Rosemarie -o como prefieren que le llamen-, Rose, tiene el corazón roto después de que su ex-novio le pide matrimonio a otra mujer. Su amiga, Lissa, se lleva a Rose a un viaje a Portland. Mientras estaba allí, a Rose la secuestran a punta de pistola...
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<<La canción no tiene nada que ver con el capítulo, pero me gusta jajaja>>
PDV Narrador
— ¿Cómo te atreviste a hacer eso?
Mikhail rodó los ojos, con cansancio, y se dio la vuelta, observando a Olena, quien ya lo esperaba junto a las escaleras.
— No podía permitir que Dimitri siguiera liderando, entiende. Este tan enamorado de esa mujer, que lo vuelve débil —escupió.
— Lo dices como si eso fuera la verdad absoluta. Tú también has amado, todos lo hemos hecho, pero en cambio, tú te mantienes fuerte —espetó Olena.
— Es diferente, mujer. Ambas chicas han traicionado a tu hijo —contraatacó—. Y ni tú ni Sonya me han traicionado de esa manera —refirió, recordando a la mujer que ama.
— Pero lo haríamos, y lo sabes —Olena dio un paso adelante, con mirada retadora.
Mikhail observó a la mujer con incredulidad y temor. Sabía lo difícil e imponente que resultaba ser Olena, lo había visto por años mientras el padre de Dimitri aún estaba cerca.
— No te justifiques bajo el hecho de la traición, porque sabes que ambos casos fueron hechos bajo amenazas. ¿O acaso ignoras el hecho de que ambas chicas fueron obligadas a hacerlo? —Olena se había esforzado por enterarse de todo por completo.
Ella entendía lo difícil que era estar en estas cosas, porque directamente te convertías en el blanco de las personas que querían lastimar a los líderes. Era un juego asqueroso y rastrero que mujeres como ella, Rose y Aleksandra tenían que soportar, y muchas veces, no podían con ello.
— Y sabes muy bien de lo que hablo. Lo vivió Sonya antes de conocerte, y lo viví yo —refirió.
Se dio la vuelta, y se fue por el pasillo izquierdo, que llevaba a su habitación.
— ¡Si no hubieras intervenido, el puesto de líder sería nuestro en este momento! —exclamó Robert, molesto, detrás de Adrián.
Adrián, ignoró el tono en su voz, y procedió a dejar el casco de su motocicleta sobre la mesa de la entrada.
— Dimitri usó su puesto como líder para matar a mi padre. Así que tiene que morir como líder —explicó.
— ¿Y cree que le conviene? ¡¿Cree que una persona como usted podría contra él?!
Adrián se dio la vuelta, y se acercó a zancadas a Robert, tomándolo del cuello.
— ¿Qué crees que estás diciendo? —bramó Adrián, enfurecido.
— Su padre una vez dijo, que usted no había nacido para ser un Moroi —respondió Robert.
— Sí, pero también dijo que si no soy un Moroi, seré una persona con orgullo y fiel a su gente —Adrián apretó su agarre—. Y si tú te metes con mi orgullo, no me importara si eres de mi gente. Te veré como el perro que mi padre hizo subir de nivel.
