esos árboles, ¡qué podía hacer para salvarme a mí misma!

-Hola Ella.-
<¡Esa voz otra vez!> Me dije, sin saber muy bien qué estaba pasando.
Unos segundos más tarde apareció una persona ante mí, la cual parecía más bien un espíritu.
La reconocí, se trataba de Kathe. Entonces supe que era ella la que me había estado hablando.
Perdí el control de mis emociones. -¿Kathe! ¡¿Qué...?! ¡Hay que salir de aquí! ¡El bosque está ardiendo! -Grité a pleno pulmón mientras un litro de lágrimas salían de mis ojos y bajaban por toda mi cara.
Kathe negó con la cabeza muy tranquila, ni se movió un milímetro de donde estaba. -No está ardiendo, Ella. Nada se está quemando.-

<Ese tono otra vez.> Daba la impresión de que estaba poseída, era un tono más relajado de lo normal. -Kathe, ¿qué has estado fumando? ¿Por qué haces que me preocupe tanto? ¿Por qué me llamas por un número desconocido?-
Kathe rió brevemente. -Vaya, qué ingenua eres. ¿Es que aún no lo entiendes?-
Yo negué con la cabeza abriendo mis ojos hasta el límite. -¿Qué hay que entender? -Me acerqué un poco a ella.
-Por favor. -Soltó un suspiro. -Quédate donde estás.-

Me asusté aun más: de un momento a otro vi como el fuego la rodeaba, y hasta la tocaba sin que ella hiciera nada. 

-Me muero, Ella. Mi vida a llegado a su fin. -Seguía con ese tono extremadamente relajado. -Pronto podré abandonar este mundo en paz, gracias a ti.
-¡¡¡¿QUÉ?!!! ¿Cómo que gracias a mí?-
Cerró los ojos. -Tú me has hecho comprender el verdadero sentido de la vida. Me has hecho sentirme arropada, con tu amistad. Te estoy inmensamente agradecida. 
-¿Así sin más? Esto es ridículo de lo surrealista que es. 
-Míralo como quieras. Pero recuerda que, siempre te estaré agradecida. -Me rozó la mano. 

Sentí ese escalofrío peculiar otra vez, pero esta vez era cálido, no tan desagradable ni tan gélido como el resto de veces hasta ahora. Era como un abrazo acogedor, pero sus manos no dejaban de estar heladas.

-Necesito... que me expliques.
-¡¿Qué quieres que te explique?! Se puso en frente de mí de repente. Pude ver que tenía los ojos llorosos. -Ella. -Suspiró. -Estoy intentando despedirme bien. No lo hagas más difícil.-
Asentí. -De acuerdo. -La abracé. Pensé que si esa iba a ser nuestra última conversación, mejor acabar bien. 

No sé cuanto tiempo estuve abrazándola, lo que sí sé es que cerré los ojos durante un buen rato, y que estaba muy a gusto. -No quiero que te vayas. -Susurré. Pero no hubo respuesta, de pronto dejé de escuchar el sonido del fuego, no había ni un sonido a mi alrededor.

Me desperté envuelta en sábanas y sudor.
Me toqué la frente mientras miraba a mi alrededor. Tenía fiebre. -Genial...-

Estaba en mi habitación.
¿Había sido todo un sueño? ¿Desde cuando llevaba ahí? 



Hola amigos! Tiempo sin vernos >.< pero no me olvido de ustedes (en realidad esta historia es muy importante para mí). Les comento: estoy trabajando en una parte un poco más avanzada de la historia. Además, hay partes que ya tenía pensadas y escritas así que tengo que hacer que encaje lo que está pasando ahora con lo que pasará después (les va a encantar!) 
By the way, mientras esperan, les recomiendo un anime (yo aquí como si fuera youtuber recomendando cosas, jaja) se llama Promised To Neverland. Salió hace poco y ha cogido mucha fama, creo que les gustará.
Dejenme en los comentarios sus opiniones sobre este capítulo y ya saben que estoy atenta *búho*.

Cuando ves llorar a una vampiresa de ojos negros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora