Rosemarie -o como prefieren que le llamen-, Rose, tiene el corazón roto después de que su ex-novio le pide matrimonio a otra mujer. Su amiga, Lissa, se lleva a Rose a un viaje a Portland. Mientras estaba allí, a Rose la secuestran a punta de pistola...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Leer el aviso al final!
PDVRose
— Estoy muy decepcionado de ustedes.
Observé como Eddie inclinó levemente su cabeza.
Nos encontrábamos en la casa de Dimitri. Estaba mal, pero aún así observé desde arriba con dirección al primer piso, donde Dimitri se encontraba frente a Eddie, Ivan y el otro chico, Luke, otro de los fieles seguidores de Dimitri.
— En especial de ti, Eddie —añadió Dimitri.
— Lo siento, jefe —Eddie agachó la mirada—. Pero me canse de ver cómo Adrián atacaba y tú lo ignorabas.
— Tú debías de ser tolerante —bramó Dimitri.
— ¡No quería ser tolerante! ¡Me harte de serlo! ¿Por qué tengo que serlo? —los ojos de Eddie de veían llenos de determinación.
— ¡Porque no puedes permitir que la ira te controle! —Dimitri dio un paso hacia enfrente—. Tienes que mantener la dignidad. Si permites que la ira controle tu razón, te destruirá y tu juicio será erróneo —Dimitri bajó el volumen de su voz—. Y tú dignidad, ¿que ocurrirá con ella?
Eddie agachó la mirada. Parecía reflexionar las palabras de Dimitri. Ante todo, puedo ver la lealtad que tanto Eddie como los otros dos tienen hacía Dimitri, y es admirable. Poca gente tiene la lealtad de la gente a su alrededor. En este mundo, muchos actúan ante sus impulsos y sus propios intereses, que ya no creen que la lealtad y la amistad sean valores necesarios en sus vidas. Pero veo que con Dimitri es diferente.
Poco tiempo después me encontraba caminando hacía las escaleras cuando Eddie subía. Se acercó apenas me vio.
— ¿Como está Adrián? —preguntó.
— Sigue inconsciente. Lissa y Sidney lo están cuidando —respondí.
Por suerte, Adrián sobrevivió a la caída. Casualmente, había una pila de basura justo debajo, que ayudó a amortiguar la caída lo suficiente como para sobrevivir, aunque si terminó bastante mal, sumándole gravedad a los golpes que ya tenía.
— Eddie —llame, haciendo que vuelva su mirada nuevamente a mí y se acerque—. Debería de pedirte disculpas por ocasionarte problemas con Dimitri.
Eddie se acercó.
— Creeme. Si no fuese por él, te habría matado hace tiempo —señaló.
Sonreí con gracia.
— Tus amenazas no suenan tan convincentes —aludí—. Se que eres una buena persona. No me matarías aunque quisieras. Y sé, que sabías que Adrián se salvaría. Contabas con ello —incliné un poco mi cabeza—. No era tu intención matarlo, está noche.
