Rosemarie -o como prefieren que le llamen-, Rose, tiene el corazón roto después de que su ex-novio le pide matrimonio a otra mujer. Su amiga, Lissa, se lleva a Rose a un viaje a Portland. Mientras estaba allí, a Rose la secuestran a punta de pistola...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Antes que nada, quiero que vayan a seguirme a mi página de Facebook donde estaré publicando cositas lindas, memes y cualquier cosa, al igual que adelantos y contenido exclusivo de esta serie.
Sin más que decir, les dejo con nuestro Dios Ruso😎
PDV Dimitri
La perfecta imagen de su espalda tatuada era lo que tenía, con su cuerpo ceñido en un vestido rojo que le quedaba como una segunda piel y el cabello recogido dándole más protagonismo a su espalda. Se acerco moviendo sus caderas de una forma provocativa con dos copas de champagne en las manos.
Me extendió una copa.
— Te ves estresado, querido —comento—, me gustaría ayudar a aliviar el estrés —rumoreó con una voz más provocativa.
Acepté la copa y me puse de pie.
— No, me voy —declare dejando la copa sobre la mesa de centro.
— Por favor, no te vayas todavía —me tomo del brazo y me fue empujando hasta terminar sentado sobre la mesa del comedor—. No tienes idea de lo que me costó llegar hasta usted —dijo repasándome con la mirada descaradamente.
Apoyo su antebrazo en mi hombro y se coló entre mis piernas acortando la distancia.
— ¿Vas a despreciar mi propuesta? —hizo un puchero.
Pase mi brazo por su cintura y la tome dándole la vuelta y apoyándola en la mesa, posicionándome entre sus piernas.
— ¿Qué es lo que buscas? —pregunte.
— Quiero ser tu mujer —dijo pasando su brazo por mi cuello apegándose aún más.
— ¿Esta segura? ¿De verdad quieres serlo? —pregunte dirigiendo mi vista a sus labios por unos segundos.
— En este mundo... —se acercó más, si es que fuese posible—, ¿quién no quisiera ser tu mujer?
Puse mi mano es su muslo deslizándolo al interior sintiendo su suavidad, mientras que acercaba mi rostro a sus labios. Antes de llegar siquiera a rozar sus labios, encontré lo que buscaba.
Saque mi mano de sus muslos extrayendo la pequeña pistola y levantándola en alto.
— Por lo que veo, usted es la excepción. Dígame, ¿qué es lo que quiere realmente?
Ella rápidamente me aparto y tomo la copa de cristal estrellándola con la orilla de la mesa y conseguir así, un arma. Se abalanzó sobre mí con el pedazo de cristal en dirección a mi cuello, pero bloquee el ataque y metí mi otra mano apuntando con el arma, pero ella metió la otra mano haciendo que el arma resbalase de mis manos, ella me empujo lejos y rápidamente lanzo su pie contra mi cuerpo, impactándome contra la mesa, ella se abalanzo sobre mí con su puño y yo lo bloqueé, le di vuelta a su cuerpo haciendo que quedara de espaldas a mí y con mi mano hice que su brazo se extendiera hacia atrás, la tome por ahí y le hice dar la vuelta para apoyarla en la mesa donde hace unos segundos la tenía.
