Cap. 42: Visitas y planes

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PDV Rose

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PDV Rose

¡Dios mío! Trágame tierra y escúpeme en China.

Nunca creí que algo así de bochornoso me pudiera ocurrir a mí. Creo que he ofendido al universo de alguna forma tan grande que estos momentos me ocurran a mí. ¡Porque claro! No hay forma de que esto llegue a ser alguna especie de recompensa por el destino, no señor, esto es un castigo divino.

Ni siquiera me molestare en preguntar si esto podría empeorar. No quiero invocar más mi mala suerte.

En ese instante, mi teléfono comenzó a sonar, llamando la atención.

— Ah... —consideré no responder, pero al ver que era Stan, creí que no sería buena idea rechazar una llamada de mi jefe. Puede que sea de trabajo—. Lo siento, tengo que responder.

Me puse de pie y me aparte lo suficiente para poder hablar con privacidad.

— ¿Sucede algo?

— ¡Vaya forma de atender es esa, señorita Hathaway! —refirió—. Aunque bueno, eso no importa. ¿Aun esta el señor Belikov con usted?

Fruncí el ceño. No esperaba esa pregunta.

— Esto... ¿Importa?

— Si pregunto, es porque lo hace, Hathaway.

— Lo siento, pero creí que hablaba por algo de trabajo —inferí.

— Y justamente por eso hablo. Quiero que convenza al señor Belikov de ser la imagen de la próxima edición de la revista —dispuso.

— ¿Eh? Pero yo...

— No aceptare una respuesta negativa. Piénsalo así, si lo consigues, todo irá bien, si no, considérate desempleada.

Suspire. Era claro que Stan haría lo que fuese por conseguir a Dimitri como imagen de la revista, así que no me moleste en discutir más. Tampoco quería perder mi trabajo.

— Muy bien. Lo hare.

— Estupendo. La espero mañana a la misma hora en la empresa. Buenas noches —despidió.

Colgué la llamada.

Ahora, no solo tengo que robarle a Dimitri. Tengo que soportar a mi ex novio aquí, y al mismo tiempo necesito conseguir que Dimitri sea la imagen de la revista o perderé mi trabajo. ¿Hay algo peor que esto?

— Buenas noches, Bilinmeyen (desconocidos).

No volveré a preguntar, nunca más.

Con su colorido traje cobrizo, esa bufanda verde y los zapatos rojos brillante, Abe hizo su gran entrada, mientras se jactaba de tener dinero y vestirse extravagante. Ahora temo que se vista así siempre.

— ¡Vaya! Al parecer vengo en el momento indicado —sonrió.

Pude notar la confusión en la mirada de Dimitri mientras me acercaba a la mesa y tomaba asiento. Mason también había tomado asiento a un extremo de la mesa, dejando una silla libre entre Lissa y yo, justo al otro extremo de la mesa. La mire, mostrando evidentemente mis ganas de salir de ahí, pero ella me dijo entre labios que disimulara.

Erasé una vez... En mi Corazón~ Vampire AcademyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora