Mellizos

Los 8 Potters

Narra Elisabeth:

Había pasado ya casi un mes desde la muerte de Dumbledore, un mes que a mí se me había hecho eterno. Harry y yo no salimos de nuestro cuarto más que para comer, el miedo era palpable en el ambiente. Habíamos advertido a nuestros tíos del peligro que corrían y por eso hoy sería el día en el que ellos irían a esconderse y la Orden vendría a recogernos. 

Este último mes, me he comunicado con Fred a través de mi patronus, pues por carta era muy arriesgado. Fred ha intentado animarme como siempre, pero ha sido imposible. Quería estar con él, abrazarle, y que él estuviera a salvo. No quiero que le pase nada, ni a él ni a ninguno de mis amigos.

También he pensado mucho en Draco ¿dónde estaría? ¿estarían bien él y su madre? ¿Qué le habría dicho Voldemort al saber que él no había sido el asesino de Dumbledore? ¿Aún le querría Voldemort como mortífago? Me preocupa lo que haya podido ser de él a pesar de que no me dijera que se iría aquel día.

-Liz, ¿lo tienes todo?- preguntó mi hermano sacándome de mis pensamientos.

-Creo que sí.

-Bajemos entonces.

-Espera Harry.

-¿Pasa algo?

En ese momento le abracé lo más fuerte que pude y él me devolvió el abrazo. Este último mes habíamos estado más unidos que nunca debido al miedo de perdernos el uno al otro, él había sido mi roca y me tranquilizaba las noches que me era imposible dormir. Ambos sabíamos lo que nos esperaba, una guerra y estábamos aterrorizados. 

Después de un rato abrazados, Harry me limpió algunas lágrimas que se me habían escapado y me miró a los ojos.

-Todo estará bien, te voy a cuidar Liz.

-Lo sé Harry, yo a ti también.

Nos dimos un último abrazo y bajamos junto con todas nuestras cosas al salón, al bajar vimos que el salón ya estaba completamente vacío y el tío Vernon estaba subiendo sus últimas pertenencias al coche. Dudley no paraba de preguntar por qué tenían que irse y por qué no íbamos con ellos, a él no le habían contado la verdad de lo que ocurría. Antes de irse por completo, nuestra tía Petunia se quedó en el salón observándolo todo por última vez.

-Os tenéis que ir cuanto antes, si ellos se enteran de que conocéis nuestro paradero os matarán.- avisó Harry.

-¿Crees que no sé de lo que son capaces? Ese día no solo perdisteis a vuestra madre, yo perdí a una hermana.

Jamás había pensado en lo que pudo sufrir ella con la muerte de nuestra madre pues siempre nos hablaba a Harry y a mí con desprecio de ella, pensábamos que la odiaba. Después de aquello al fin se fueron y Harry y yo nos quedamos esperando a que llegaran los de la Orden a por nosotros.

Narra Draco:

Ya ha pasado casi un mes desde el día de la muerte de Dumbledore y yo no he parado de sentirme culpable desde ese día. Debí de haberle dicho a Elisabeth que tendría que alejarme después, que tenía que despedirme de ella. Ha sido un mes horrible, todos los mortífagos se encuentran alojados en mi casa y cada día el ambiente es peor, me da miedo ser parte de ellos pero en el fondo tengo grabadas las palabras de Elisabeth, yo no soy como ellos.

El otro día asistí a mi primera reunión como mortífago aunque desearía no haber ido, hablaron de cuándo trasladarían a los hermanos Potter para poder atacarlos. El día es hoy. El miedo me invade por dentro, a mí no me llevarán porque mi madre hizo lo posible por convencer a Bellatrix de que era muy pronto para que yo empezara a ir a las misiones del señor tenebroso pero a cambio tenía que ir ella. No quería que mi madre  fuese, sería peligroso y además iba a atacar a mi mejor amiga, espero que sepan protegerla.