Rosemarie -o como prefieren que le llamen-, Rose, tiene el corazón roto después de que su ex-novio le pide matrimonio a otra mujer. Su amiga, Lissa, se lleva a Rose a un viaje a Portland. Mientras estaba allí, a Rose la secuestran a punta de pistola...
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PDV Rose
Bajé del coche y cerré la puerta detrás de mí. Ni siquiera me molesté en esperar que Eddie abriera la puerta. No podía estar un segundo más ahí, claro está.
Eddie le abrió la puerta a Dimitri y después sacó del maletero la canasta con obsequios. La tomé y caminé hasta la entrada del hospital. Fruncí el ceño cuando vi uno de los hombres de Dimitri parado en la puerta, con un gran ramo de orquídeas.
Dimitri pasó de largo y se detuvo frente a su hombre.
— Aquí está el ramo de flores que me pidió —habló el chico sin nombre.
— ¿Que es esto? Nathalie es alérgica a las orquídeas —exclamó. Me mordí el labio—. Llévate eso de aquí y busca tulipanes. Son sus favoritos.
Abrí la boca levemente... ¿Celosa? Negué con la cabeza y pasé junto a Dimitri, directamente al recepción. Pedí indicaciones y, cuando menos lo pensaba, ya estaba frente a la habitación.
Dimitri fue el primero en entrar.
— ¡Dimitri!
Rodé los ojos. ¿Por qué su voz es tan irritante?
— Nathalie, hola —Dimitri se acercó a ella con una pequeña sonrisa—. ¿Te encuentras bien?
— Sí, en unos días me darán el alta y podré irme a casa —sonrió.
Desvíe mi vista y me concentré en estudiar la habitación. No me sorprendía que fuera grande y espaciosa, llena de lujos y lo que parecía ser una cocina en ella. ¿En serio, quien tiene una cocina en su habitación de hospital?
— Me alegro. Siento no haber podido venir antes, pero tenía muchas cosas que hacer —escuché la voz de Dimitri.
— No te preocupes. Ahora estás aquí —los volví a observar, solo para ver cómo Nathalie tomaba la mano de Dimitri y el muy dejado... Ash.
No, no y no.
¿Por qué me desviviré por un hombre? Claro, ese hombre es Dimitri, y quizás el se merezca una pequeña cantidad de mi atención en este tema, pero no.
Ya pasé por esto una vez con Masón, y estoy harta de ello. Los momentos incómodos, los celos inescesarios, la culpa y la tristeza son algo que no quiero en mi vida. No los necesito. ¿Por qué tengo que volver a pasar por esto? No, no. A partir de ahora, dejaré a Dimitri atrás. Pude superar una relación de años en una semana, podré superar a Dimitri. Claro que sí.
Yo puedo... ¿no?
Levanté la cabeza y sujeté fuertemente la canasta entre mis manos.
— Disculpe que interrumpa su... Eso —señalé. La imagen de Stan vino a mi mente y sonreí, ahorrandome un regaño que seguramente me daría si hablara de la forma en como lo estaba haciendo—. Doctora Dashkov, le traigo este presente por parte de la revista Dragmas. Stan quería traerlo, pero no se sentía muy bien. En todo caso, en nombre de la revista Dragmas, le deseamos que se mejore.
