Mellizos

No podemos seguir siendo amigos

Narra Harry:

Después de lo que ha sucedido en el despacho de Umbridge y de que Hermione hablara de un arma secreta de Dumbledore de la cual nadie tenía ni idea, Hermione y yo nos fuimos con Umbridge dirigidos por Hermione hacia un sitio al cual yo no tenía ni idea. Andábamos los tres en silencio un poco tensos por la situación. Todos los demás se quedaron en el despacho de Umbridge atrapados por los del Escuadrón Inquisitorial, seguro que encontrarían la forma de salir. Antes de salir del despacho junto a Umbridge y Hermione pude dirigir mi mirada hacia Fred que aún sostenía a mi hermana por las tres maldiciones de la bruja, lo pasé realmente mal por ella porque ella había salido en mi defensa, había sufrido la maldición cruciatus por mí y eso no debería de haber sido así, ahora ella estaba inmóvil en los brazos de Fred, él me devolvió la mirada asegurándome que la cuidaría y que ella estaría a salvo con él, luego desvié la mirada hacia mi hermana quien me miró sonriendo, sabía que lo hacía para que no me preocupara pero eso era buena señal porque significaba que estaba recuperando el movimiento. De un momento a otro, me di cuenta de que hacia donde nos había estado guiando Hermione era hacia el bosque prohibido y no entendía muy bien por qué.

-¿Falta mucho?- preguntó con su irritante voz Umbridge.

-No, ya estamos llegando, tenía que ser un lugar en el que los alumnos no fueran a encontrarlo por accidente.-aclaró Hermione.

En ese momento Umbridge empezó a andar un poco más lento que nosotros y se quedó atrás, eso me dio la oportunidad para acercarme a Hermione y aclarar mis dudas, porque no entendía nada de lo que estaba pasando.

-¿Qué estás haciendo?-le pregunté susurrando.

-Improvisando- me susurró Hermione de vuelta.

Eso no me dejó nada tranquilo la verdad, ni si quiera ella sabía lo que estaba haciendo. En ese mismo momento llegamos al árbol en el que días antes Hagrid nos había enseñado a Grawp, la única diferencia ahora es que el gigante no estaba en su sitio y en su lugar solo se encontraba la cuerda que antes le sujetaba. Hermione me miró bastante preocupada y la entendí perfectamente, Grawpie podría haber sido nuestra vía de escape pero no estaba allí.

-¿Y bien?¿Dónde está el arma?- preguntó Umbridge intentando imponer autoridad.

Hermione y yo no podíamos dejar de mirarnos el uno al otro, no sabíamos qué hacer, no teníamos ningún plan y al parecer tampoco escapatoria después de haber visto lo que esa bruja le había hecho a mi hermana era obvio que si intentábamos huir no dudaría ni un segundo en hacernos lo mismo a mí y a Hermione.

-No existe ningún arma, ¿verdad?- nos gritó Umbridge bastante enfurecida.- Queríais engañarme. ¿Sabéis? Realmente odio a los niños.

Eso último lo dijo amenazante mientras se acercaba cada vez más a nosotros con su varita apuntándonos. De repente, aparecieron los centauros y Umbridge trató de esconderse detrás de nosotros y cambió la dirección de su varita hacia ellos.

-Tú no pintas nada aquí centauro, esto es asunto del ministerio- le dijo Umbridge al Centauro.

Ellos la ignoraron y se acercaron hacia nosotros a la vez que cargaban sus arcos con flechas, se veían muy dispuestos a disparar en cualquier momento.

-¡Bajad vuestras armas! Os lo advierto, según la ley y como criaturas de inteligencia semihumana- no la dejó terminar, el centauro disparó una de sus flechas en dirección a nosotros, pero los sorprendentes reflejos de Umbridge consiguieron detenerla.

-¿Cómo os atrevéis? Asquerosos Híbridos ¡Incarcerous!- gritó apuntando al centauro con su varita, éste se quedó con el cuello envuelto en una cuerda que lo ahogaba y terminó cayendo al suelo por la asfixia. En seguida Hermione corrió hacia él y se arrodilló para quedar a su altura intantando ayudar al centauro y le suplicaba a Umbridge que parase.