Mellizos

¡Crucio!

Narra Harry:

Mientras todos aplaudían emocionados por los fuegos artificiales de los gemelos Weasley, yo empecé a sentir que algo no andaba nada bien, Hermione como un acto reflejo se giró para verme y justo en ese momento me desplomé en el suelo y una visión de Sirius apareció en mi mente, pude entonces darme cuenta de que Voldemort estaba entrando en mi cabeza y no podía hacer nada.

-Necesito esa profecía- decía una voz.

-Tendrás que matarme-replicó Sirius.

-Oh, lo haré pero antes tú cogerás la profecía para mí, ¡Crucio!- de la varita de Voldemort salió un rayo de luz que impactó directamente en Sirius haciéndole gritar del dolor agonizante. Una especie de bola de cristal con humo aparecía en una estantería, parecía situada en el ministerio de magia también aparecía Dumbledore ante una puerta que ya había salido en algunos de mis sueños, no entendía absolutamente nada. Entonces vi cómo Hermione y mi hermana se acercaban apresuradas hacia mí y de mi boca lo único que salió fue

-Sirius.

En ese momento ninguna de las dos entendió muy bien lo que pasaba y me miraron de una forma en la que se notaba que estaban realmente preocupadas. Yo me levanté y me dirigí corriendo hacia las escaleras de Hogwarts, pude notar que Ron se nos había unido también y todos me seguían a mí.

-¿De qué hablas Harry? y a dónde estamos yendo.-preguntó Elisabeth con un tono asustadizo.

-Es Sirius, lo he visto y hablaba de una profecía no sé de qué pero está en peligro y tenemos que ayudarle.

-Está bien Harry, pero cómo le ayudamos.

-No lo sé, estaba en el Ministerio de Magia. Ha sido como con el Señor Weasley, era la misma puerta con la que llevo meses soñando, necesito encontrarla. Sirius decía que Voldemort va en busca de algo, algo que no tenía la última vez y que está en el departamento de misterios.

-¿Y si Voldemort quiere que veas esto?¿Y si solo está haciendo daño a Sirius como vía para llegar a ti?-Dijo Hermione quien parecía segura de que podría ser todo una farsa para atraparme.

-¿Y qué si es así?¿Se supone que tengo que dejarle morir?- le contesté yo un tanto enfadado, por nada del mundo iba a dejar que Sirius muriera- Hermione, él y Lupin son la única familia que nos queda a Elisabeth y a mí, le necesitamos.

-Y entonces, ¿cómo vamos a hacerlo?-preguntó Ron, bastante asustado diría yo.

-Tendremos que usar la red flu-dijo Elisabeth.

-Pero Umbridge tiene todas las chimeneas ocupadas- afirmó Hermione.

Entonces, yo recordé que en su despacho había una chimenea y que probablemente esa no tendría ningún tipo de vigilancia.

-Hay una que no- dije yo con una sonrisa de medio lado.

Nos dirigimos hacia el despacho inmediatamente. Cuando llegamos allí, yo me fui directo hacia la chimenea que se encontraba al fondo del despacho, me sentía un poco observado por la cantidad de gatos que nos observaban desde los platos de té colgados de la pared. Llegué a la chimenea y estaba dispuesto a salir de allí cuanto antes para ayudar a Sirius.

-Alertad a la orden si podéis- les dije a mis amigos firmemente.

-Harry, ya te lo dije el otro día yo estoy aquí y pienso ir contigo.-me dijo mi hermana, no me parecía una buena idea sabía que Voldemort quería matarla tanto a ella como a mí y yo debía de protegerla.

-No Elisabeth, ni hablar. Puede ser muy peligroso.

-Harry no vas a ir solo- dijo esta vez Hermione.