Coincidencias || Bughead.

Capítulo nueve

"Tengo tan en claro por lo que no quiero volver a pasar".

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El viernes, a Betty le tocaba cerrar la cafetería en donde trabajaba y dejar todo limpio, por lo tanto, se había retrasado bastante de su horario de salida habitual. Mientras tanto, hablaba con su prima por videollamada.

—Fangs me contó que vas a competir contra Malachai ¡Otra vez!— soltó una Cheryl bastante molesta.

—Así es— asintió con una sonrisa victoriosa— ¿Qué tiene de malo?

—¿Qué tiene de malo Betty?— preguntó irónica— no solo que el auto explotó segundos después de que lograras salir, también casi te detienen— aclaró— ¡Y ahora vas a arriesgarte otra vez contra ese loco!

—Pero gané— contraatacó— además, yo no tengo la culpa de que se enojaran y me tiraran un encendedor prendido por la ventana— se defendió— solo es una tonta carrera, no te pongas del lado de Sweet Pea— pidió.

—Bueno, la verdad es que prefiero que se muera el imbécil de tu ex antes que tú— se encogió de hombros.

Betty dejó de barrer para mirar la cámara y negar con una sonrisa— Sweet Pea se pone nervioso y el volante se le va para todos lados, si perdemos implicaría perder todo y mis serpientes no vivirán en la calle— aclaró, para continuar con su trabajo.

—Agh, está bien— gruñó— ¿De dónde sacaremos el auto? Porque el otro quedó completamente destruido.

—Ya hablé con Reggie Mantle ¿Lo recuerdas?

—¿Al que lo ayudaste a deshacerse de todo ese Jingle Jangle? Si, lo recuerdo— asintió.

—Me debía el favor y ese niño rico tiene miles de autos, me dió uno.

—¿¡Te lo dió!?— preguntó sorprendida.

—Un favor de Betty Cooper sale caro— se encogió de hombros.

La pelirroja miró orgullosamente a su prima en la pantalla, pero desvió su vista para ver como detrás de Betty la noche ya se había hecho notar.

—¿No es un poco tarde para que vuelvas sola?— preguntó con una mueca.

—He vivido en el lado sur de Riverdale por años, quédate tranquila que no va a pasarme nada— negó.

—¿Y ese chico que te acompañó estas semanas?

—Jughead no vino hoy, además, no necesito que nadie me acompañe Cheryl.

—¿Y tu jefe, el intenso?

—¿Es en serio?— alzó una ceja.

—Comienza a sonar buena idea si tienes que ir a las 9 p.m sola por esas calles desgastadas y solitarias.

—Mi jefe, se fue hace un largo rato— aclaró— y yo, me puedo arreglar sola.

Dejó de barrer, ya dando por terminado su día laboral, se acercó al celular y lo tomó.

—Yo siempre vuelvo con mi compañera de trabajo, vamos a la misma universidad.

—Eso me deja tranquila, tú verdaderamente eres una flor delicada— asintió.

—Tan bella como una rosa, prima— asintió tirándose el cabello hacia atrás, la rubia soltó una carcajada.

—Te llamaré mañana, adiós Cher.

—Mejor hazlo en cuanto llegues al campus y estés a salvo— ofreció.

—Bien, nos vemos— la pelirroja tiró un beso y Betty finalizó la llamada.

La rubia dejó el delantal con su nombre guardado y tomó su mochila junto con su abrigo para colocarselo.

Una vez que estaba lista, tomó su celular y las llaves, cerró todo y comenzó a caminar. Antes de llegar a la esquina, su celular sonó, miró la pantalla confundida y atendió la llamada.

—Sweet Pea, que sorpresa— habló aún algo confundida.

—Cooper— comenzó— te llamaba porque me enteré que ya tienes todo listo y planeas competir tú.

—Aquí vamos— murmuró— me han contado cada una de las estupideces que has dicho sobre mí y la verdad es que estoy cansada de tu inmadurez— puntualizó.

—Betty…

—Voy a aclararte como son las cosas— lo interrumpió— yo soy la reina, te guste o no, Penny y los diablos quieren que sea yo quien corra la estúpida carrera y así será. Me importa una mierda si tu orgullo se hiere porque ni siquiera sabes manejar bien un auto, no entiendo tu capricho pero la cosa es que no todo es como tú lo deseas, puedes tener poder sobre las serpientes, pero no sobre mí.

Ambos se quedaron unos segundos en silencio, el morocho asimilando las palabras de su ex y Betty esperando una respuesta.

—Bien— asintió— si esa es tu decisión está bien. Solo recuerda, que yo te he advertido, no quiero escuchar que te quejes luego.

—¿Me estás amenazando?— frunció el ceño.

—Solo es una advertencia Betty, nada de que preocuparse— habló cínico.

La rubia miró como Sweet Pea le había cortado y gruñó para volver a guardar su celular en el bolsillo de su chaqueta.

Caminó tranquilamente un par de cuadras, se estaba acercando a ese callejón, nunca había sucedido nada, pero le daba malas vibras.

Iba pasando la mitad de este, cuando una persona la interceptó y le prohibió seguir con su camino, este llevaba una máscara ¿También habían gárgolas en Houston?.

Ni siquiera tuvo la oportunidad de preguntarle a esa persona que hacía ahí. Porque desde un costado la empujaron dentro de la oscuridad.

"Oh, mierda" pensó al sentir el primer golpe en su rostro.

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