Maratón 1/6

969 62 12
                                    

Narra Elisabeth:

Quedaba un día para la segunda prueba y yo aún no había descifrado el huevo, le pregunté a Harry el otro día si él lo había conseguido y él tampoco tenía ni idea de cómo abrirlo.

-¡Elisabeth!- oí a George llamarme

-George, ¿qué pasa?

- ¿Has visto a Fred?

-Pues la verdad que no, yo pensé que estaba contigo.

- Bueno voy a buscarlo, adiós Elisabeth.

Me dio un beso en la mejilla y se fue. Un rato más tarde Harry vino corriendo.

- ¡Elisabeth! ¡Elisabeth!

- ¿Qué pasa? Parece que hoy todo el mundo tiene prisa.

- ¡Ya sé cómo abrir el huevo!- dijo entusiasmado

- ¿Cómo?

- Ve al baño de preceptos que hay en la última planta y metete con el huevo.

-¡Gracias!

Fui corriendo hacia el baño con el huevo y en cuanto llegué me desvestí y me metí al agua.

- Vaaaya, Elisabeth tu hermano acaba de estar aquí.- escuché la irritante e inconfundible voz de Myrtle la llorona.

- ¡MYRTLE! Oye podrías dejarme, tengo algo importante que hacer.

- Jajaja, sé lo que tienes qué hacer. Pero bueno si no quieres que te ayude me iré.

-Gracias...

Metí la cabeza debajo del agua y al huevo conmigo. Una canción extraña comenzó a sonar.

Donde nuestras voces suenan ven a buscarnos, que en la tierra no se oyen nuestros cantos, nos hemos llevado lo que más valoras, y para encontrarlo tienes una hora.

-  ¡El lago negro!


           Al día siguiente....

Ya había llegado el día de la prueba, me puse la camiseta verde de Slytherin y salí hacia la sala común a tranquilizarme. Cuando salí me encontré a Draco sentado en uno de los sofás, llevábamos sin hablar desde el día del baile, no podíamos seguir sin hablarnos, tenía que aclarar con él mis sentimientos sin hacerle mucho daño. Me senté con él en el sofá.

- Hola Draco.- saludé lo más dulce que pude

- Hola Elisabeth- contestó un poco triste.

- ¿Te pasa algo?

- No, claro que no. Y tú, ¿estás nerviosa?

- Sí, mucho. Tengo que aguantar una hora sin respirar y aún no sé qué hechizo usar.

- Ayer en la biblioteca escuché a tu hermano y a Longbottom algo sobre branquialgas.

- Gracias Draco, iré a buscarles. ¿Vas a ir a ver la prueba?

- No lo sé...

- Oh venga, eres mi amigo no podría hacerlo sin ti.

- Claro amigos...

-Draco, sobre eso...

-No hace falta que digas nada Elisabeth, sé que no te sientes de la misma forma que yo.

-Lo siento Draco, aún así sigues siendo mi amigo ¿verdad?

-Claro Elisabeth, eso siempre.

-¿Vendrás a la prueba?

- Por ti lo que sea- dice con una sonrisa a medias.

- Gracias- le abracé-Bueno voy a buscar a Harry.

Ya en el lago...

-Entonces simplemente nos las comemos cuando suene el cañón y aguantaremos una hora.- dije yo no muy convencida de que fuese a funcionar.

-Bueno... no es seguro.- contestó Neville rascándose la nuca

- ¿Qué?- se asustó Harry

- No está confirmado que sea una hora.

- ¿Y nos lo dices ahora?

Suena el cañón

Me comí las branquialgas y me tiré al agua. De repente empecé a sentir un dolor horrible en el cuello, empezaron a salirme branquias, se sentía horrible. Cuando terminó la transformación miré a Harry y comenzamos a nadar. Había criaturas muy extrañas que nos atacaban. Al cabo de unos minutos llegamos a un sitio donde había varias personas atadas e inconscientes, nos acercamos y al ver quiénes estaban allí casi me da un ataque al corazón. Estaban Ron, Hermiome, la hermana de Fleur, Cho Chang y FRED! ¿Por  qué estaba Fred allí? ¿Qué pinta él aquí? Harry me miró extrañado y nos acercamos a ellos. De un momento a otro apareció Cedric con una burbuja en la cabeza y se llevó a Cho, segundos más tarde Viktor con cara de tiburón se llevó a nuestra amiga Hermione. Al parecer Fleur había sido descalificada por lo tanto no podría rescatar a su hermana pequeña. Señalé a la hermana de Fleur y Harry me entendió, cada uno desatamos a nuestro pelirrojo correspondiente y luego fuimos hacia la pequeña rubia.Una pequeña criatura se nos acercó.

- ¡Solo uno!- nos gritó enfadado

A Harry y a mi nos dio igual así que cogimos a la pequeña y nadamos hacia arriba pero un montón de sirenas feas nos agarraron los pies y no podíamos subir, las branquialgas empezaban a dejar de hacer efecto y nos estábamos ahogando. Soltamos a nuestros amigos y los empujamos a la superficie. Yo estaba a punto de quedarme inconsciente cuando Harry me agarró de la muñeca e hizo un conjuro que fui incapaz de entender. Al rato empecé a escuchar unas voces que decían mi nombre una y otra vez.

-Elisabeth, despierta, ey pequeña.- era la voz de Fred

- Que habéis ganado la prueba Elisabeth! ¡Levántate vaga!- escuché decir a George

- Cinco minutitos más mamá.- bromeé

Todos empezamos a reír como locos.


MellizosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora