Cap. 25 Dudas resueltas

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PDV Rose

Llevo parte de mi mañana sentada frente al computador, ¡y aun no puedo presionar el botón de enviar!

Las dudas siguen agobiando mi mente, y no sé cómo detenerlas. Por una parte, esta lo que viví con Dimitri. El cómo lo conocí, como el me salvo varias veces de tener un agujero en mi cuerpo. Todos aquellos momentos donde peleamos, pero de alguna forma, siempre terminábamos en buenos términos. Cuando me cargo hasta la casa de los señores Petrov, ya que no podía caminar por culpa de mi tobillo. Cuando el arriesgo su comodidad por la mía. Nuestro beso.

Sin duda, un beso que hizo que todo mi mundo se sacudiera e hiciera que todo a mí alrededor de vueltas. Aquella vez, el sentimiento que tuve fue tan puro, que fue como gloría para mí. Ese sentimiento que nunca antes había experimentado, pero que me lleno de tanta dicha que me es imposible describirlo.

Pero todo eso, se ve opacado por las palabras de Adrian. Saber que Dimitri asesino a su novia, bueno, es difícil. Enterarme de eso hizo que sintiera como una cubeta de agua helada me hubiese bañado, descolocándome por completo. Vi sus ojos, y vi la sinceridad en ellos, la verdad. Me es imposible creer, pero a la vez siento que dice la verdad y que tengo que seguir sus advertencias.

Es agobiante, en serio que lo es. Es agobiante el tener estas dudas en la cabeza pero que no haya forma para responderlas. Me siento impotente, por no hacer nada para saber. Me siento estúpida, por quedarme aquí sentada en vez de ir a por respuestas. Me siento cansada, de lo difícil que es esta situación y la clara muestra de que las respuestas no las conseguiré fácilmente. Estoy tan mal, que prefiero mil veces estar sufriendo por la infidelidad de Mason.

Me puse de pie.

Necesito despejarme, y no lo hare si estoy sentada frente al computador todo el día. Salí de mi habitación con dirección a la calle, pero antes de si quiera tomar mi bolso, Janine me intercepto.

- ¿A dónde vas? -pregunto Janine.

- A la calle -murmure.

- ¿Qué no deberías de estar en el trabajo? -pregunto, mientras se servía un poco de café.

- Creo que renunciare -susurre, quizás repitiéndomelo en la cabeza al fin lo haga.

- ¿Renunciaras? ¿Por qué? -la pregunta de Janine me descoloco.

- ¿Por qué preguntas? -pregunte yo.

- Bueno, desde que te graduaste de la universidad, has amado trabajar ahí -señalo.

Tiene razón. Recuerdo que mientras, Sidney, Lissa y yo cursábamos la universidad, no parábamos de decir que trabajaríamos ahí en cuanto termináramos nuestra carrera. Peor lo que se me hizo raro, es como Janine lo sabía. Que según yo recuerde, nunca llegue a comentarlo, ¿o sí?

- ¿Cómo lo sabes? -me atreví a preguntar.

Me acerque a la barra a recargarme con mis ante brazos, dejando ir por completo la idea de salir a la calle.

- Lo comentaste una vez, Rose -sonrió ella.

No sé qué es más raro. Que ella recuerde algo de lo que le haya dicho, que me llame Rose, o el hecho de que sonría.

- Mmm, bueno, no lo recuerdo -murmure.

- Pero entonces, ¿Por qué renuncias? -pregunto nuevamente.

- Bueno, me ofrecieron un mejor trabajo -confesé, omitiendo unos detalles.

- Y crees que esa opción es mejor, ¿no?

- Janine, ¿tú crees en lo que otras personas te dicen sobre alguien que tú conoces y, no sé, te dicen cosas malas sobre ella? -pregunte.

- Bueno, depende de quién sea la persona que te haya dicho eso -bebió un sorbo de su café.

Erasé una vez... En mi Corazón~ Vampire AcademyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora