Capítulo treinta y cuatro

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Con casi veinte años de vida nunca había tenido una pelea

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Con casi veinte años de vida nunca había tenido una pelea. La violencia no era algo que me gustara y aprobara, siempre había intentado mantenerme lejos de situaciones donde la rabia abundaba y los pensamientos quedaban en blanco. No obstante, había descubierto que los problemas me buscaban y que tarde o temprano llegaban a mí.

Esa tarde era el partido de polo de James en el club que solíamos frecuentar y Julian me había conseguido un día libre en el trabajo para poder asistir al juego de su amigo. Era el primero de esos encuentros deportivos al que asistía y estaba bastante emocionada. Había comprado el día anterior junto a Emma un lindo vestido celeste que me llegaba a las rodillas, zapatos bajos y un sombrero que me encantaba. Me sentía parte de una producción fotográfica y estaba disfrutando en demasía la vista privilegiada que tenía de mis acompañantes con traje. El trío de oro había seguido mis consejos y los de Emma, razón por la cual vestían ropa de diseñador que habíamos adquirido en el centro comercial luego de una larga jornada de quejas.

ꟷ¿Cuánto dices que durará esto? ꟷPreguntó Taylor mientras acomodaba con incomodidad el cuello de su camisa.

ꟷNo lo sé ꟷadmití.

Lo escuché suspirar y sonreí.

Íbamos los cinco en el Rolls Royce de James, el muchacho nos lo había prestado para asistir al juego y no tener que molestar a mis abuelos. Ellos también irían; sin embargo, no nos acompañarían luego a la casa de los J para celebrar o llorar el resultado del partido. Como siempre, era la encargada de conducir, Taylor iba a mi lado y Theo, Emma y Tyler en el asiento trasero.

ꟷDemonios ꟷmasculló Tylerꟷ. Odio estos eventos esnobs.

ꟷ¿Sí? ꟷReplicó Emma con burlaꟷ. ¿Y en cuantos has estado antes?

ꟷEn ninguno, pero es un deporte de gente rica y no me agradan los ricos.

ꟷEs que se te ha dado muy bien la tarea de mantenerte lejos de la gente con dinero, Ty. Por suerte tu mejor amiga y tu novia son simples mortales con deudas universitarias.

No necesité mirarlo de frente para saber que había blanqueado los ojos al escuchar a Theo. Tal y como esperaba, mantuvo el silencio después de eso. Había perdido esa discusión y él lo sabía mejor que nadie.

ꟷSabes que me debes una cita por esto, ¿verdad, MIT?

ꟷTú aceptaste venir porque Jamie te agrada, no me culpes a mí por tus decisiones.

ꟷPero tú me obligaste a vestir pantalones claros almidonados. Sabes que es contra mi voluntad utilizar colores claros de la cintura para bajo.

ꟷSupéralo ꟷme burléꟷ. Y te ves bien, no seas llorón.

ꟷNunca dije que me viera mal. Todos aquí sabemos que soy el más apuesto de los tres vestido así ꟷbromeó.

Separé la mirada de la carretera para posarla en él y sonreí con diversión cuando nuestros ojos se encontraron. Por supuesto que se veía bien y a mí parecer era quien lucía mejor de los tres. Le sentaba bien la ropa de diseñador.

Dos por uno (RVB3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora