Rosemarie -o como prefieren que le llamen-, Rose, tiene el corazón roto después de que su ex-novio le pide matrimonio a otra mujer. Su amiga, Lissa, se lleva a Rose a un viaje a Portland. Mientras estaba allí, a Rose la secuestran a punta de pistola...
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PDV Narrador
— ¿Quién te envío a atacar a Rose?
El hombre simplemente le escupió en la cara.
— ¡Hey! —Robert se lanzó sobre el hombre, golpe solo un par de veces antes de que Adrián le ordenara que parara.
Adrián sacó un pañuelo de su bolsillo y se limpió la sangre y saliva que le había caído encima.
— Supuse que te negarías a hablar —comentó—. Robert.
El mencionado tomó el cuchillo de carnicero que se encontraba junto a él y se lo dio a Adrián.
Adrián se levantó de la caja de madera donde se encontraba sentado y la colocó frente al hombre, dejando claro a sus hombres, los cuales sostenían al tipo frente a él, que pusieran su mano sobre este.
— ¿Quién te envío a atacarla? —preguntó nuevamente.
El hombre lo observó desafiante a los ojos.
— Muy bien —Adrián levantó el cuchillo, y lo bajó rápidamente hasta la muñeca del hombre.
— ¡Mikhail Tanner! —gritó.
Adrián se detuvo a milímetros de cortar la mano del hombre.
— ¿Mikhail Tanner? —cuestionó.
El hombre asintió frenéticamente.
— Quería que me deshiciera de ella —explicó.
— Mmm... Muy bien.
Adrián sonrió y le entregó el cuchillo a Robert, antes de darse la vuelta y caminar hasta la salida con los gritos del hombre de fondo cuando el primer corte cayó sobre su muñeca.
— ¿Mamá? ¡No sabía que estabas aquí! —sonrió Dimitri, mientras se acercaba a abrazar a su madre.
— Quería verte. Vine a pasar un tiempo contigo. Aunque no esperaba que llegarás tan tarde —mencionó Olena, mientras sujetaba el rostro de su hijo a duras penas.
— Intentó terminar todo el trabajo para poder volver a Rusia lo antes posible —explicó.
Olena lo observó y entrecerró los ojos.
— No creo que quieras volver. Algo en ti me dice que no deseas irte —señaló.
Dimitri no iba a responder aquello. Sabía que no podría mentirle a su madre.
— Me alegra que al fin te hagas responsable de tus deberes.
— Mikhail, no sabía que tú también estabas aquí —habló Dimitri, observando al hombre que se aproximaba a ambos.
— Quise acompañar a tu madre y ver cómo te estaba llendo todo por acá —observó a Olena—. Creí que vendrías acompañada de tus hijas.
