Capítulo veintisiete

1.1K 106 10
                                    

"Somos una casualidad llena de intención."
Mario Benedetti.

❀.•° ✿.•° ❀.•° ✿.•°•.✿ °•.❀ °•.✿ °•.❀

La navidad había pasado y ya faltaba tan solo un día para la tan esperada carrera.

Todos los niños jugaban con sus nuevos juguetes, que las serpientes habían conseguido para ellos.

Y mientras todos jugaban con sus carritos de colección o sus muñecas. Verónica y Betty discutían.

—¿En serio nunca te has montado en una motocicleta?— preguntó la rubia, bastante confundida.

—Es que me da miedo— se excusó Verónica. Completamente negada a subirse— muchos accidentes pasan en las motocicletas.

—Si, V, por malos conductores o porque están ebrios. Te puedo jurar que se manejar una motocicleta y que estoy totalmente sobria— intentó convencerla.

—¿No podemos caminar?

—Está al otro lado del pueblo ¿Piensas caminar kilómetros con tus hermosos tacones?

—No te metas con mis tacones— la señaló amenazante.

Mientras ambas seguían discutiendo sobre como transportarse, Fangs llegó hasta ellas.

—Betty— llamó y la rubia alzó la vista— hay visitas muy agradables para ti— comentó con una sonrisa.

—No sé si estás siendo sarcástico o no, las visitas no suelen ser agradables— negó con una mueca, dejando de lado la discusión con su amiga.

—Esta vez sí, ven conmigo— este se dió la vuelta para que lo siguieran.

Ambas se miraron y caminaron junto al morocho, hasta llegar frente a dos adultos.

—Gladys Jones— saludó la rubia con una sonrisa.

—¿Cómo está la reina?— ambas se dieron un abrazo amistoso— Betty, te presento a mi esposo, FP— señaló a palma abierta al hombre que esperaba a su lado.

—No sabía que eras casada— dijo confundida, pero aún sonriendo— mucho gusto— estrechó su mano con el mayor.

—Hasta hijos tengo— contó divertida— vinieron también.

—¿Dónde están los pequeños?— preguntó amable.

—No sé si tan pequeños— bromeó FP.

—Están terminando de sacar los bolsos del auto, vendrán en unos minutos.

Verónica miró atrás de la mujer y frunció el ceño— ¿Jughead?

—¿Verónica?— preguntó este, ya bastante cerca, mientras llevaba un bolso en su hombro.

—¿Dijiste, Jughead?— preguntó la rubia mirando a su amiga y luego dirigió su mirada a él.

—¿Betty?— preguntó también el pelinegro.

—¿Es él?— murmuró Fangs a su amiga, pero fue ignorado por completo.

—Yo soy Jellybean— una adolescente alzó su mano.

—¿Se conocen?— preguntó Gladys, también confundida, al igual que todos allí.

—Nos conocemos de la universidad— contó Betty, saliendo de su trance— sorpresivamente, vamos a la misma y sorpresivamente, tú eres su madre— habló cada vez más confundida, mientras movía sus manos en el aire.

—Con razón te conocía de algún lado— sonrió la mayor mirando a Verónica— ví una foto tuya.

—Que gran coincidencia— soltó FP con diversión.

—Lo es— asintió Fangs, mirándolo.

Todos se quedaron un rato en silencio, quizá asimilando la situación.

—Tenemos dos trailers a su disposición— comenzó a hablar Betty, una vez que había formado las oraciones en su cabeza— Fangs y yo les llevaremos sus maletas, ustedes pueden pasar al bar y relajarse, Cheryl les servirá algo.

—No es necesario— negó la mayor— Jughead puede llevarlas.

—Bien, lo acompaño— asintió— ustedes pasen. V— miró a la morocha— espérame dentro, volveré en un rato e iremos a Pop's. Prepárate porque subirás a esa motocicleta— advirtió.

La chica asintió resignada y todos entraron al bar, dejando a Jughead y a Betty solos. Mirándose el uno al otro.

—Es por aquí— fue lo único que dijo y se volteó para que él la siguiera.

Él solo caminó en silencio, detrás de la rubia. Para su poca suerte, el camino era largo y aunque Jughead tenía muchas cosas que decir, su cabeza había quedado en blanco.

Se sintió estúpido, debió haber sospechado cuando Betty le dijo que vivía en los suburbios de Riverdale. Pero estaba tan concentrado mirándola a ella, que lo había olvidado por completo.

Este volvió a subir el bolso que llevaba en el hombro. Betty suspiró y volteó, para que quedaran frente a frente. Lo vió, con una maleta en cada mano y un bolso.

—Déjame ayudarte— dijo, tomando una de las maletas— aún quedan unos metros.

—Gracias, Betts.

Esta solo lo ignoró y siguió caminando.

—¿Cómo has estado?— intentó conversar.

—¿No sabes caminar en silencio?— preguntó, apretando más la maleta.

—Creí que sabías que no— se encogió de hombros.

—Que casualidad, porque cuando te conocí no hablabas ni un poco e ignorabas a todos— soltó irónica, encogiéndose de hombros.

—Contigo siempre fue distinto— este comenzó a caminar a su lado.

—Seguramente con Donna también, o no, espera— hizo con sus manos una señal de alto, mientras sonreía dolida— por ella empezó esto y también terminó.

—Oye…— empezó.

—Llegamos— lo cortó.

Abrió el buzón y encontró una sola llave, la tomó y lo volvió a cerrar. Seguidamente abrió la puerta y ambos pasaron.

—Puedes dejar los bolsos aquí, el otro trailer es el del lado. No sé como se van a acomodar, a eso pueden hablarlo después.

Estos dejaron las cosas sobre el pequeño sillón y caminaron hasta el otro trailer, para que la rubia sacara la otra llave.

—Toma— le dió ambas.

—Gracias.

—Vivo en el de allá, está a dos de este— señaló la pequeña casa rodante— por sí llegan a necesitar algo en cualquier momento. No para que hagas visitas.

Este sonrió levemente, no, no había sido un chiste y lo entendió cuando Betty le dió una mirada seria.

—Volvamos— dijo ella y comenzaron a caminar otra vez hacia el Wyrm.

❀.•° ✿.•° ❀.•° ✿.•°•.✿ °•.❀ °•.✿ °•.❀

A Betty no le cabe una, muchachos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

A Betty no le cabe una, muchachos.

Coincidencias || Bughead.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora