Coincidencias || Bughead.

Capítulo veinticuatro

"Y sin querer se me abrieron heridas viejas, por golpes nuevos, y así volví a sangrar donde un día dolió y fue cuando me dí cuenta que no somos tan fuertes como pensamos."
W. Moreno.

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Jughead dejó su celular luego de ver el mensaje de la rubia.

Ya había acordado con Archie, que esa noche la habitación quedaría solo para él y al pelirrojo no le había quedado otra opción que aceptar.

Cuando ya habían pasado unos diez minutos, se sentía realmente aburrido, pensó que quizá debía haber ido a buscarla él, pero ya era tarde, Betty debía estar llegando.

Oyó la puerta y se levantó resignado.

—Te dije que pasaras directamente— dijo divertido, pero frunció el ceño al ver a otra persona ahí— ¿Donna? Creí que había quedado claro que no quiero nada contigo.

—Jughead— soltó con cautela— sé que no quieres estar conmigo y ya lo he aceptado, solo necesito hablar contigo sobre un tema importante.

El pelinegro frunció el ceño, aún sin soltar el pomo de la puerta y ocupando con su cuerpo todo el espacio abierto que daba a la habitación— ahora no es un buen momento, estoy esperando a Betty.

—Será rápido— prometió.

Tocó el brazo del chico suavemente y este suspiró resignado, para hacerse a un lado.

Pero en cuanto cerró la puerta, se arrepintió, Donna lo besó con todas su fuerzas y le impidió separarse, abrazándolo por el cuello.

Los empujó hasta quedar Jughead sentado en la cama y ella a horcadas sobre él. Entonces, para cuando la rubia entró en la habitación, la pelinegra estaba sin camisa y sobre Jughead.

Betty sintió un nudo en el pecho, otro en la garganta y otro en el estómago. Viéndolo desde su perspectiva, cualquiera habría reaccionado como ella, no, en realidad habría reaccionado peor.

Lo único que hizo fue levantar las bolsas que tenía en su mano derecha.

—Lamento interrumpir, solo les traía la cena— habló irónica y con una sonrisa falsa, que ocultaba las lágrimas a punto de salir como una cascada de sus ojos.

—Betty, espera— soltó él, haciendo a Donna a un lado.

—Tranquilo, yo ya me iba— dejó las bolsas en la mesita que se hallaba a un lado de la puerta y la cerró con tanta fuerza que podría haberla roto.

Caminó a paso ligero por el pasillo hasta llegar al ascensor, una vez que las puertas de este se cerraron, se apoyó en una de las paredes.

Se sentía traicionada, en cuanto vió la escena, vino a su mente el momento en el que había encontrado a Sweet Pea y a Josie después de tener sexo, cuando él aún era su novio. Pero de alguna forma, ver a Jughead así se había sentido peor.

Quizá porque era muy reciente, o porque no se esperaba una acción así de un chico como él. Pero en fin, eso la había lastimado, aunque, Betty Cooper no soltaría ni una sola lágrima por un chico.

Llegó a su habitación hecha una furia, pero supo disimularlo.

—Hola, B ¿No cenarás con Jug?— preguntó Verónica, quien se encontraba pintándose las uñas.

—Iba a hacerlo, pero ya consiguió compañía— soltó irónica, mientras se quitaba el abrigo con molestia.

—¿Qué? No entiendo lo que dices— la miró confundida.

—Cuando llegué estaba a punto de tener sexo con esa chica, Donna— explicó caminando de un lugar a otro, cambiando las cosas de lugar.

—Te puedo asegurar que fue una confusión, Jughead no es así— negó.

—Verónica— se frenó para quedar frente a su amiga— creí que Archie no era un estúpido, pero te lastimó. Creí que Sweet Pea me amaba, pero me engañó. También creí que mi padre no me abandonaría, pero lo hizo. No me sorprende nada a esta altura del partido, nada es lo que parece— explicó moviendo las manos— no debí confiar en él, eso es todo— finalizó y sacó una valija para ponerla sobre su cama.

—¿Puedo preguntar qué estás haciendo?— preguntó luego de analizar las palabras de la rubia.

—Estoy acomodando bien mi equipaje, es todo— murmuró, mientras doblaba prendas violentamente.

—Betty, puedes llorar o enojarte, pero no te lo guardes, habla conmigo— pidió.

—Estoy bien, V— soltó— no es importante.

La morocha decidió que era mejor callarse y darle su espacio, después de todo, Betty no era una chica normal. Ella no lloraba si la lastimaban, solo ignoraba la situación y seguía con su vida. Dicen que cuando te hieren lo suficiente, comienzas a acostumbrarte y a ella la habían herido toda la vida.

Horas después, Betty ya se había bañado, eran las 3a.m. Aunque intentaba ignorarlo, cada vez la situación la molestaba más. Jughead no la había ido a buscar o ni siquiera le había dejado un mensaje, mucho menos le había marcado al celular.

Mientras Verónica se duchaba, se dispuso a terminar de arreglar su bolso de mano. Era muy precavida con todo, le gustaba tener todo en orden y bajo control.

Escuchó unos toques en la puerta, supuso que era Kevin, que había llegado antes y había ido a verlas. Pero en cuanto abrió la puerta… no, definitivamente no era Kevin, su cabello era negro, no castaño. Sus ojos, eran azules, no verdes y él la había lastimado, Kevin jamás lo haría.

Quiso cerrarle la puerta en la cara, pero Jughead se lo impidió.

—Son las 3 de la madrugada, deberías estar durmiendo— fue lo único que dijo— con Donna a tu lado— agregó en un tono cruel.

—Betty, necesito que hablemos.

—Yo necesito que te vayas, para poder terminar de arreglarme tranquila.

—Lo que viste fue un error ¿Okey?

—Cierto, se te confundieron los horarios y olvidaste citarla más tarde. Tranquilo, entiendo- habló irónica.

—Betty— habló, comenzando a molestarse por la actitud de la rubia.

—Mira, Jughead— lo cortó— en menos de una hora debo irme y Verónica saldrá en unos minutos del baño, no quiero que te vea aquí. Hazme el único favor de irte, no tenemos nada que hablar.

Aprovechó el desconcierto del chico y cerró la puerta, dejándolo del lado de afuera.

Jughead solo suspiró derrotado y volteó para volver por donde había ido. Betty solo se apoyó en la puerta y respiró profundo.

Siguió con lo que hacía y unas horas más tarde, se encontraba tomando un avión junto a su amiga. Ya no importaba nada, incluso el chico que acababa de jugar con ella importaba, ahora tenía más cosas de que ocuparse y podría descansar de sus pensamientos de amor trágico por un tiempo.

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Ahora seguro me odian, ustedes esperen y traten de no insultarme en el camino. Gracias.