Cuando la noche abordó Riverdale. Betty y Verónica ya se encontraban ingresando en el bar de las serpientes.
Ahora Sweet Pea si estaba presente, junto a su novia, en una de las mesas.
La rubia decidió hacerlo rápido, le entregó la memoria USB a Heather y subió al escenario, que estaba previamente vacío, después de dejar a su amiga con Fangs.
—¡Buenas noches!— saludó con una sonrisa, acercando el micrófono a su boca.
Todos levantaron sus tragos en forma de saludo, como siempre lo hacían.
—Me he enterado de algunas cosas mientras no estaba en Riverdale— comenzó— Como todos saben saben, en cuatro días se llevará a cabo la competencia contra los diablos, la cual, a la carrera la correré yo— aclaró y le dió una ojeada al lugar— hoy no estoy aquí para hablar sobre mí o sobre la carrera, sino, sobre su rey serpiente.
Lo encontró entre la gente, ceño fruncido y mandíbula apretada, estaba serio y molesto, muy molesto.
—Un mes luego de llegar a Houston y enterarme de la carrera— continuó la rubia— recibí una llamada de Sweet Pea, amenazándome para que rechazara la oferta, claramente me negué y entonces, esa misma noche, un par de gárgolas me atacaron en un callejón.
Una fotografía apareció en la pantalla que estaba tras la rubia. Lo que se veía en mayoría, era sangre. Verónica cerró los ojos al verla.
—Esa soy yo— asintió Betty, señalando detrás de sí misma— minutos después de haber sido brutalmente golpeada a órdenes del rey serpiente. Pero por si no son suficientes pruebas, les tengo algo más— habló— porque su rey, no envió ni a más ni menos que a Kurts, quien quería matarme hace un año. Pero como este no sirve lealtad más que al dinero o a su rey gárgola. Tengo más contenido que mostrar.
Un vídeo se reprodujo en la misma pantalla, Kurts, sentado en una silla vieja y con algunos golpes en su rostro.
—¿Qué querías que dijera?— preguntó este a quien estaba detrás de cámara.
—La verdad— se oyó la voz de Fangs.
—Bien— miró al foco con una sonrisa y comenzó con su discurso— el rey serpiente me entregó algo preciado para que yo le otorgara un favor del mayor, lastimar a la reina de cabello dorado. Cumplí con mi trabajo y recibí mi paga, fue un trato justo.
Todos miraban aún la pantalla negra, procesando tal vez todo lo que acababan de presenciar. Pero si algo de todo eso quedaba claro, es que Betty Cooper, la reina serpiente, no era ninguna estúpida manipulable.
—Escogiste mal tus cartas— le habló directamente al chico, el cual contenía su furia para no subir y golpearla el mismo— oh y claro, como su rey no es nada limpio, hay más— la pantalla volvió a encenderse con una serie de imágenes en diapositivas— estuvo tratando con los diablos, con Penny directamente, contrabandeando drogas y jugandonos sucio. Jugandonos en contra.
Vió como las caras de los presentes iban convirtiéndose en molesta e irá pura.
—Rompió dos de las leyes de las serpientes— siguió— uno, una serpiente jamás traiciona a los suyos y dos, una serpiente nunca muestra cobardía. Nos traicionó cuando trabajó con los diablos y mostró cobardía, cuando no fue de capaz de enfrentarme el mismo y envió a dos gárgolas drogadictos a golpearme— afirmó— ahora, haremos una votación ¿Los que estén a favor de exiliar al rey serpiente de su propia pandilla?— esta alzó su mano y todos hicieron lo mismo, incluso Verónica que no entendía mucho de la situación. Betty soltó una risita al verla— creo que no queda más por aclarar. Sweet Pea— lo miró— ¿Saldrás solo o tendré que sacarte?
El morocho solo la miró molesto y se levantó, tiró del brazo a la morena que tenía a un lado y ambos salieron del bar.
La rubia bajó del escenario y la música volvió a sonar, como si no hubiese sucedido nada.
Un grupo de chicos se le acercó, tenían su edad o un poco más.
—Buenas noches, reina— saludó un moreno.
—Buenas noches, caballeros— les sonrió.
—Solo veníamos a hacer una pregunta— intervino otro, viendo el interés en su amigo.
—Los escucho.
—¿Podemos golpear a Pea?— intervino Justin, apareciendo entre ellos.
—Ya no es una serpiente, hagan lo que quieran— le dió una palmada en el hombro a uno y los pasó por el lado.
Llegó hasta sus amigos, que ya estaban junto a Cheryl y Heather.
—Así— la señaló Fangs, mientras esta se aproximaba— así es como se lidera a una pandilla.
—Así es como se le baja los humos a un imbécil— corrigió, sentándose frente a su amigo— ¿Cómo la estás pasando, V? ¿Fangs se está comportando?
—Es todo muy hermoso— asintió— Fangs es muy divertido.
—Le hice una lista de 10 chicos con los que podría salir. Me contó que dejó a su novio.
—Y que por esa razón no quiero salir con nadie— completó la morocha.
—A ver— soltó Cheryl, tomando la servilleta en la que había escrito el morocho— bueno, de acá se salvan unos dos o tres. Fangs, no le has dado a los más lindos— soltó con una mueca.
—La hice en base a sus gustos— se defendió, indignado.
—Pésimos, amiga y mira que a mí no me gustan los hombres— la pelirroja le devolvió la servilleta.
—Bueno, dejen tranquila a Verónica. Si no se quiere coger a nadie, no lo hará— determinó Betty.
—B— llamó la morocha y esta la miró— me dijiste que ibas a bailar en un caño o algo así ¿Y?— preguntó interesada.
La menor soltó una risita nerviosa— fue suficiente espectáculo por hoy, lo dejaremos para mañana.
—Genial— sonrió entusiasmada.
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