Coincidencias || Bughead.

Capítulo ocho

"La verdad adelgaza y no quiebra, y siempre anda sobre la mentira como el aceite sobre el agua."
Miguel de Cervantes.

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Mientras Betty estudiaba tranquila en Houston y Cheryl lo hacían en Boston. En Riverdale las cosas se habían tensado un poco.

Tan solo había pasado un mes de que las chicas se habían ido y el caos llamado "Penny Peabody" ya se había hecho presente acompañada de los diablos.

-No le diremos nada, yo me encargaré de esto- soltó el morocho, demasiado molesto.

-Escucha Sweet Pea- puntualizó Heather, apoyando su dedo índice en la pequeña mesa que los separaba- Betty es la reina te guste o no y ella merece enterarse de lo que acaba de pasar.

-Además- habló Fangs, que estaba al lado de la castaña- ella me pidió exactamente que la mantuviera al tanto de todo y yo no voy a ocultarle nada solo por un simple capricho tuyo.

-Oíste a Penny, Sweet Pea- habló un hombre mayor acercándose y el chico se volteó para poder verlo.

-Papá- murmuró.

-No estás llevando las cosas por un buen camino- aclaró- y Penny dijo, que quiere que Betty sea quien compita contra Malachai. Las serpientes no están en posición de llevarles la contra, ellos son muchos más que nosotros- soltó- tú eres el rey, muchacho, y tú tomas las decisiones pero deberías tomar el consejo de tu padre, que ha llevado el mandato de esta pandilla por años.

-Tienes razón, yo tomo las decisiones- asintió.

-Bien, pero yo no te hago caso- habló Fangs- te desconozco Sweet Pea, eres otra persona y lo triste es que no has cambiado para bien- negó y tomó su celular para salir del bar.

Se apoyó en la pared y buscó el nombre de su amiga en la lista de contactos.

La cosa llegaba a molestarlo bastante, porque Betty se merecía todo lo bueno que le estaba sucediendo y ni siquiera había pasado mucho tiempo, que los problemas volvían a abordarla.

Pero la conocía muy bien, a la rubia no le molestaría en lo absoluto dejar todo por las serpientes, por eso era la reina, le ponía todo el pecho a las balas con tal de salvarlos y mantenerlos a salvo.

En ese instante, Betty estaba en su habitación junto a Verónica. Era sábado, por lo tanto tenía la tarde libre, ya que no debía trabajar. Al ver el nombre de su amigo en la pantalla, se disculpó y se metió al baño para poder atender tranquila.

-Hola Fangs- saludó contenta- ¿Cómo han estado? Los extraño demasiado.

El morocho sonrío al oír su voz, verdaderamente la admiraba por su fortaleza y su capacidad de seguir adelante a pesar de todo por lo que había pasado.

-Hey pequeña, todos te extrañamos aquí.

-Les conviene que lo hagan- advirtió con diversión.

-Betty- la llamó con seriedad- tengo noticias que darte y no sé como vayan a afectarte.

La rubia hizo una mueca mientras bajaba la tapa del inodoro y se sentaba ahí- dime, sea lo que sea puedo soportarlo.

-Penny y los diablos, otra vez- suspiró- ¿Recuerdas la carrera en la que le ganaste a Malachai hace casi dos años?- esta hizo un sonido de asentimiento- se aburrieron y quieren la revancha, si ganan se quedan con el Wyrm y con el parque de remolques Sunnyside, si nosotros ganamos ellos se van del lado sur.

Betty sonrió- ¿Quieren que sea yo quien les gane otra vez?

-Sweet Pea no estaba de acuerdo en decirte y quería correr él. Pero ellos te quieren a ti frente al volante- comentó- quedó programada para el 27 de diciembre, cuando tú vuelves para las fiestas.

-Por Dios, acepto- soltó con emoción y diversión, ya necesitaba un poco de emoción en su vida.

-El problema es que ellos incendiaron el único auto que teníamos.

-No te preocupes- le restó importancia- conozco a la persona perfecta que nos puede ayudar y lo mejor, es que me debe un favor.

-Extraño tenerte aquí, con esas ideas locas en tu cabeza- admitió.

-¿Sabes?- comenzó con una sonrisa- para cuando llegue, anota un lugar en el escenario para la reina, mad world es mi canción, ya lo sabes. Si vuelvo, lo hago con todo.

-¡Esa es mi reina serpiente!- festejó- hablaré con Heather, ella es la que se ocupa de estas cosas. Nos vemos en tres meses.

-Nos vemos, mándales saludos a todos- pidió.

-Lo haré- cortó.

Betty suspiró con una sonrisa la cual se desvaneció luego de pensar un poco la situación, tendría que volver a lidiar con los diablos y mucho peor, con Penny, la mujer que la había manipulado y que la había enviado a la cárcel por unas semanas. Se miró al espejo y volvió a la habitación.

Verónica la esperaba recostada en su cama- ¿Cómo te fue? ¿Era algo grave?

-No, solo era mi mejor amigo preguntando como estoy- mintió, aún no podía decirle la verdad.

Pero Verónica, al ser una persona por naturaleza muy feliz y risueña, tenía la capacidad de notar cuando alguien no estaba bien, era algo que había notado en Betty desde que la conoció, ese pequeño brillo de tristeza que se reflejaba en su rostro. Pero en ese momento, su amiga se veía algo preocupada.

La morocha se sentó en la cama y la miró- B- la llamó- nunca hemos hablado de ti desde que llegaste, me he dado cuenta de que prácticamente no sé nada sobre tu vida, solo que vienes de un pueblito y tú sabes prácticamente todo de la mía. Entiendo si no quieres hablar, pero si algún día lo necesitas, yo estoy dispuesta a oírte y ayudarte siempre.

La rubia suspiró y le sonrió- tranquila V, estoy bien, solo debo ocuparme de unas cosas cuando vuelva a casa para las fiestas y eso me preocupa un poco, pero está todo bajo control.

-Está bien- asintió más tranquila.

-Ahora podemos continuar con lo que hablábamos- dijo recostandose en su respectiva cama.

-Ah sí, como te decía, este sábado es el cumpleaños de Jughead y teníamos planeado salir, como ya eres parte del grupo, estás claramente invitada.

Betty asintió con una sonrisa.

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