Cap. 40: Ibrahim

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PDV Rose

Quien sea que sea el hombre frente a mí, en mi vida lo había visto. Con una peculiar forma de vestir, combinando colores como el morado, verde, azul y dorado en su impecable traje de satín con bufanda, y las joyas que adoraban todo su cuerpo, por un momento podría jurar que se había equivocado de lugar de no ser porque mencionó el nombre de mi mamá.

El hombre de piel morena como la mía y un cabello castaño casi negro y muy similar al mío, que hasta podría decir que idéntico, váyame la pena, se dedicó a darme un repaso de pies a cabeza.

— ¡Vaya! Me resultas conocida —exclamó el hombre. Tenía un leve acento que me hizo saber que no era de aquí.

— Me alegra saber que no soy la única —bufé.

Él hombre frente a mí me miro otro poco a los ojos, para después ver un cambio radical en su rostro. Parecía sorprendido.

— ¿Cuál es tu nombre? —preguntó.

— ¿No cree que esa pregunta debería de hacerla yo? —pregunte.

Él hombre nuevamente me repaso con la mirada. Juro que si vuelve hacerlo, lo golpeare muy fuerte en la nariz.

— Yo... Yo...

— Vamos, viejo. No tengo toda la noche. Dígame que quiere y lárguese —exigí.

— Rose —escuche un leve murmullo a mis espalda, y supe que era Lissa. La mire por encima del hombro y le asentí levemente con la cabeza.

— Mi nombre es Abe Mazur... Y yo... Bueno, buscaba a Janine para hablar con ella —reveló por fin.

— Mmm, bueno, es una pena. Ella no se encuentra. Vuelva pronto —intente cerrar la puerta pero Lissa me sujetó del brazo. Bufé.

— No seas grosera, Rosemarie —me recriminó.

— ¿Rosemarie? —el señor, Abe, sonrió levemente, como si saber mi nombre fuera algo que ocasionara felicidad.

— Bien —gemí. Con Lissa aquí no podré conseguir lo que quiero, así que no me queda de otra más que echarlo de forma amigable, creo—. Yo soy Rose Hathaway, hija de Janine, y me apena decirle que ella se encuentra en un viaje de negocios del que posiblemente no vuelva pronto. En todo caso, contáctese con ella por teléfono como cualquier cliente normal lo haría —asevere.

Nuevamente, intente cerrar la puerta, pero esta vez fui detenida por él.

— El asunto es que no soy un cliente. Y lo que tengo que decir es realmente urgente —testimonió.

— Si, bueno, el asunto es que no me importa —espete.

— ¡Rose! —chilló Lissa.

Me encogí de hombros. No iba fingir ser alguien con algo que no tenía en estos momentos. ¡Diablos! Lo último que deseo es lidiar con cosas que relacionen a mi madre de alguna u otra forma.

Erasé una vez... En mi Corazón~ Vampire AcademyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora