Mellizos

Fin de la guerra

Narra Elisabeth:

-¡Avada Kedavra!

-¡No!- chillé, pero era demasiado tarde, el rayo de luz verde ya había alcanzado a mi hermano. Caí de rodillas llorando mientras Bellatrix aún me sujetaba. No podía ser verdad, no podía haberlos perdido a ambos la misma noche. Narcissa Malfoy se acercó al cuerpo inmóvil de mi hermano y confirmó la peor de mis pesadillas.

-Está muerto.

-Harry Potter ha muerto.- repitió Voldemort.

-No, me niego a creerlo.- lloré aún más.

Bellatrix a mi espalda se empezó a reír de una forma macabra, yo sentía la furia en mí crecer cada vez más así que me levanté del suelo como pude, le quité la varita y apunté.

-¡Crucio!

En ese mismo instante otros dos mortífagos me sujetaron y me quitaron la varita.

-Elisabeth querida, relájate. ¿Qué te parece si vamos a darles la noticia a tus amigos?- dijo Voldemort con una sonrisa en su cara.

-¿Por qué no me matas a mí?- dije con rabia.

-Todavía no es el momento Elisabeth, primero les daremos la noticia de que Harry Potter ha muerto, después te mataré a ti para dejar claro quién ha ganado esta guerra y toda su esperanza desaparezca.

Los dos mortífagos me sujetaron fuerte y Hagrid cogió el cuerpo de mi hermano, comenzamos a avanzar hacia el castillo. Yo me sentía sin fuerzas, había perdido todo aquella noche, habíamos perdido la guerra y Fred y mi hermano estaban muertos.

Llegamos a la entrada de Hogwarts y allí visualicé a mis amigos pero lo que más me sorprendió fue ver a Fred entre ellos, no podía ser, le había visto muerto, él estaba muerto. Él me miró y como si me hubiera leído el pensamiento sonrío y con sus labios articuló las palabras: "Esto es real, estoy vivo". Entonces la esperanza volvió a mi cuerpo. No sabía cómo lo conseguiríamos, pero ganaríamos esta guerra.

-¿Quién es? ¿A quién lleva Hagrid? Neville, ¿ quién es?- escuché decir histéricamente a Ginny.

-¡Harry Potter ha muerto!- gritó Voldemort.

-¡No!- lloró Ginny y vi cómo Arthur la sujetaba.

-¡Silencio! Estúpida, Harry Potter ha muerto. De ahora en adelante me obedeceréis solo a mí.

El terror se apoderó de todos los presentes, esto no podía estar pasando.

-¡Harry Potter está muerto!- volvió a repetir y las lágrimas no paraban de salir de mis ojos, quería que todo esto acabara de una vez.- Y ahora es el momento de que os pronunciéis. Venid y uníos a nosotros o morid.

-¡Draco! Ven- escuché decir a Lucius.

-Draco ven.- repitió Narcissa.

Mi amigo me miró a los ojos y en ese momento supe que Draco no se movería de donde estaba, la lealtad de Draco estaba con Hogwarts, estaba conmigo.

-No. Hogwarts es mi hogar, aquí están mis amigos y estoy de su parte.- dijo firmemente y pude ver cómo Lucius enfurecía, sin embargo Narcissa mostró una especie de sonrisa comprensiva.

-Mala decisión Draco, muy mala decisión. Antes de matar a la chica Potter, ¿ alguien que sí quiera estar en el bando correcto?

En ese momento vi a Neville cojear hacia el frente, en su mano izquierda llevaba el sombrero seleccionador de Hogwarts y todos se quedaron mirándole. No era posible que Neville se uniera a los mortífagos.