maratón 3/6

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Narra Elisabeth:

-¡Callad!- dijo al que reconocí como Colagusano, el mismo que traicionó a nuestros padres.

Colagusano nos puso contra la tumba de Tom Riddle y metió una especie de bebé deforme a un caldero enorme y comenzó a decir cosas sin sentido.

- Primero un hueso del padre-sacó uno de los huesos de la tumba en la que estábamos Harry y yo- una parte del sacrificado sirviente-y se cortó una mano que cayó al caldero- y por último sangre de sus mayores enemigos.

Cogió el cuchillo y se acercó a nosotros, primero fue Harry, le hizo un corte en el brazo y puso la sangre en el caldero, luego se acercó a mi y yo comencé a gritar.

-¡Nooooo! ¡Ayuda! ¡Por favor ayuda!- intenté soltarme pero era imposible.

-¡Cállate niña así solo consigues que sea peor!- me escupió colagusano a la cara.

Se acercó más a mi, me agarró el brazo e hizo un profundo corte, cogió la sangre y la metió en el caldero como todo lo anterior.

-¡AAAAAAAH!- el dolor me recorrió el brazo.

De repente el caldero ardió en llamas y empezó a transformarse en una figura extraña que tenía forma humana, pero estaba claro que aquello no era un humano, estaba cubierto de una tela negra muy larga que le cubría todo el cuerpo, tenía una boca enorme y unos dientes blanquísimos y afilados, como nariz tenía tan solo dos agujero incrustados en la cabeza y sus ojos eran como los de una serpiente, te hipnotizaban a la vez que te aterrorizaban era horrible.

-Mi varita colagusano-dijo aquel ser del inframundo, Voldemort, y colagusano le alcanzó la varita-Dame tu brazo colagusano.

-Oh gracias mi señor-dijo este levantando el brazo del que minutos antes se había cortado la mano.

-Ese brazo no, el otro.- contestó Voldemort enfadado

Colagusno extendió el otro brazo apenado y Voldemort puso su varita encima de aquel tatuaje tan horrible que había visto ya antes en varias ocasiones pero no sabía que significaba, en ese momento el tatuaje volvió a tener color un color oscuro y tenebroso, como el señor al que pertenecía aquel símbolo. Un montón de hombres con capas negras y máscaras empezaron a llegar.

-¡Amigos! Después de trece años aún seguís aquí, aunque tengo que confesar que me siento decepcionado, ninguno trató de buscarme. Ni siquiera tú-se paró frente a uno de los enmascarados-Lucius.

-Señor si hubiera dado alguna señal de su paradero de...

-Cállate Lucius

-Le aseguro mi señor que yo nunca he renunciado a la magia oscura-se quitó la máscara-esta cara que he tenido que enseñar después de su desaparición, es mi verdadera máscara.

-Yo sí le ayude.- replicó colagusano impertinentemente.

-¡Me ayudaste por miedo, no por lealtad! pero aún así me has servido de mucho estos últimos meses colagusano-con su varita le formó una mano metálica.

-Gracias amo.- se notaba el agradecimiento en su voz.

Voldemort se acercó a Cedric y acariciándole la cara dijo.

- Es una pena, era un chico guapo.- se burló de nosotros.

- ¡No le toques!- gritó Harry

-¡Harry, Elisabeth! Casi me olvido de que estabais aquí. Os presentaría pero últimamente os habéis hecho más famosos que yo. Los niños que sobrevivieron, que gran mentira. Debería contar lo que realmente pasó aquella noche. Fue el amor de Lily Potter lo que realmente os salvó, al intentar mataros Lily se interpuso y el maleficio rebotó formando una protección sobre los niños que me impidió tocarlos pero ahora ella ya no está. Ahora puedo tocaros- Puso sus asquerosos dedos en nuestras cicatrices y ardía, ardía mucho. Soltó a Harry y le dio su varita- Vamos Harry, Dumbledore te habrá enseñado a hacer un duelo, ¡inclínate! -Harry no quería inclinarse por lo tanto Voldemort lo hizo a la fuerza-¡Imperio! Y ahora ¡Crucio!

-¡AAAAAH!- Gritaba mi hermano mientras se retorcía en el suelo.

-¡Nooo!-conseguí soltarme de mi agarre y cogí mi varita- ¡Expelliarmus!

Voldemort me apuntó a mi y nuestros hechizos chocaron. Harry se levantó y apuntó también. En ese momento las tres varitas chocaron produciendo una conexión extraña entre Voldemort y nosotros, y entonces Cedric apareció en forma fantasmal.

-Chicos, llevad el cuerpo a mi padre por favor.- nos suplicó.

Después de él salieron nuestros padres.

-Chicos cuando se rompa la conexión tenéis que volver al traslador, podremos detenerle unos segundos pero no mucho más.- nos animó nuestro padre.

- ¡Soltad! Ya estáis listos.- dijo nuestra madre.

Harry y yo dejamos los hechizos y corrimos al traslador, Harry cogió el cuerpo  de Cedric  y tocamos los dos la copa, al segundo volvíamos a estar en la entrada del laberinto, todo el mundo aplaudía.

MellizosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora