Cap. 47: Plan

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PDV Narrador

— Rose, ¿me podrías pasar aquello? —Lissa señaló el salero que se encontraba junto a Rose.

— Creí que querías dejar de consumir sal después de que un genio confundiera el azúcar con la sal en aquella cita con el perdedor de Christian —recordó Rose, mientras le entregaba lo que pedía a Lissa.

— Eso fue hace tiempo. Además, mi sopa lo necesita —afirmó.

Fue ahí cuando Stan entró a la pequeña cocina de la empresa.

— Rosemarie, que gusto verla —Rose frunció los labios al escuchar su nombre completo. Lo odiaba, pero tampoco le iba a decir nada a su jefe. Es quien paga su comida, después de todo—. Dime, ¿has hablado con Dimitri ya?

— Auh... Sobre eso...

Rose hizo una mueca. Lo había olvidado, pero tampoco es como si le fuese a comentar algo a Dimitri mientras Adrián la sujetaba y colocaba una botella rota contra su cuello. En definitiva, no había tiempo para ello.

— No pude. No surgió un momento... Adecuado —observó de reojo a Lissa, quien entendió al momento a lo que se refería.

Stan enfureció.

— ¿Y cuando será el momento? ¿Cuando la empresa de declare en bancarrota? ¿O cuando tengamos que desalojar el edificio y dejar nuestras cosas en la calle? —bramó—. Escúchame, Hathaway, te ordeno conseguir que Dimitri sea modelo para la siguiente edición de la revista, o sino, será mejor que vayas desalojando tu escritorio y prepares una excusa para tus compañeros, ¡posiblemente desempleados!

Rose tragó saliva.

— Espero que todo haya quedado claro.

Stan dio media vuelta y salió de la habitación.

— Si quieres puedo hablar con Stan, Rose —propuso Sidney, cuando las tres se encontraban sentadas en su oficina, con un tazón de sopa frente a ellas—. No tienes porque involucrarse más con ese tipo de personas y sus problemas ilegales.

— No, no es necesario, yo solo... Bueno, creo que hablaré con Dimitri, simplemente necesito encontrar el momento —aseguró Rose, mientras jugaba con su comida.

— ¿Que tal la sopa, Lissa? —preguntó Sidney, con el ceño fruncido.

— ¡Dios, Sid! Tengo hambre —se excuso Lissa, mientras dejaba de lado su cuchara y se concentraba en sus amigas.

— Está bien, Sid. Intentaré hablar con Dimitri —defendió Rose.

— Vaya, Rose, ¿hablar con Dimitri? Creo que tú haces algo más que eso —comentó Mía, haciendo acto de presencia junto a su fiel seguidora, Camila, quien hizo un ademán insinuativo y obsceno hacía Rose.

— Lo que ustedes hagan para que un chico les de lo que quieren, no significa que todos lo hagan, chicas —respondió Rose, con una sonrisa.

— Vamos, Rose. ¿Que acaso no te estás acostando con el sexi inversionista de la empresa? Creí que por eso Stan te pidió que lo convencieras —se cruzó de brazos Mía.

— Lo que tú creas es mierda, Mía. Deberías de saberlo —Lissa entrecerró los ojos.

— No es lo que la gente dice, Lissa. Todos hablan sobre la pequeña aventura de Rose con Dimitri Belikov —mencionó.

— ¿Ah, sí? ¿Por qué no me dices quien dice eso para callarle la boca, Mía? —exclamó Rose.

Mía se llevó la mano a la barbilla.

Erasé una vez... En mi Corazón~ Vampire AcademyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora