Ejército de Dumbledore

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Narra Elisabeth:

Durante las semanas siguientes, el sapo rosa se dedicó a separar parejas por los pasillos (incluidos Fred y yo), a meter las camisas en los pantalones de los chicos, a ridiculizar a los profesores delante de sus alumnos, a prohibir los productos Weasley... básicamente a poner normas inútiles y ridículas. Hasta que un día mientras caminaba con Fred y George por el pasillo vimos que había un montón de gente reunida en el patio central, y en el medio la profesora Trelawney con sus maletas hechas.

-Llevo dieciséis años viviendo y enseñando aquí, Hogwarts es mi hogar, por favor no puede hacerme esto- dijo llorando la profesora, y a mi se me cayó el alma a los pies.

-De hecho, puedo

-Minerva yo...- suplicaba la profesora.

-¿Algo que decir? - preguntó la cara de sapo a McGonagall.

-Hay un par de cosas que me gustaría decirle- respondió McGonagall

Y en ese momento, como si supiera lo que iba a pasar, apareció Dumbledore y tanto a Mcgonagall como a Trelawney se les iluminó la cara.

-Profesora McGonagall, ¿sería usted tan amable de acompañar a Sybill?

-Gracias, gracias- agradeció Trelawney a Dumbledore apretándole las manos.

-Dumbledore, he de recordarle que segú el decreto educacional número veintitres promulgado por el ministro...

-Usted tiene el derecho de cesar a mis profesores pero no en cambio la autoridad para expulsarlos del lugar. Eso es trabajo del director.

-Por ahora- sonrío la estúpida.

-Y vosotros qué, ¿No teneis que estudiar?

Luego vi cómo Dumbledore se iba mientras mi hermano le llamaba.
Esa tarde estuve leyendo un libro en la sala común hasta que apareció Draco.

-Ey Draco.

-Hola Elisabeth

-¿Cómo estás?- pregunté evitando mencionar nuestra última conversación aunque él entendió lo que quise decir perfectamente. Él se sentó a mi lado para intentar hacerlo menos incómodo.

-Pues estoy bien la verdad- dijo sonriendo.

-Me alegro mucho de verdad, eres un gran amigo y no quiero perderte por estas cosas.

-Tranquila Elisabeth, ya te dije que aquí estoy para ti y eso no ha cambiado.

-Gracias.

Y después simplemente nos miramos y pude entender que tenía un amigo de verdad, que nunca me fallaría por nada del mundo, y yo intenté darle a entender que yo tampoco le fallaría a él.
Al día siguiente Harry me contó que había hablado con Sirius, y este le había dicho que las cosas en la Orden no estaban nada bien y además le dijo que Voldemort se estaba moviendo, que así fue como empezó la última vez, así que nuestra inteligente amiga Hermione decidió que podríamos contraatacar pero claro no teníamos un buen profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras así que se le ocurrió que Harry sería perfecto para enseñarnos así que decidimos reunirnos en las tres escobas. Cuando llegué me senté entre Fred y George.
-Emm, Hola, ya sabéis todos por qué estamos aquí, necesitamos un profesor, alguien con experiencia en defenderse contra las Artes Oscuras.

-¿Por qué? - preguntó un  chico que no había visto en mi vida.

-¿Por qué? Porque quién tú sabes ha vuelto, torpe.- dijo ron enfadado.

-Eso es lo que él dice

-Dumbledore lo dice

-Dumbledore lo dice porque él lo dice. Pero la cuestión es ¿dónde está la prueba?

MellizosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora