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Mackenzie mira por la ventana del auto con una sonrisa en su rostro, ya que podía ver a varias personas bailando animadamente, igualmente, miraba a diferentes parejas bailando y besándose. Todos en el exterior disfrutaban de la música en vivo que sonaban en las calles.
La castaña mantiene su mano entrelazada con la de Edward, que se encontraba bastante ocupado besando constantemente la sien de su esposa.
—Detenga el auto, por favor —pide Edward en portugués hacia el chófer que hizo caso a sus palabras.
Mackenzie mira confundida a su esposa, pero ve como este salió del auto para extender una mano hacia ella, la mujer acepta el gesto y deja que Edward la guíe entre toda la gente hasta llegar a un punto en donde había muchas más personas bailando.
La castaña sonríe al momento en que su esposo la tomó de la cintura para pegarla a su cuerpo y así los dos pudieron besarse, se quedan unos cuantos minutos bailando, hasta que decidieron regresar al auto para terminar de llegar a su destino.
Tras algunos minutos más en el auto, este terminó por detenerse, la pareja de casados bajan sus maletas con ayuda del chófer y juntos le agradecen al hombre.
Edward sube las maletas a un pequeño yate, mientras que Mackenzie se acodaba en el asiento de copiloto teniendo sus tacones en sus piernas.
—Entonces, ¿no nos quedaremos en Río? —pregunta la mujer al momento en que su esposo se sentó frente al timón.
—No, estamos de paso —confiesa Edward al dejar su saco en sus piernas.
—¿Estamos cerca? —pregunta Mackenzie emocionada.
El vampiro sonríe y enciende el motor del yate, los dos se mantienen callados mientras se alejaban cada vez más de la ciudad y Mackenzie pudo darse cuenta de que Edward conducía hacia una Isla.
—¡La Isla Esme! —explica el castaño en voz alta hacia su mujer—. ¡Fue un regalo de Carlisle!
Llegan a un pequeño puerto en donde Edward se encargó de estacionar el yate, bajan las maletas entre los dos, pero es él quien no dejó que su esposa cargara alguna.
—Me haces sentir inútil, Eduardo —se queja Mackenzie sin dejar de caminar con sus tacones en mano.
La mujer escucha como Edward deja caer las maletas al suelo, por lo que regresa a verlo confundida, pero siente como este la tomó en brazos para cargarla al estilo nupcial. Mackenzie comienza a reírse y enreda sus brazos alrededor del cuello de su esposo.
—¿Es totalmente necesario, Batman? —pregunta divertida la castaña mientras admiraba el perfil de su pareja.
—Sabes que soy muy tradicional, vida mía —responde Edward con una sonrisa en su rostro.
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๑ೋ 𝑺𝒘𝒂𝒏 𝑮𝒊𝒓𝒍𝒔 - 𝑬𝒅𝒘𝒂𝒓𝒅 𝑪𝒖𝒍𝒍𝒆𝒏® ๑ೋ
Fiksi Penggemar╭TWILIGHT - EDWARD CULLEN FANFIC╮ [🌷]❝Las hermanas Swan siempre han mantenido una buena relación, se cuentan sus más íntimos secretos, ambos saben que siempre contarán con la otra sin importar en qué situación se encuentren.❞ ❝I...